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julio 25, 2019

Anuncios surrealistas - Amazing offers



Señoras y caballeros nuestras increíbles ofertas incluyen trajes de paseo lunar con círculos polares a cuadros y rayas combinados; calzado de último cuplé con tacones de cristal de bohemia y lentejuelas a juego con bolso de mano de Crupier y no volvier.
También le vendemos violetas y geranios para despertar del sueño certificado con acuse de recibo, en caso de devolución le retornamos los pétalos junto a las gardenias de Machín; disponemos de algunas unidades de esperanza con almíbar de susurros y cápsulas de olvido con lágrimas de nácar, dos loros mudos de garganta seca, un billete de aeroplano directo al Gran Cañón del Naranjado con soda y cuatro cubitos de hielo.

No dejen pasar esta oportunidad de alquilar un balcón en las nubes con virutas de chocolate glasé, cinco cucharadas de sorpresas, siete alegrías en la solapa y un jarrón de buena suerte junto al retrato de familia.

Vendemos ropa con aroma a magnolias del último verano del 77, un carné de conducir trineos al Polo Norte, vasos de sueños con néctar de frutas de la pasión, maletas de confianza en si mismo, anclas de fuego, zapatos de agua, una bufanda de cariño tejida del derecho y del revés, media docena de pájaros cuerdos sin cuerda ni cartón; todo el tiempo del mundo en un envase al vacío, billetes impares de una obra de teatro sordo y otros billetes pares para jugárselos a la ruleta rusa; disponemos de limitados manuscritos con memoria histórica de elefante, novelas de usar y tirar después de leer con lupa sus fuentes de inspiración y sus citas de una noche apasionada; caballitos de mar en tardes nostálgicas, soldaditos de papel aluminio para fumárselos de una tacada.

Si le duele la cabeza tenemos píldoras activas que repelen la tristeza y si le molesta la espalda también tenemos un jarabe permanente sin epigramas, para que lo use cuando le de la gana.

Nuestros almacenes no se agotan, pidan lo que se les antoje porque disponemos de un gran stock de objetos, emociones, deseos, sueños y cuánto habite en su imaginación.

No se demoren más tiempo y llamen rápido, los primeros pedidos recibirán de regalo un cheque ahorro que no se acaba nunca. ¡No dejen de comprar... Pidan, pidan, pidan... Todo se les dará!

Estrella Amaranto © Todos los derechos reservados

julio 17, 2019

Alejandro (reto-micro El Tintero de Oro)

 

Antes de abrir la puerta del hospital, su madre tenía claro su nombre.
De pequeño dio muestras de desvergüenza y espontaneidad, pero no fue hasta los siete, que bajo aquella apariencia, reveló esconder un gran temor a hacer el ridículo; controlando sus impulsos, abandonó su costumbre de decir palabrotas y al cumplir los diez, su maestra reconocía que era educado y perspicaz. De los doce en adelante recogía tapones de plástico para donarlos a proyectos solidarios y a los dieciséis acompañaba a personas en exclusión social.
No pudo realizar una carrera, aunque si consiguió vivir con dignidad; tuvo pocos pero grandes amigos tan altruistas como él. Nunca le dedicaron ninguna plaza, ni calle minúscula, ni la letra de una canción...

En su último adiós, se mantuvo lúcido para evocar el mensaje, que le transmitió su madre antes de nacer: «Alejandro, el que proteje al hombre; el que le alivia de su miseria y desgracia.»
Su familia le hizo un sencillo funeral y los vecinos del barrio llenaron de flores su ataúd. Luego sus lágrimas inundaron su tumba hasta formar un río donde navegó post-mortem.


 Estrella Amaranto © Todos los derechos reservados

julio 10, 2019

El mejor regalo es el tiempo

Personas y tiempo, del fotógrafo ilustrador Kvocek
En esta sociedad tan individualista en que vivimos, donde la falta de tiempo, las prisas o el desinterés por los demás, van en aumento, también nos estamos acostumbrando a no valorar la atención o el tiempo que otras personas nos regalan.

Existen infinidad de acciones diarias por parte de quienes nos rodean que pasan desapercibidas para nosotros, como por ejemplo, un abrazo, una sonrisa, una conversación, un gesto amable...

No es necesario que el tiempo que nos dedican proceda siempre del entorno familiar, pareja o amigos. También los desconocidos pueden enriquecer y estimular nuestro estado emocional, con lo cual es aconsejable valorar a estas personas que nos ayudan a comenzar el día con una sonrisa, porque si te regalan su tiempo, quiere decir, que tú también lo aceptas, y por tanto aceptas recibirlo.

Como el herrero forjaba el metal como plastilina, así el tiempo nos moldea según las experiencias vividas, nos quita o nos da la razón, nos ayuda a valorarlo cuando evocamos el pasado y somos conscientes de nuestros actos, pero que antes de que ocurrieran nunca nos hubiésemos imaginado esas consecuencias. Por eso, el tiempo como el amor, ni se compra ni se vende y es el bien más estimado e irrecuperable. Viene a ser el común denominador de nuestras vidas, de forma que la dignidad de la personas reside en todos esos pequeños detalles capaces de dejarnos grandes huellas llenas de afecto.

Dedícale tiempo a todos los ámbitos de tu vida y goza de cada uno de ellos, porque si sabes anteponer lo realmente importante en tu día a día, eso supondrá que le dedicarás más tiempo a la compañía de tus amigos, de tu familia, pareja, animal de compañía o sencillamente pasártelo bien practicando tu deporte favorito, escuchando música, leyendo un libro, meditando o simplemente de relax. Comprenderás que es tan importante como realizar tu trabajo diario, o de lo contrario pregúntate: ¿para qué nos sirve vivir si no dedicamos parte de nuestro tiempo a lo que de verdad nos gusta?
 
Nadie debe decidir por nosotros, somos libres de regalarles o no nuestro tiempo, algo que no tiene precio y que debe surgir espontáneamente. No se trata de ninguna imposición. Por consiguiente, es bueno valorar los minutos de escucha, de comprensión, de cariño y de apoyo que los demás tienen la atención de dedicarnos, porque ellos tienen muy claro que compartir su tiempo es  darnos parte de su vida.
Para avanzar adecuadamente hay que pararse a pensar, a planificar o a poner en orden aquello que nos preocupa, pero siempre debemos hacerlo pensando en nuestro bienestar interno, cuidando de uno mismo y de los demás.
Estamos tan acostumbramos a cumplir objetivos inmediatos que no nos damos cuenta de lo que supone ese proceso o el tiempo que va desde su inicio y el objetivo final.  Pregúntate: ¿cuántos vamos a trabajar estresados, distraídos con el móvil hasta llegar a nuestro destino o tratando de evadirnos de la realidad?...
Es importante que seamos conscientes del momento presente para aprovecharlo al máximo con esas personas que valoras y de la forma que prefieras, teniendo en cuenta la dedicación que te demuestran.

Mientras que el dinero es recuperable aunque se pierda, el tiempo nunca lo podremos recuperar, por consiguiente, no lo desaproveches ni lo pierdas lamentándote de no haber sabido disfrutar cada instante. Ya es hora de ponerte las pilas y apreciarlo como se merece.

Valora el tiempo de una forma distinta:
  • Regala tiempo a quienes te ayudan a que pierdas la conciencia del tiempo, porque te sientes pleno y feliz a su lado. Sé agradecido con ellos porque te facilitaron llegar a ser quien eres.
  • Siempre habrá días peores o mejores que otros. Nuestros semejantes no se merecen que les «contamines» con tus malas vibraciones. Agradece y  sé amable con los demás, igual que quisieras que se comportasen contigo. No por ellos exclusivamente, sino por lo que tú sentirás después de hacerlo. Sonríe más y sé educado, porque comprobarás que también ellos te sonríen más de lo que te imaginabas y en general recibirás un trato mejor, aunque si no sucede así, tampoco le des vueltas ni te amargues la vida, puesto que tus vibraciones y actos estarán en armonía con tu paz interior.
  • Captar la información de nuestro entorno, como por ejemplo animales, personas, edificios, colores, gestos, objetos... Supone todo un registro de estímulos exteriores percibidos por nuestros sentidos, del cual aprendemos las necesidades de la gente, de cómo sienten y de lo que nos pueden transmitir sus miradas.
  • Priorizar aquello que sentimos en cada momento. Ya sea unos hombros tensos, una respiración apresurada o un rugido en la barriga. Observemos silenciosamente qué nos ha llevado a ello con el fin de encontrar una respuesta adecuada, como por ejemplo hacer una rotación de hombros que los puedan relajar, realizar respiraciones profundas  o comer algo.

Estrella Amaranto © Todos los derechos reservados

julio 03, 2019

La vida nos da sorpresas (última parte)

fotografía de Clem Onojeghuo

Llevaba unos pocos minutos caminando, cuando algo en mi interior me aconsejaba darme la vuelta y tratar de encontrarme con ella.  Lo cual fue inútil, por lo que me acerqué al bar donde seguro estarían mis amigos empapándose de alcohol hasta las cejas y metiéndole mano descaradamente a las chicas, como si fuera necesario mostrar a la clientela o al mundo, su hombría, aunque cuando regresaban después de acompañarlas a su casa, siempre terminaban celebrando la fiesta en algún garito de ambiente (gay), pero dejando claro a los demás, que únicamente se trataba de pura diversión y nada como para tomarlo en serio ¡no faltaba más! ¡eran muy hombres! A mi, me consideraban un bicho raro, puesto que jamás me había enrollado con una chica y cuando iba a esos antros me ponía demasiado nervioso, incapaz de irme al «cuarto oscuro» con ellos.

Una mañana alguien introdujo debajo de la puerta del domicilio de mis padres un sobre cerrado con mi nombre como destinatario, al mismo tiempo tocó al timbre y al abrir la puerta no pude ver a nadie. Mi madre salió al rellano de la escalera muerta de curiosidad sin advertir ningún rastro.
Me fui corriendo a mi habitación y eché el pestillo a la puerta, no me apetecía que mi madre o mi padre entraran y se enterasen de lo del sobre.
Un implacable aturdimiento comenzó a desbordarme internamente cada vez que destrozaba el envoltorio en mi propósito por conocer su interior, lo cual me dejó atónito.
Respiré con dificultad hasta que por fin logré reponerme de la impresión, luego arreglé un poco mi aspecto físico y me dispuse a tomar un taxi.
Antes de salir de casa, mis padres asombrados por la hora tan temprana y sin haber desayunado todavía, trataron de intimidarme para que les contase el motivo de mi extraño comportamiento, a lo cual respondí con evasivas y me aseguré al salir a la calle de que no me siguieran.

El taxi se detuvo frente a la puerta del edificio donde se situaba el viejo desván de Alfredo, él junto a la chica que conocí en el último ensayo de la banda me observaban desde lo alto.
Al subir arriba del todo, la pareja me invitó a acomodarse en un sofá de terciopelo rojo e inmediatamente me pidieron el dinero.

—Si no lo has traído no te permitiremos salir de aquí —le indicaron con actitud amenazante y mostrándole una foto que evidenciaba la presencia de su padre con otra mujer y la misteriosa chica. Parecía tratarse de una foto familiar.
—Seguro que tu padre nunca te contó que tenías una hermana y que mantenía otra relación con mi madre, hasta que ella murió y me obligó a buscar trabajo, pues ya no quería responsabilidades de ninguna clase. También me asustaba con llevarme al tribunal de menores, si me atrevía a hablar contigo o con tu madre de sus desenfrenos y doble vida, el muy hijo de puta. De esa manera caí en la prostitución y luego en las drogas, para acabar tirada por las calles y a punto de suicidarme. No era más que un trozo de carne que se dejaba hacer por un poco de comida y techo —se desahogó la joven de mirada hierbabuena.
—Entonces fuiste esa noche al sótano para decírmelo y como no te hice caso, ahora quieres ajustar cuentas conmigo. Lo único que no me cuadra es Alfredo, ¿qué pinta en todo este embrollo?
—¡Adivínalo tú, listo! —le increpó, con guasa, su amigo.
—¡No conoces de lo que es capaz tu padre! —exclamó ella sin pestañear y fuera de si.
—¿Qué ocurre con mi padre ? ¡Decírmelo de una vez! —les cuestioné exasperado. Preguntándoles qué es lo que querían hacer conmigo si no les entregaba ese dinero.
—Eres un niño consentido que no tienes ni idea de los trapicheos y mentiras en los que se mueve tu padre como pez en el agua. Ese «perfecto» abogado de causas perdidas, de asociaciones sin ánimo de lucro, de familias desahuciadas o de párrocos acusados de pederastia, por nombrar algunos de esos oficios reservados por el gobierno de turno para tu querido progenitor, todo un experto trilero con el póker al que jamás nadie le pidió, que sacase de la manga sus naipes marcados...
—Va siendo hora de que le llames por teléfono para que pague el rescate o serás tú la víctima de su cinismo y perversidad. No serán otros los que continúen sufriendo sus vilezas, te ha tocado a ti ser el siguiente y de eso nos vamos a encargar.

A partir de ahí no os niego que el mundo se me viniera abajo, aunque como principal protagonista y narrador en primera persona, opto por callarme y os invito a vosotros, lectores y testigos al mismo tiempo, para continuar la historia hasta el final.
 

Estrella Amaranto © Todos los derechos reservados