Idalia vagaba por un oscuro bosque salvaje inundado de sombras amenazantes que la irrumpían el paso cada vez que se detenía para observar si alguien la seguía o estaba escondido por aquel desolado monte. No podía detenerse, aunque por la cabeza le rondase la idea de que un posible extraño parecía estarla expiando. Ya era medianoche y armándose de valor trataba de acelerar el paso para llegar cuanto antes a su destino.
Comenzó a divisar la claridad que se desprendía de un viejo farol colgado junto a la puerta de lo que parecía un establo. Más adelante se hallaba una humilde choza rodeada de olivares centenarios y algunos arbustos. Al pasar por la puerta observó a una pareja de ancianos que la llamaron por su nombre, aquello la sorprendió tanto, que sin apenas poder articular palabra se aproximó a ellos, quedándose absorta observándoles en completo silencio.
—Vamos pequeña no te asustes, somos tus tíos abuelos, Hermelinda y Cambrelio. Sabíamos que venías de camino desde que dejaste la aldea al morir tu madre y quedarte huérfana —comentó Hermelinda.
—¿Quien os lo ha contado y por qué sabíais que venía de camino? —interrogó Idalia, llena de curiosidad y con los ojos bien abiertos.
—Nos lo ha dicho el viento que te ha traído hasta aquí —dijo Cambrelio.
—¿Es que acaso sois magos o brujos?
—Ahora no es momento de preguntar. ¡Pasa dentro pequeña y caliéntate en el fuego de la chimenea! —sugirieron ambos ancianos esbozando una serena y cómplice sonrisa.
Idalia accedió muy gustosamente hasta el interior de aquella humilde choza de cañas, paja y algunas cuerdas que sujetaban su alargada estructura, donde había varias estancias a un lado, separadas por pesados cortinajes y al otro lado se encontraba un amplio espacio con una chimenea en medio, una mesa, sillas, unas modestas alacenas y arcones donde estaban guardados los enseres domésticos, varios sacos y cestos por el suelo, llenos de cereales, frutas, hortalizas y verduras. Al cabo de unos minutos se había quedado medio dormida mirando el fuego...
Con los primeros rayos del sol, los cantos de los estorninos se filtraron a través de las rendijas de aquellas delgadas paredes donde en un pequeño jergón de paja y cubierta por una piel de cordero, dormía plácidamente la niña.
¡Ya es hora de levantarte! Sal fuera a hacer tus necesidades junto al establo. Luego lávate la cara en la fuente que hay detrás de la choza y regresa pronto para desayunar con nosotros —le advirtió Hermelinda dándole un beso en la mejilla.
Abriendo poco a poco los ojos, comenzó a volver en si dándose cuenta de que a partir de su llegada a esta humilde choza, toda su vida anterior se había quedado en su memoria dando paso a un nuevo ciclo. ¿Qué nuevas experiencias la aguardaban?...¿Cómo sería vivir allí?... ¿No volvería nunca más a su aldea de nacimiento? —Estas y otras muchas preguntas revoloteaban incesantemente en su pequeña cabeza, tratando de encontrar las respuestas.
—Ahora siéntate aquí, en esta pequeña silla donde también se sentó tu madre después de quedarse huérfana, cuando vino a vivir con nosotros. Eres nuestra única descendiente y como tal debemos cuidarte e iniciarte en las artes esotéricas y el conocimiento de lo sobrenatural, antes de que nuestros cuerpos exhalen el último suspiro —le dijeron sus mentores en un leve murmullo.
De repente una visión perturbadora cambió la realidad, aquellos ancianos se habían transformado en dos cóndores que la llevaban en volandas desde lo alto de una cima montañosa hasta una cueva. Allí la aguardaba un coro de diferentes especies animales interpretando una extraña melodía, que al terminar, desaparecieron dejando una pluma de pavo real. Una voz en su interior le dijo que la alcanzase porque la ayudaría a entender el lenguaje oculto de los animales.
Estrella Amaranto © Todos los derechos reservados
Este es de hecho un tipo diferente de historia, bien escrito con un final completamente sorpresa! Gracias por compartirlo, estrella Amaranto usted.
ResponderEliminarHola Estrella. Me gusta, estaba expectante por el desarrollo. Muchos saludos.
ResponderEliminarMe ha gustado como parecías llevar de la mano de Idalia mirando con sus ojos esa nueva vida que se abría ante ella.
ResponderEliminarMe ha sorprendido ese final que no esperaba, parece que dejas la puerta abierta a continuar la historia.
Un abrazo
Hola Estrella,
ResponderEliminarCuanta ternura inspira el inicio de tu historia, con ese final tan intrigante.
Bien escogidos los personajes y bien escogida la escena; pero ¡Madre mía! Siempre me sorprendes. Espero que ese haya sido el final que Idalia deseaba.
Un besazo.
Una historia en la que la hija parece seguir los pasos de la madre, ¿una estirpe de magos? ¿Tal vez una interpretación de la propia niña a esa nueva vida que le espera? Como los buenos relatos, te deja con más preguntas que respuestas. Saludos!!!
ResponderEliminarDesconcertante historia de iniciación.
ResponderEliminarSe presiente que la niña no será una mujer cualquiera en el futuro, será alguien con poderes mentales que superen en trascendencia la rutinaria cotidianidad. ¿Habrá segunda parte? Parece que dejas una puerta abierta a ello.
Abrazos compañera.
Un relato que esos magos recogen a la niña para iniciarle en esos rituales que ya habían mostrado a su madre. Tiene continuación?
ResponderEliminarUn abrazo
Maravillosa historia mi querida amiga y ciertamente su final sorprendente, como guías el relato a través de sus pasos.
ResponderEliminarComo siempre, tus letras enganchan a querer seguir leyendo más.
Besos, todos, Estrella.
Antiguos nombres para la eterna iniciación en lo desconocido. Historia breve sin punto final porque correremos detrás de los misterios eternamente, mientras seamos humanos.
ResponderEliminarTu mente es un radar que se abre a muy distintos campos, a las más variadas dimensiones, y es eso lo que te hace tan fascinante como autora de prosa o de poesía querida Estrella que no por nada te llamas así.
Abrazo grande de siempre.
Una historia donde confirmas que los padres son el espejo de los hijos, la herencia que no falla nunca.
ResponderEliminarTienes la virtud con tus escritos de mantenernos expectantes.
Feliz día querida Ester.
Un gran abrazo.
El inicio me ha fascinado, sentía la misma expectación que Idalia, pero el final ha sido sorprendente y mágico.
ResponderEliminarBonita historia. Me encantaría saber más de esa niña, como dice Francisco, sospecho que será una mujer excepcional.
Un beso, Estrella.
¿Lo vivió la niña? ¿se lo imaginó? ¿o todo fue producto de esos conocimientos sobrenaturales? Muy intrigador tu relato, Estrella, pues me has sembrado dudas, y muy bien contado, tanto que una se llega a poner en situación.
ResponderEliminarPor cierto, la imagen inicial de la niña es preciosa.
¡Muchos besos!
Hola Estrella, interesante relato y contado de tal modo que nos metes de lleno en la historia, continuará? La historia da de sí y coincido con Chelo en lo linda que es la imagen.Tienes un estilo increíle para narrar amiga, un besito.
ResponderEliminarHola Estrella, personalmente me ha encantado. Cubre un halo de misterio, que me atrae y por otro lado me genera desconfianza...por parte de los supuestos abuelos. Espero que continue toda esta historia..pues me fascinan estas temáticas.
ResponderEliminarUn beso!
Una interesante historia de la cual nos llevas de la mano de Idalia, despertándonos a la misma vez que a la muchacha a un mundo fascinante y mágico..., espero que esto sea el comienzo de algo más largo pues dejas con ganas de saber más.
ResponderEliminarUn beso.
Lo he vuelto al leer porque es una joya.Feliz tarde Estrella.
ResponderEliminarUn abrazo.
Idalia, predestinada a ser "especial" en la vida, ya encontró a los maestros que la iniciarán y enseñarán a volar más alto de lo que su imaginación crea posible.
ResponderEliminarAl principio me parecía estar leyendo un cuento con final triste, pero me cautivó la ternura de los personajes.
No me importaría saber que será de Idalia.
Te quedó fantástico, amiga. Felicidades.
Buen inicio de semana
¡Un gran abrazo!!
Vaya Estrella!!!
ResponderEliminarTe confieso que desde el prinicio esperaba un desenlace desalentador, y eso ha provocado que esté en tensión todo el relato, jeje
¿Qué le deparará a la joven?
Bien merece una continuación y nosotros leerla, :)
Besos!
Qué bello. Misterioso, mágico y con hermosas imágenes, ese final abierto que dice que la historia que nos presentas es apenas el principio, un final con esperanza para un momento que se vislumbraba muy triste.
ResponderEliminarMe encantó!!
Abrazos!!
Fascinante historia es la que nos cuentas. Idalia, es la niña que, a medianoche, transita por ese bosque oscuro para llegar inesperadamente a una choza en donde dos ancianos la llaman por su nombre. Son sus abuelos que saben que ha quedado huérfana.
ResponderEliminarLa niña pasa la noche en la choza y su abuela la despierta para el desayuno. ¿Comienza una nueva vida? Se pregunta, y la abuela inicia el ritual para enseñarle las artes esotéricas.
Y a partir de allí todo cambia al reino de los fantástico, los abuelos son cóndores que la llevan a una cueva de animales extraños, una pluma de pavo real la ayudará a comprender el lenguaje de los animales.
Una historia llena de ternura, con la que nos llevas a las mejores narraciones de fantasía, al ámbito de los cuentos de hadas, donde suceden las cosas maravillosas.
Lo he disfrutado mucho. Un cuento de leyenda. Hermoso trabajo Estrella. Felicitaciones. Te mando un gran saludo.
Ariel