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noviembre 19, 2017

La familia Confite

Queridos compañeros de letras y seguidores de este blog, llegó el momento de haceros olvidar los problemas cotidianos y sumergiros en este mundo del humor, donde únicamente las risas o las sonrisas son las protagonistas. ¡Que lo disfruteis!



La familia Confite, gozaba de un gran renombre en aquella ciudad de provincias situada en un entorno privilegiado por la bonanza de su clima templado y el majestuoso paisaje de su bosque tropical. Sus vecinos llevaban una vida sosegada dedicándose a la agricultura y a otros menesteres. 

Situada en una céntrica calle, se encontraba un gran edificio de tres plantas con vistas a dos calles, realizado en piedra maciza con revestimiento de mármol rosa jaspe en su fachada. Dicho inmueble era propiedad de la familia Confite, quien a su vez regentaba una pastelería que gozaba de gran reputación no sólo de los vecinos de Tropilandia, que así se llamaba esta ciudad, sino también de otras ciudades lindantes, cuyos habitantes solían desplazarse para adquirir todo tipo de productos artesanos en ocasiones especiales y festejos populares.
El establecimiento de los Confite, como popularmente se les apodaba, se hallaba en la primera planta a ras de suelo, constaba de dos amplios escaparates y una puerta de madera acristalada, enmarcada entre ambos, con dos largos tiradores verticales de metal. Su interior era muy coqueto y acogedor, con un mostrador de madera de roble y cristal antiguo, así como numerosas estanterías repletas de cajas de bombones, muñecos de felpa rellenos de golosinas, jarrones de flores, tarros de cristal con caramelos y cestos de mimbre para regalo. También había varios expositores de cristal donde los clientes podían recrear su vista y paladar con las mejores creaciones pasteleras de la casa.
Cándido, que así se llamaba el dueño o el pastelero, tenía un carácter dócil y apacible, mientras que su mujer, Leoncia, hacía honor al nombre, por lo que tenía muy mal genio y además autoritaria. Con el matrimonio vivía también su madre, doña Gertrudis, una anciana que no aparentaba la edad, con un carácter entremezclado de jovialidad y tozudez, a la que le gustaba incordiar y meterse en medio de la pareja, pues aunque habían pasado muchos años desde que su "niña" se había casado, para ella no contaba nada más que su afán por protegerla.



A eso de las 7 de la mañana comenzaba su jornada laboral en el obrador situado a espaldas de la tienda y donde estaba toda la maquinaria industrial necesaria para aquellas labores que tan primorosamente efectuaba la familia al completo: Cándido como supervisor y artista de los suculentos manjares, Leoncia ordenando a diestro y siniestro cada acción, cada pedido, cada pauta y Doña Gertrudis poniendo peros y echando leña al fuego del horno y al de la pareja. 
Un rato más tarde de prisa y corriendo, van desayunando de pie, con las magdalenas a medio tragar y mascullando los primeros improperios como habituales saludos matutinos.

—¡Cagüen en Dios, estoy hasta los cojo...de ti! Hay que contratar a una chica para que me eche una mano, porque contigo Leoncia y con la bruja de tu madre, no puedo trabajar y mira que te lo he advertido mil veces, pero nada, tú a lo tuyo y tu madre a darte siempre la razón. 

—Mira gandul, Leoncia, te quiere más de lo que te imaginas, lo que ocurre es que eres un pendón y ahora se te ha metido en la cabeza buscar a una moza que nos hunda el negocio, porque vaya a saber con qué intenciones puede venir. ¡Ay Santa Rita bonita, líbranos del mal! ¡Ay Señora de los desamparados! ¡Ay San Judas no me falles esta vez!...¡Ayyy...qué mala me estoy poniendo! ¡Traime las pastillas, hija mía, que me da el vahído!

—¡Eres un desgraciado, no ves lo pálida que se me ha puesto mi madre! ¡Anda tunante, vete a su cuarto y trae el bote de pastillas que está encima de la mesita! ¡No me hagas perder más los nervios, que no respondo de mis actos! ¡Granujaaa...!

—¡Ya voy, Leona! Y a ver si te metes la lengua por donde te salen esos ventorros que un día van a derrumbar el edificio.

Tras unos minutos de confusión y pérdida de tiempo, volvieron como si nada hubiera ocurrido a proseguir la faena, continuando el ritual de rigor ya mencionado antes y que conocía, mejor que nadie, el vecindario, por las voces que traspasaban los muros y estremecían los oídos de los viandantes.
Pasaron algunas semanas, hasta que el hombre de la familia, pegó un puñetazo en la mesa y dijo secamente: "O contratamos a alguien o me voy de casa y te quedas con la urraca de tu madre." Ante semejante prueba de valor y desplante, con el que no contaban ellas, no les quedó más remedio que achantarse y morderse los labios antes de hablar.
No tardó mucho tiempo en incorporarse al grupo de trabajo, una chica pizpireta y descarada, a la que se le conocía con el sobrenombre de Sabrina, por sus prominentes senos y figura escultural. Sobra decir el malestar y disputas que tal decisión les ocasionó.


—No podías haber buscado otra operaria y no a esta guarra, porque ya me dirás tú a mi, pánfilo, si no hay chicas en esta ciudad dispuestas a trabajar con nosotros, pero nada, tú a lo tuyo, a hacernos la vida imposible a mi madre y a mi. ¡Menudo zorro estás hecho! ¡Nos vas a matar a disgustos!

—Venga, no te hagas la mártir, que para una vez que elijo, ni siquiera me dejas tranquilo. Sabrina, se queda y punto, o ya sabes lo que te toca.

—Sabrina se queda, pero con una condición, a esa pájara le voy a poner un uniforme. Si, uno que usaba mi madre cuando era joven.

—Ya estamos otra vez con tus chifladuras. Seguro que la quieres convertir en una momia como tú. 

—Esta vez te toca aguantar la vela, porque como te pongas farruco, vas a comer cebollinos y dormir en el sofá de mi madre, porque lo que es conmigo olvídate. Asi que ándate con cuidado besugo y no me seas tarugo.

De nuevo los reproches se alojaron como testigos mudos en aquella estancia, hasta que Gertrudis intervino: "Ya está bien, pareceis dos críos a la greña. Se acabó la fiesta, ahora mismo haceis las paces y aquí paz y mañana gloria." 

La clientela aguardaba impaciente la apertura de la tienda a eso de las 8 de la mañana, deseando abastecerse de la bollería para el desayuno y algunos otros caprichos para los más golosos. El aroma característico de los bizcochos, croissants, magdalenas, ensaimadas, napolitanas, palmeras, bollos suizos, etc. atraía como abejas al panal, a un buen número de parroquianos, a los que incluso les divertía observar las trifulcas que armaban detrás del mostrador, pues tampoco se ponían de acuerdo a la hora de cobrar, mientras Cándido sumaba el total, Leoncia y Gertrudis lo distraían queriendo repasar la cuenta, hasta que el hombre perdía los nervios y salía de la tienda dando un portazo o tropezando con el paragüero que estaba allí delante de la puerta.


Algunos asiduos hacían apuestas para ver si aquel día tropezaba o no, pero lo peor era cuando se quedaba atascado entre el marco y la alfombrilla de la entrada, dando bandazos en el aire antes de desplomarse al suelo, en ese caso las apuestas subían de precio y los más avispados ayudaban levantando la alfombra con disimulo, para que Cándido resbalase con más facilidad.

Lo que nadie sospechaba y era el mejor secreto guardado por Cándido, es que cada vez que pegaba portazos y se marchaba como alma que lleva el diablo, se acercaba a una carnicería que regentaba otro vecino, Gregorio, con el que siempre había mantenido un trato especial, incluso cuando iban juntos al colegio. Algo ocurría allí en la trastienda, porque al poco rato de su llegada, entre aquellas paredes se escapaban por las resquicios de la ventana, constantes gemidos, murmullos y gritos desenfrenados. 

Estrella Amaranto © Todos los derechos reservados

51 comentarios:

  1. Hola, Estrella.
    Vaya cuadro el que ha pintado esta familia! Por desgracia has reflejado una realidad que viven miles de maridos, esposas y suegras que tienen que convivir a diario, especialmente cuando comparten el negocio familiar.
    No sé cuál de los tres es más insufrible ni quién tiene más culpa, pero lo que sí está claro es que Cándido sabe como "liberar tensiones" por su cuenta jaja.
    Un abrazo y feliz domingo.

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    1. Hola, Sofía:
      je,je,je..Si, es una familia que se brinda al humor, aunque la "procesión va por dentro" y como me comentas, por desgracia refleja la realidad y más aún si comparten negocio.
      Cándido sabe ingeniárselas para "liberar tensiones" :))

      Muchas gracias por tu participación.
      Un abrazo y feliz inicio de semana.

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  2. Este cándido no es tan cándido, pero es que cualquiera aguanta a un par de mujeres como el que has descrito. Lo de la bella dependienta era la escusa perfecta para desviar la atención de sus otros menesteres con el carnicero, y es que la carne es débil y la tentación muy dulce.
    Muy divertido.
    Un abrazo.

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    1. ¡Hola Francisco!
      Si, Cándido, no es tan tonto como parece, aunque mejor así, porque como "sus dos mujeres" supieran su secreto, no quiero ni pensar la que le liarían al pobre hombre.
      Coincido contigo en lo que me comentas acerca de esa excusa perfecta, desviando la atención con esa explosiva empleada, pues la carne es débil y la tentación muy dulce.
      Me alegro de que te pasaras un buen rato leyéndolo.

      Muchas gracias por participar.
      Un abrazo, compañero.

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  3. Hola Estrella
    Buen manejo del humor en estas letras ligeras en las que nos pintas a una familia que es un auténtico suplicio tenerla cerca. Estoy de acuerdo con Sofia que apunta la dificultad enorme que debe ser ese convivir a todas horas, así que no me extraña que algunos buscan maneras de aliviar el estrés.

    Un beso enorme.

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    1. Hola, Conxita:
      Cierto que resulta un fastidio o un suplicio, como tú dices, tener cerca a una familia como esta y mucho más complicado aún, pertenecer a este clan familiar, con lo que Cándido hace lo que puede para aliviarse.

      Te agradezco que valores tan positivamente mi manejo del humor y que te animases a dejarme tu huella.

      Un beso enorme.

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  4. Mi querida amiga...¡Qué familia más peliaguda!, un relato muy bien llevado y gran acto de una pastelería que goloseando nos ha llevado a conocer los entresijos de está no tan alejada de la realidad de una familia que comparte una labor diaria con sus conciudadanos y como no hasta con ellos mismos. Te mando mi cariño, pasa un linda semana.

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    1. Entrañable amiga, Rosana:
      Me alegro de haberte divertido con esta historia y de mostrarte los entresijos de estos personajes, que efectivamente se parecen bastante a otras familias que comparten negocio.

      Muchas gracias por participar.
      Un beso y que disfrutes de una linda semana.

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    1. ¡Hola Marta!
      La verdad que estás en lo cierto.

      Te agradezco tu visita y amable comentario.
      Un beso

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  6. Estupendo relato Estrella,
    Me ha encantado el léxico que has empleado, muy de pueblo, al igual que la trama: el matrimonio, la suegra, la empleada guapa, las discusiones maritales que a nadie le sorprenden,... Ha sido como remontarse a la década de los 70, cuando despegaba una modernidad que aún era antigua y de ahí, el desenlace final.
    ¿Sabes? Este tipo de citas a escondidas, da igual del sexo del que se trate, siempre me han parecido un drama pues imagino el tormento de quien las lleva a cabo y el sufrimiento que podrían ocasionar en tantas otras personas en realidad queridas.
    Muy completo, Estrella. Pero como es habitual.
    Un beso enorme.

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    1. En cierto modo tienes razón, cuando me comentas que este tipo de citas a escondidas, sea el sexo del tipo que sea, (prefiero no etiquetar este tipo de ideas tan retrógradas), puede dejar secuelas tanto personales como a terceros, aunque si entramos a debatirlo en profundidad, pienso que lo principal es la confianza que hay entre las parejas, matrimonios, etc. porque mientras sea una cana al aire o algo que no es serio, como este ejemplo de Cándido, sirve de "terapia" o de liberación. En fin, cada persona es un mundo y lo mismo sucede con las relaciones de pareja, de manera que tampoco quiero prejuzgar a nadie o hacerle culpable.

      Un placer, amiga Macarena, recibirte y agradecer la generosidad de tu comentario, sacándole provecho a la lectura y en lo que a mi respecta, ya sabes que me lo guardo en mi corazón.

      Un beso enorme y un besito a Macarena hija.

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  7. Hola Estrella, vaya gente hay por el mundo, ja,ja,ja. Y es que a través del ingenio de tus diálogos, nos adentramos en una perversa cotidianidad que divierte al lector, y a la vez nos adentramos en un submundo que desde fuera se goza, pero el que lo viva desde dentro, no lo debe de pasar tan bien.

    La maniobra de Candido, con la joven y sensual empleada, desde luego no es mala estrategia, para dar rienda suelta a sus pasiones más escondidas.

    Besos Estrella y felicidades por tu ingenio.

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    1. Hola, Miguel:
      ja,ja,ja,ja... Me has hecho reír nada más empezar a leer tu comentario, amigo y compañero.
      Si, me parece muy aguda tu observación, sobre lo que le divierte al lector y hasta qué punto lo que parece tan cómico desde fuera, luego es un infierno experimentarlo en primera persona.
      Ya veo que también te ha gustado la estrategia de Cándido al contratar a esa joven y sensual empleada, para tener libertad de movimientos fuera del círculo familiar y que no sospechen.

      Muchas gracias por valorar positivamente mi relato.
      Besos.

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  8. Menuda familia esta, menudo confite y Cándido, pero anda que ella tampoco se deja achantar.
    Muy divertido Estrella este relato, como siempre nos deleitas con tus letras maestra, un verdadero placer venir a leertem
    Besico y feliz comienzo de semana.

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    1. Hola, Carmen:
      Una familia divertida por fuera y bastante conflictiva por dentro.

      Mil gracias por tu comentario tan cariñoso y positivo, pero, sobretodo, lleno de buen compañerismo.
      Un besico y feliz comienzo de semana.

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  9. ¡Hola Estrella!
    Desde luego con ese apellido poca seriedad se puede esperar de esta familia, jeje. Me he divertido mucho con este relato en el que ni Cándido es tan inocente, ni Leoncia es tan leona o perspicaz, ya que no intuye lo que se trae su marido (o igual sí, pero le da igual, jajajja) y es simplemente una bocazas.
    A veces la vida cotidiana puede ser de lo más insufrible.
    Estupendo relato para leer un lunes, Estrella.
    Un besazo y feliz semana.

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    1. ¡Hola Ziortza!
      Bueno, no era un apellido sino un apodo con el que popularmente se les conocía. De todas formas, esta "familia" se las traía ...je,je,je
      Has dado en el clavo: ni Cándido es tan inocente, ni Leoncia es tan leona, sólo es una bocazas que puede incluso intuir lo que se trae entre manos su marido, pero le da igual....ja,ja,ja

      Muchas gracias por tu interesante aporte, Ziortza.
      Un besazo y feliz semana.

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  10. Creo que también iría a comprar a esa pastelería, simplemente para ver el acto que montaban cada mañana.
    No es para menos que Cándido buscara alejarse un poco del mundo femenino, con los dos ejemplares que tenía constantemente a su lado, le era necesario irse para el otro bando.
    Muy divertido, Estrella. Me voy con una sonrisa.
    Abrazo grande.

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    1. Me encanta, Mirella, que te lo hayas pasado genial con esta lectura y además hasta te apetezca ser clienta.
      Por supuesto que Cándido buscara quitarse de encima a estos ejemplares ¡menudas tipas! je,je,je... Y disfrutar cruzando de acera, nunca mejor dicho.

      Muchas gracias, Mirella y ¡qué satisfacción me das al ver tu sonrisa!
      Un abrazote enorme.

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  11. ME EN-CAN-TA....Que gracia e ingenio pero sobre todo aun cuando se trata de una familia común y un dialogo igual el despliegue de tu pluma es fino ,sin perder el estilo.... Felicidades por ello amiga querida,miles de besitos infinitos linduraaaaaaaa...!!! Ay, hasta se me antojaron las magdalenas...!!! :)))

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    1. Mi querida amiga y fantástica compañera, María:
      ¡Qué guay que te encante! Trato de seguir mi estilo, que además en este género de humor, podría asegurarte que es donde me encuentro más creativa y cómoda, lo que ocurre es que para no habituarme demasiado, intento también abarcar otros géneros dentro de lo narrativo.
      ¡Ah y no te olvides de pasar luego por la pastelería para llevarte tus magdalenas recién horneadas! :D

      Muchas gracias por valorar lo que escribo y apoyarme tan fielmente desde que nos conocemos.

      Besitos.

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  12. Qué aliviadas se hubieran sentido madre e hija si hubieran sabido de las preferencias reales de Cándido a la hora de "jugar". No habría habido razón ninguna para estar en contra de Sabrina. Claro que tampoco sé si hubiera sido consuelo suficiente jajajajjaa.

    Un relato muy divertido, Estrella, y con final completamente inesperado. Las cosas pocas veces son lo que parecen, por más que se nos olvide con frecuencia. ¡Una pastelería con espectáculo diario incorporado! :))

    Un abrazo y feliz comienzo de semana, Estrella.

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    1. Hola, Julia:
      Doña Gertrudis seguro que se hubiera aliviado del todo, si hubiera conocido esos "juegos" de Cándido, sin embargo Leoncia, no tanto, porque con lo que le gustaba hacerle la vida imposible, lo más probable es que acabasen separados. La picarona de Sabrina, de conocer ese secreto, quién sabe la que hubiera liado también...je,je,je
      Me alegro mucho, Julia, de que también te hayas divertido con esta historia, donde como muy bien comentas, las cosas pocas veces son lo que parecen, por más que se nos olvide con frecuencia.

      Muchas gracias por aportar tu valiosa opinión.
      Un abrazo y feliz comienzo de semana, Julia.

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  13. ¡Madre mía! ¡Vaya familia!, lo que me extraña que con tanta mala milk que derrochan no se les amarguen los dulces.Lo que más me ha gustado la descripción de la pastelería a la antigua usanza, dan ganas de comerme un dulce, y eso que no soy golosa... me ha hecho gracia los nombres de los pasteleros, Gertrudis, Leoncia, Cándido...aunque no tan Cándido que le podía más la carne que la levadura, por lo visto.
    Un relato simpático Estrella.
    Dulces besos.

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    1. Hola, Tara:
      MIL GRACIASSSSS querida amiga Tara por ser así, tal como eres.
      ¡Ayyy qué vergüenza que me haces pasar con este corazoncito tan grande que tienes!

      Muchos muakisss de corazón.

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  14. De recetario la confitería, de atar los propietarios, y de cotilleo el vecindario... una mezcla para un pastel al que le pones la guinda al final con el affaire del carnicero ;)

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    1. Hola, Eva:
      Me gusta mucho de qué forma tan aguda has sintetizado la idea de cada uno de esos tres elementos que intervienen en esta historia o esa mezcla de la que me hablas.

      Muy amable por seguir visitando mi modesto blog, ya que no me considero ni mejor ni peor que nadie, pues para mi todos sois compañeros y entre todos hacemos posible esta "aventura" de escribir.
      Muchas gracias y espero que no existan malentendidos entre nosotras.

      Un beso.

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  15. ¡Cómo me he reído en el metro mientras lo leía! Desde luego el tal Cándido no tenía un pelo de tonto y llevo a cabo una táctica de distracción impecable. Aparte del final y el planteamiento de la historia, me quedo con los diálogos en los que has sabido dar a cada personaje su propia voz. Genial, Estrella. Un fuerte abrazo!

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    1. Hola, David:
      Como ya conoces mi vena humorística por aquel blog que abrí y no sé si al final lo retomaré o no, que iba de comedia total, pues estoy segurísima de que has debido pasártelo en grande en tu trayecto del metro, lo que me alegra un montón.
      Cándido era un espabilado con esa táctica de distracción impecable, como muy bien has deducido.
      Supongo que sabes, que el diálogo es esencial en el teatro, porque de no haberlo, no habría función y como me fascina el teatro, pues lo he escrito dándole ese toque de guión teatral.

      Muchas gracias por facilitarme tu criterio personal.
      Un abrazo fuerte.

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  16. Estrella: Me sorprende el cambio de actitudes que comprenden desde la seriedad, tenacidad y concomitancia hasta la jococidad, indiferencia e individualidad, de esta "familia que gozaba de un gran renombre". Admirè la prosperidad, pero luego mi emociòn se quebrò y no encontrè con què personaje identificarme, pues más funciona como empresa y no como familia. Un sólo estilo, un lenguaje acabado, y las ideas que confluyen haciendo ver el instinto, la conveniencia de la vida, llevado a la sencillez y a la hilaridad. Gratísimo es leerte. Saludos cordiales.

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    1. Hola, Nivia:
      Creo que comprendo los motivos de tu sorpresa, al no tener claro en mi relato, la fama o seriedad del "renombre familiar", bueno, más bien la fama o ese renombre procedía de la calidad exquisita de los productos que ponía a disposición de la clientela. Cierto que era un renombre asociado al negocio familiar para ser más clara.
      La familia en sí, tenía también mucha popularidad, pues la diversión para los clientes estaba asegurada. :))

      Muchas gracias por tomarte la molestia y el tiempo de elaborar tu interesante comentario, así como por tu presencia.

      Saludos cordiales.

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  17. El final no lo esperaba. Me has transportado a la infancia "confites" ¡cuántos años que no escuchaba esa palabra! y también me ha recordado a la familia Ulises (TBO), pero es que yo ya tengo muchos años... Gracias!!!

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    1. ¡Bienvenida Ana!
      Cuánto me alegro de haberte hecho recordar tu infancia y que valores la recuperación de este vocablo: confite/s, que como otros muchos, ya han desaparecido del vocabulario habitual de este siglo XXI.
      Cierto que esa familia Ulises fue un éxito del TBO, a mi me pilló ya muy pequeña, pero si que tuve la suerte de conocerla, de modo que tampoco eres tan vieja. :))

      Te doy también a ti las gracias por tener la amabilidad de acercarte hasta mi blog y dejarme tu comentario.

      Saludos.

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  18. ¡Hola, Estrella!
    Mira que él me ha dado bastante pena todo relato, pensando qué lástima vivir toda tu vida aguantando a dos personas que solo saben sacar lo peor de uno, pero luego ya cuando llegas al final, la sorpresa es mayúscula y te das cuenta que es un juego (malo por supuesto) pero un modo de vivir, del que ya están acostumbrados y hasta disfrutan. ¡Terrible!
    Frases ingeniosas que me han arrancado más de una sonrisa.
    Un beso enorme.

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    1. ¡Hola Irene!
      Siento que hayas sufrido un poco al conocer a Cándido, pero en el fondo no lo pasaba tan mal del todo, porque supo ingeniárselas para aliviar las tensiones y que nadie se enterase de su relación con el carnicero. Además puso en jaque a las dos "cotorras", contratando a Sabrina.
      Cierto que esta convivencia familiar no es recomendable, pero ya sabes que la realidad supera la ficción.

      Muchas gracias por compartir tu opinión.
      Un beso enorme.

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  19. Creo que la clientela iba a comprar para divertirse con el espectáculo que montaba esa familia tan peculiar jajaja. No te ha faltado de nada para hacerme reír, nombres acordes al carácter del matrimonio, refranes, rezos que evocan a una época pasada, y solo faltaba contratar a Sabrina jeje. El pobre Cándido demostró no ser tan cándido aunque la verdad se le puede disculpar porque con Gertrudis por medio y la Leona de su mujer, el nombre se va al carajo.

    Si querías que pasáramos un rato entretenido, te aseguro que conmigo lo has conseguido.
    Felicidades por la buena narrativa y el lenguaje utilizado, idóneo para el caso en todos los aspectos. Gracias Estrella.

    ¡Un fuerte abrazo, querida amiga!

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    1. Querida amiga Mila:
      Estás en lo cierto, la clientela iba allí para divertirse con aquel "espectáculo" diario. Celebro que también te hayan gustado los nombres de los protagonistas y todo este acompañamiento de la trama, para pasar un buen rato.
      El personaje de Cándido es otro punto y aparte, con sus citas secretas...je,je,je

      Muchas gracias por valorar mi texto con gran cariño y generosidad.

      ¡Un abrazo muy fuerte!

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  20. Desde luego no puedr ser un trío más explosivo que el formado por el matrimonio y la suegra jaja. Para desquiciar los nervios del más santo compartir encima el espacio laboral supone una bomba fe relojería. Cándido ha sabido salirse airoso de la situación de estrés a que se ve sometido por los apremios y el fiero carácter de su mujer y la cizañosa de la suegra desquitándose de.los malos tragos con el carnicero.
    Un genial relato de lo más divertido querida Estrella. He pasado un rato en esta lectura de lo más divertido imaginando todas las escenas. Felicidades por tan buen y bien hacer.
    Que tengas una bonita noche querida amiga.
    Te dejo un cargamento de abrazos.

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    1. Totalmente de acuerdo, Marina querida, con tu criterio acerca de este trío explosivo. Desquiciante convivencia familiar, siendo que, también compartían negocio. para colmo de males.
      Si, Cándido, en el fondo, era un tunante, pues supo engañar a todos y divertirse a su manera.
      Me satisface saber que has pasado un rato divertido.

      Muchas gracias, amiga Marina, por expresarme tu criterio tan positivo y que tengas una estupenda semana.
      Otro cargamento lleno de abrazos.

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  21. Pobre Cándido,teniendo que aguantar a las brujas y encima sin atreverse a salir del armario.
    Ese final no lo hubiera imaginado nunca. Un relato divertido y con sorpresa.
    Un beso.

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    1. Hola, Rosa:
      Bueno, en el fondo no se lo pasaba tan mal este picarón, porque como acabo de comentar A Julio David, tampoco se quedaba corto, a la hora de cantarle las cuarenta, a las dos "brujas". En el fondo, pienso que eran tal para cual.

      Muchas gracias por tu atención de pasarte de nuevo por mi blog.

      Un beso.

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  22. Genial, Estrella. Me asombra tu facilidad para recrear mundos imaginarios llenos de alegoría. Además, los nombres que empleas me parecen fantásticos.
    Este relato tan cotidiano en cuanto a las trifulcas que pueden darse en un negocio familiar me ha encantado. Describes muy bien, mediante unos diálogos completamente creíbles, los problemas derivados de una convivencia continua donde los problemas familiares se mezclan con los laborales.
    Y para remate ese giro final. Vaya con el cándido de Cándido.
    Me he divertido mucho.
    Un beso muy grande.

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    1. Hola, Paloma:
      No sabes qué contenta me siento al leer tu estupenda opinión, respecto a mi manera de crear este tipo de historias, pues ya sabes que es complicado abordar el humor y que de verdad haga gracia al lector.
      Has elaborado una buena comprensión del texto y sus entresijos de composición, con lo que has adivinado mi idea creativa al redactarlo, pero lo mejor de todo es que te haya resultado convincente y valiosa.

      Me encanta haberte dado la oportunidad de pasar un rato divertido.
      Muchas gracias por tu atento y gratificante comentario.
      Un besazo enorme.

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  23. Si, Cándido, como ya vengo comentando, de tonto no tenía un pelo, de manera que como bien dices, era quien mejor ánimo tenía de aquel torbellino familiar. Cierto que si no era ella la que metía cizaña, tampoco él se quedaba corto.

    Muchas gracias por tu fiel visita y comentario tan jocoso.

    ¡Saludos alegres! :D

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  24. Què se puede decir que ya no hayan dicho los amigos anteriores,
    felicitaciones Estrella,son esos ratos que nos alejan de cosas
    monòtonas, a veces.Gracias.

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    1. ¡Hola Cristina!
      Te agradezco mucho tus cariñosas palabras y que vengas a visitarme, pues siempre es un placer recibirte.
      Saludos y feliz semana.

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  25. Qué simpático modo de relatar una dura realidad. Y qué modo de desfogar el de Cándido, tan liberador y liberal. Jajaja
    ¡Enhorabuena!

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    1. ¡Hola amigo Miguel Ángel!
      Ante todo discúlpame que aún no haya encontrado el momento para pasarme por tu blog, a ver si me animo con tus relatos y retomo la lectura de los mismos.
      Me alegro de que te hayas divertido leyendo este relato, la verdad que el tal Cándido lo tenía todo controlado y sabía desfogarse de tantas tensiones.
      Muchas gracias por tu atento comentario y lectura.
      Un abrazo.

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Mil gracias, queridos amigos y lectores de mi blog, por hacer un pequeño descanso y apreciar la lectura de mis textos.
Os quedo eternamente agradecida e intentaré devolveros la huella.
Estrella Amaranto.