Pages

enero 15, 2020

Un día cualquiera en la vida de una madre.


¡Hola a todos! 
Deseo que la semana haya empezado bien, por lo que a mi respecta no voy mal, pues me acabo de enterar que mis compañeros del concurso El TINTERO DE ORO, han sido tan generosos con mi relato que ha conseguido figurar entre los finalistas, por lo que públicamente les doy las gracias.
En cuanto al relato de esta entrada se trata de la segunda participación en la web «Café Literautas»: Reto de Escritura Creativa #3 - Enero, 2020 - Lluvia, de 750 palabras máximo y en esta ocasión las palabras obligatorias: triángulo, amarillo y cuchara. Siendo válido escribirlas tanto en singular como en plural.
El reto opcional, que como bien indica su nombre, se puede aceptar o no. Para este mes, hay que incluir dentro de la escena que está lloviendo o que está a punto de llover.
Mi opción se ha declinado por incluir ese reto opcional dentro de la escena.
Y sin más preámbulos, os invito a su lectura y opinión al respecto.
Muchas gracias a los compañeros de «Café Literautas» y a vosotros por dejarme vuestra valiosa huella.

"No he podido evitarlo", hoy tengo turno de noche en el hospital y me espera una jornada agotadora, pienso, mientras observo desde la ventana a un corro de nubes saltarinas que asoma por el horizonte, parecen escombros de cenizas amenazando lluvia. De momento, no tendré que sufrir los estragos del aguacero, que parece iniciar su curso habitual empapando los cristales y fachadas con su entrecortado llanto.

Iván se ha levantado de la siesta con el rostro contraído y el ceño arrugado, parece como si algo desagradable hubiese perturbado su sueño.
Héctor no quiere merendar y está reclamándome con sus lágrimas. Hace poco que ha empezado a dar sus primeros pasos, mientras su hermano, Iván, que lo mira con recelo me pide su atención tirando el bocadillo mordisqueado al suelo.
Contemplo por la ventana la piscina de la urbanización, su abandono la ha terminado por pintar de verde. A su alrededor flotan todo tipo de desperdicios, bolsas de plástico; flotadores descoloridos y magullados por la desidia; tumbonas repletas de inmundicia; un sinfín de rastrojos brotando hasta en los rincones más insospechados.

—Mamá ¿has visto las ranas? —me pregunta Iván con los ojos muy abiertos y brillantes.
—Sí, están ahí flotando en ese agua verdusca... ¡Puaj! —le respondo contrayendo el rostro mientras me revuelve el estómago.
—Mamá ¿podemos ir a verlas? —esta vez, además, me tira del vestido para llamar su atención.
—¡No, no vamos a bajar! ¡Es asqueroso!
 —Pero mamá, la "seño" nos ha mandado dibujar la piscina de nuestra casa. ¿Quieres que me castigue si no hago los deberes?
—¡¿No te lo habrás inventado?! como lo de llevarte al Jardín Botánico. Esta vez me lo tendrás que demostrar. He hablado con tu "seño" y me ha prometido que te anotará en tu cuaderno cada tarea. ¡Tráemelo ahora mismo!
—¡Aquí está!
—Bueno, pero tendrá que ser cuando el cielo escampe. De momento, no bajaremos para que no pilléis un resfriado. Hoy no es buen día, Iván. Además, no te preocupes porque tengo un libro con fotografías de ranas que puedes dibujar.
—¡Mamá, no es lo mismo! ¡Yo quiero pintar las ranas de la piscina! —exclama mi hijo protestando con sus piececitos dando patadas a la mesa del salón esbozando una llantina. Algo que Héctor imita al instante.
—¡Ya está bien! ¡Cómo sigáis llorando os quedareis sin ver los dibujos animados! —concluyo arrugando el entrecejo y alzando las cejas.

De forma asombrosa la tormenta empieza a amainar, las gotas que tamborileaban en los cristales lentamente van achicándose hasta convertirse en unas diminutas gotitas. Al rato, la presencia del crepúsculo baña con sus tules rosas y morados los tejados de los edificios descendiendo entre las calles solitarias.
Iván permanece tranquilo pintando las ranas con pinturas verde y amarillo, las mismas del libro de Naturaleza que guardaba en el estante, mientras Héctor se toma un batido de frutas con leche.

Suena el ruido de la llave en la cerradura. Es mi marido, que acaba de regresar del trabajo. Los niños se arremolinan a su alrededor para recibir los mimos acostumbrados. Él los alza en brazos dándoles besos y haciéndoles cosquillas.

—Gabri, cariño, quédate con ellos, que voy justa de tiempo para irme al trabajo. Hoy me toca guardia en el hospital.
—Espera, ¿dónde pusiste las cucharas? Esta mañana en el desayuno he tenido que remover el café con el tenedor de postre.
—¡Ah, sí! He comprado otras nuevas, no me ha dado tiempo de colocarlas. Están en la bolsa de papel junto a la ventana de la cocina, ya sabes. ¡Me voy, que llego tarde!
—¡Niños, ya es la hora del baño, luego la cena y a dormir!

Los ojos comienzan a pesarme mientras desciendo en el ascensor hasta el garaje. Mi jornada nocturna no me permitirá regresar a casa hasta las 8 de la mañana.

El tráfico a esas primeras horas de la noche todavía colapsa algunas autovías de circunvalación por lo que procuro conducir despacio y mirando el espejo retrovisor cada vez que cambio de carril.
Apenas me quedan unos pocos metros para desviarme a la salida que lleva directamente al hospital, cuando un camión con un triángulo amarillo y símbolo de material inflamable atraviesa la mediana colisionando contra mi vehículo.
Solo unos escasos segundos antes soy consciente del desastre e instintivamente aprieto con mis dedos, pulgar y corazón de la mano izquierda la alianza en el dedo anular de la otra mano. Luego, cierro los ojos balbuceando: "Héctor, Iván, ¡perdonarme! ¡No he podido evitarlo!".

Estrella Amaranto © Todos los derechos reservados
 
 

41 comentarios:

  1. Querida Estrella, he entrado dos o tres veces para leerlo, por falta de tiempo, y amiga, no esperaba ese final tan horrible, Ufff!!!, me has partido el alma, no puedo decir más cielo, bueno sí, tu forma de hacer con las letras es perfecta.
    Te mando un fuerte abrazo amiga.
    Feliz día.

    ResponderEliminar
  2. Te admiro y pienso que serás la ganadora no solo por tus letras y tu aura de escritora. Tú como persona das lo que pocos puedan dar .Es la magia que sale de tus palabras,Cuando comentas o hablas o escribes maravillas que salen de tu mente
    Abrazos siempre

    ResponderEliminar
  3. Estrella, me dejas sin palabras después de un final tan trágico, que no me esperaba para nada.
    Saludos y feliz día.

    ResponderEliminar
  4. Hola Estrella
    Felicidades por esa mención a tu relato!
    En cuanto a este, me gusta la trama, los diálogos son divertidos, intensos entre la madre y su pequeño. El final inesperado me dejó perpleja con esa tragedia. Es increible como en un zas puede cambiar la vida de una familia feliz.
    Un abrazo!

    ResponderEliminar
  5. Me ha gustado mucho, Estrella. Tiene mucha ternura y lo has ido conduciendo muy bien hacia ese final que no se intuye hasta casi las últimas líneas. Felicidades.

    ResponderEliminar
  6. Ay, Estrella, qué relato tan terrible, pero que bien transmite la cotidianidad de la vida, lo intrascendente que es aún cuando lo más trascendente aguarda a la vuelta de la esquina.
    Muy bien hilado, amiga.
    Enhorabuena por lo conseguido en el Tintero de oro. Y si lo de Literaturas es concurso te deseo mucho éxito con este gran relato.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  7. Mi querida Estrella, la verdad es que al comenzar a leer el relato no esperaba encontrarme con este terrible desenlace, pero en la vida nunca sabemos lo que nos va a ocurrir o cuándo la muerte se nos va a llevar. En un instante todo puede cambiar para bien o para mal, en este caso, tal y como ocurre en la vida real la muerte transformará las vidas de toda la familia.
    Un relato magnífico, en su dramatismo me quedo reflexionando sobre lo efímera que es la vida y que debemos vivir y disfrutar el momento con toda intensidad como si se tratara del último instante del que disponemos.
    Te dejo un abrazo inmenso con todo mi cariño y admiración y un cargamento repleto de besos cósmicos, Ser maravilloso.

    ResponderEliminar
  8. ¡Madre mía, Estrella!
    ¡Cuántas veces he pensado en una situación como ésta y he pedido a Dios que no ocurra hasta que deje de hacerle falta a los míos! ¡Mi niña! Mi niña me necesita y tengo que estar ahí hasta que ella pueda hacer su vida sola.
    Tu relato me pone los pelos de punta porque es una situación con la que me enfrento en la peor de mis pesadillas.
    Un besote Estrella

    ResponderEliminar
  9. Un día que parece desarrollarse con la normalidad y las rutinas de una madre que trabaja, pero que conduce hacia un final inesperado y dramático.
    Muy bien construido, como es tu costumbre y con tu forma impecable de redactar.
    Un gran abrazo, Estrella.

    ResponderEliminar
  10. Estrella has realizado una cuadro muy actual en la vida de las parejas y los hijos de hoy día, donde el tiempo se escapa sin disfrutar la familia, el trabajo es quien manda, tiene la prioridad y nos cargamos encima como la mayor responsabilidad, nos roba toda las atenciones, las caricias y el disfrute de los más pequeños, acaba con nuestras energías y la vida misma.

    Una muy cruda realidad, la verdad es que no se que es más triste, si el contexto, donde la madre espera impaciente la llegada del marido y apenas dispone de tiempo para irse sin siquiera dedicarle unos minutos, o el final, liberador, pero de seguro que empeorarán las cosas en la familia.

    Estrella nos dejas que pensar con este relato, muchos hijos y parejas se quejan por las demandas y ausencias en el seno familiar que provoca el trabajo, pero al menos tienen una fracción, otros no tienen ni siquiera eso, la ausencia de atenciónes y afectos es total, como lo será en lo adelante para esta familia.

    Lo has narrado con mucha naturalidad y con un buen trasfondo querida.

    Grata semana para ti.

    P.D. volviste a poner "corro" de nubes.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Aparte de agradecerte tu atenta lectura, dejándome anotado ese detalle de la palabra «corro», en esta ocasión, mi querida amiga no se refiere a un coro de nubes, sino a un corro de nubes.
      Acá en España es muy común dicho vocablo para referirse a un juego infantil formado por un círculo de niños cogidos de la mano que giran mientras cantan una canción y he utilizado esa metáfora con las nubes.

      Bueno, de todas maneras siempre te agradeceré cualquiera de tus observaciones.
      ¡Feliz semana, igualmente!

      Eliminar
  11. Ay amiga, que horrible final para este hermoso relato lleno de ternura, cosas del diario vivir de una madre trabajadora, amor en familia....Un placer siempre leer tu gran inspiración Estrella, te mando a la distancia mis saludos.

    ResponderEliminar
  12. Como es la vida, todo empezó de la manera más natural
    con esos detalles de una familia típica
    hasta que la tragedia aparece tan cruel.

    Un placer Amaranto
    Un beso grande.

    ResponderEliminar
  13. ¡Madre mía Estrella!! se me han puesto los pelos de punta con ese final. Ya sabes que me encanta la forma que tienes de elegir y combinar las palabras. No es fácil con tan pocas, contar algo que tenga sustancia y tú sabes hacerlo
    ¡Pobres Héctor, Iván y Gabri!!
    Besines

    ResponderEliminar
  14. Caramba, Estrella, no me esperaba ese final tan trágico. Ese día se desarrollaba con la normalidad cotidiana en la vida de una madre para terminar de esa forma tan inesperada. Has ido construyendo la historia con todo lujo de detalles, dándole una total naturalidad, con las habituales escenas familiares.
    Curioso es que la pobre mujer, al ver su fin tan cerca, en lo único que piensa es en sus hijos. El marido queda fuera, je,je.
    Me ha encantado.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Discúlpame, mi querido amigo Josep Mª, pero no te fijaste en ese detalle de la protagonista, cuando lo primero que hace al ver el peligro que se le viene encima, es apretar con los dedos, pulgar y corazón... la alianza de la otra mano, ahí está presente su marido.

      Te agradezco muchísimo que tengas total confianza en hacerme las observaciones que estimes oportunas, sé de sobra que siempre será por ayudarme a mejorar el texto.

      Un abrazo.

      Eliminar
    2. Ay, sí, tienes razón. Lo leí pero no caí en la cuenta. Y discúlpame tú a mí por ser tan despistado.
      Un abrazo.

      Eliminar
  15. Mi querida amiga, me siento tan identificada con tu relato... Que me asombra. Ha sido como leer un ayer. Mi lema al volante es: "alguien me espera"
    Simplemente decirte que es un trabajo muy bien elaborado, las palabras obligadas muy bien ubicadas y la trama llena de detalles que escenifica la emoción de cada uno. Te felicito por todo lo que has conseguido crear y transmitir.
    Me voy Emocionada y con esta bella canción tamborileando en mi interior.

    Mil besitos con cariño para ti y feliz día ❤️

    ResponderEliminar
  16. ¡Oh!, Estrella... Bueno, primero querría felicitarte con tu más que merecido quinto puesto en el concurso del tintero.
    En cuanto al texto de arriba, ¡oh!, Estrella... Me has dejado roto. Cada día me despido de mis renacuajos y me doy un buen atracón de coche. He empatizado mucho con la historia, por la propia trama, pero tambièn por la manera que está llevada. Las imágenes del principio me han encantado, me refiero a la descripción de la tormenta, ese momento has sacado tu lado poético a base de bien.

    Como es un texto para el taller de café literautas te apunto varias cosas con el ánimo de aportar algo al texto y tú decides si son de ayuda o de nada.

    En el tercer párrafo "Héctor no quiere merendar y está «reclamándome» con sus lágrimas. Hace poco que ha empezado a dar sus primeros pasos, mientras su hermano, Iván, que lo mira con recelo me «reclama»..." pones verbo reclamar dos veces, yo trataría de cambiar uno por un sinónimo.

    En un diálogo la madre dice "¡No te lo habrás inventado, como lo de llevarte al Jardín Botánico!" creo que esa exclamación o bien iría mejor con interrogación o bien una coma después del primer NO (¡No, te lo habrás inventado...)

    Es un texto que has elaborado en presente, y eso favorece a la comprensión del desafortunado final, pero hay en un par de ocasiones que pasas al pasado, en concreto en los apuntes de varios diálogos:
    —¡Mamá, no es lo mismo! ¡Yo quiero pintar las ranas de la piscina! —«exclamó» mi hijo protestando con sus piececitos dando patadas a la mesa del salón esbozando una llantina. Algo que Héctor imitó al instante.
    —¡Ya está bien! ¡Cómo sigáis llorando os quedareis sin ver los dibujos animados! —«concluí» arrugando el entrecejo y alzando las cejas.


    El relato engancha mucho. La narración es fluida y, como te he dicho, las imágenes aportadas dan mucha profundidad a la lectura. Los diálogos ágiles y creíbles, es complicado hablar por un niño y caer en clichés infantiles, cosa que no te ha pasado. Además, a priori parecía que era una escena cotidiana (donde los elementos obligados encajan sin ruido, desapercibidos) pero ese final, aunque duro, la ensalza a otra dimensión.

    Me gustó mucho, Estrella. Un fuerte abrazo y felicidades de nuevo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Entrañable y querido compañero y amigo Pepe, no sabes lo que te agradezco todas tus observaciones, de las cuales ya he tomado buena nota y he corregido cuánto me comentas.
      Sobre el diálogo de la madre que me indicas: "¡No te lo habras inventado..." Al final he optado por cambiar la primera parte de la frase a interrogativa y el resto sin entonación exclamativa, creo que así queda mejor.

      Me alegro mucho de contar con tu confianza y conocimientos para mejorar mi texto. Gracias también por tu felicitación del concurso.
      Un abrazo, Pepe.

      Eliminar
  17. Gracias querida amiga por hacerme esta aclaración, desconocía por completo ese término, ya vez cada día se aprende algo nuevo. Me ha encantado esa imagen que describes como corro de nubes.

    Feliz resto de la semana

    ResponderEliminar
  18. Un microrelato en forma de prosa poética en sus inicios. Todo parece normal, el día a día de cualquier familia trabajadora, joven, con hijos pequeños. Esos niños son los que me hace un nudo en la garganta, por el desenlace que propones, que pocos se han dado cuenta. Un abrazo

    ResponderEliminar
  19. Ostras! que final! no me lo esperaba... pensaba en si los niños habrían convencido al padre al final para bajar y de golpe...
    Escribes lindo Estrella...y porque termine mal este relato no cambia lo que pienso.
    un placer leerte, como siempre.
    Besos y croacs.

    ResponderEliminar
  20. I would like to congratulate you for being in finalist. Good luck!
    I always love to read your stories, your imaginations beyond the limit and very impressive.

    Wishing you have a great day.

    ResponderEliminar
  21. ¡Hola, Estrella! Jo, al leer tu relato me ha venido a la cabeza la explosión de una central química en Tarragona esta semana. ¿Y qué tendrá que ver? Bueno, pues al explosionar, la tapa del reactor voló tres kilómetros hasta impactar contra la fachada de un edificio de viviendas. El impacto propicio el derrumbe de un techo sobre un hombre que miraba tranquilamente la televisión sentado en su sofá, muriendo al instante.
    Y es que nunca sabremos cuál va a ser nuestro último día ni nuestros últimos instantes. Por eso, hay que disfrutar cada sorbo de vida. Como le sucede a tu protagonista, con este relato en el que su accidente final nos sorprende como un disparo a bocajarro, de manera inesperada y abrupta. Sin duda era el efecto que pretendías y que has conseguido de sobras.
    Como aporte u opinión narrativa te comento un par de cosillas. La primera es al respecto del diálogo con Iván. Creo que los cuatro incisos de "decir" son excesivos, ralentizan mucho esa escena de diálogo, aunque muestres acciones. Creo que con los dos iniciales para que el lector se sitúe en quién habla son suficientes.
    La otra cosilla. Creo que este relato es uno de esos en los que quedaría de cine que la frase final fuera la misma que la frase inicial. Como te he comentado, está conseguido ese efecto final, un accidente que ya avanzas con el sueño de Héctor. Pero esa frase final "No he podido evitarlo" bien podría ser la frase inicial en un contexto totalmente diferente. Escribir la misma frase en las dos situaciones tan distintas creo que remarcaría aún más el efecto y cerraría un círculo perfecto. Bueno, no sé si me expliqué... Un fuerte abrazo!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola! querido amigo David, no tengo palabras para darte las gracias por tus fantásticas orientaciones y consejos. Por supuesto, he tomado nota de todo cuanto me has indicado para mejorar la calidad del relato, como eliminar esos dos últimos incisos de "decir" (aunque en el primero he creído conveniente dar una pista visual al lector) y el segundo lo he quitado del todo.
      También me ha resultado francamente genial tu sugerencia de intentar incluir la frase final, también en el principio, con el propósito de cerrar el círculo del contenido del relato. Por lo que si lo vuelves a leer ya está todo en su sitio y el resultado le ha dado mucha más calidad a la historia, por lo que te quedo muy agradecida.

      Un fuerte abrazo y ¡claro que te explicaste muy bien!

      Eliminar
  22. Estrella un buen relato donde dejas decir que poco se atiende a la familia cuando el trabajo nos reclama. Yo tuve la suerte de renunciar al trabajo cuando estuve con mis hijos pequeños y aunque siempre hace falta el dinero, nos amoldamos a un sueldo. Mas tarde se quedó mi marido sin trabajo y tuvimos el paro de mi marido. Pudimos salir de ese trance y cuando encontró trabajo de nuevo y yo pude estudiar lo que hoy es mi oficio. Cuando mis hijos ya podía arreglarse solos empecé a trabajar. Tuve la gran suerte que no tuve que desplazarme en coche a mi trabajo al tener a un kilómetro de distancia mi trabajo y caminando son 25 minutos. Pero cuantas familias se han visto truncadas por un accidente. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  23. El tono pausado y amable del relato no hace presagiar ese´rotundo final,... lo que le da, si cabe, más intensidad. Te felicito y si me lo permites Estrella, cuando describes el estado de abandono de la piscina "... el césped brotando hasta en los lugares más insospechados..." desde mi punto de vista el término césped da idea de algo cuidado,... quizás yo buscaría otro término que de idea de algo más descuidado,... quizás yerba?, rastrojos?...
    Feliz fin de semana!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola! estimado Toño, me gustaría agradecerte tu interesante sugerencia, que por supuesto la he llevado a la práctica y tal como bien me aconsejas, no es adecuado el término de "cesped", sino "yerba" o "rastrojos" y me he decantado por este último.
      Una vez más te doy las gracias por ser un excelente lector.

      Eliminar
  24. Hola Estrella, un relato que sacude por ese final desgarrador en el que esa madre tiene su último pensamiento para los suyos. Un relato de lo cotidiano, en el que sonríes imaginando ese caos en el que cuando hay niños muchas veces se vive, en ese compaginar de muchos padres y en esas situaciones inesperadas que aparecen cuando menos se espera y que nos recuerda la importancia de vivir intensamente y no dejarnos nada por hacer con aquellos a los que queremos.
    Un beso y felicidades por tus letras y sobre todo por todo el sentimiento que hay en ellas.

    ResponderEliminar
  25. Un final real como la vida misma. A veces el peligro de la carretera no está en nuestra mano evitarlo. El que conduce arriesga su vida y la de los demás. También me ha gustado el relato del reto5lineas de Adella Brac. Tan cercano también a la vida misma. Enhorabuena por tu relato incluído entre los finalistas del Tintero de Oro.
    Pasa buena semana.

    ResponderEliminar
  26. Una historia común que podría corresponder a la de cualquier familia de clase media. Nos cuentas de una manera como circunstancial parte de lo que le acaece a una mujer casada con hijos. Dejas traslucir el amor por los suyos y gran interés por satisfacer sus necesidades.
    Hasta en el trágico final piensa que los ha defraudado, siente que parte de la culpa por lo que ya no podrá ser y por el desamparo en el que dejará a la familia es suya, y pide perdón a los suyos.
    Lo que empieza suave y armonioso termina con dolor y tristeza.
    Un abrazo Estrella.

    ResponderEliminar
  27. Ay... qué tremendo y devastador final. Cuántas realidades como esta suceden. Cuando menos lo esperas todo se puede torcer. Pendemos de un delicado y fino hilo. No somos dueños de nada que no sea el instante presente.
    Es un relato magnífico, conectas con el lector desde su inicio y le vas llevando suavemente, igual que lo hace la vida... que siempre acaba sorprendiéndote.

    Te felicito por haberte encontrado entre los finalistas del reto. Muy muy merecido, Estrella.
    Un placer siempre leerte.
    Besicos.

    ResponderEliminar
  28. Mucha suerte ! Es un placer leerte! 😘😘😘
    Espero tu opinión en mi último post, espero que te guste! Feliz semana! 💓💓💓

    ResponderEliminar
  29. Buenos días Estrella, te comento lo mismo que en Café, y lo copio tal cual:

    Lo primero que te digo, compañera, es que nos haces cómplice enseguida de la madre que habla en primera persona, nos haces sentir empatía con ella cuando nos metes en sus vicisitudes cotidianas.
    - Con la misma contundencia narrativa reflejas el paisaje doméstico (los niños, el bocadillo mordisqueado, los niños pintando, la merienda, la vuelta a casa del marido…), como el paisaje externo (la piscina abandonada, la lluvia, los colores calmados del cese de la tormenta)
    - Los diálogos naturales, las voces de los niños creíbles.
    - El mundo gestual lo bordas.
    - Buen equilibrio entre la parte narrada y la dialogada.
    En los aspectos formales:
    - No estoy segura de si en esta frase tiene concordancia el sujeto con el verbo: “un corro de nubes saltarinas asoman…” creo que el verbo debe ir en singular, ya que el sujeto es el corro.
    - En la frase que amaina la tormenta, donde escribes “diminutas gotitas”, te sugeriría evitar el diminutivo, ya al calificar las gotas como diminutas se presuponen que son pequeñas.

    La parte final es tremenda, con esa invocación a su familia. Me ha gustado mucho que dejes el relato abierto, si fue definitivo o no el demoledor accidente.

    Un buen trabajo Estrella, te felicito. Un cariñoso abrazo.

    ResponderEliminar
  30. Un texto narrado con mucha naturalidad y con final inesperado. Estupendo.
    SAludos.

    ResponderEliminar

  31. Confieso que este relato fue de esos que prácticamente me llevó a mi de la mano, no tuve que esforzarme demasiado, porque surgió como un flechazo y luego pensé: "¡cuántas veces se me ha pasado por la cabeza escribir hechos cotidianos, pero ¡vaya! no les he dado importancia a la hora de narrarlos, considerándolos intrascendentes... ¡craso error!", porque leyendo uno a uno vuestros afables comentarios, he caído en la cuenta, de que esa rutina, que me parecía demasiado simple para inspirarme un relato, encierra todo un potencial literario, puesto que todos nos identificamos con ella al instante. Por lo que he aprendido a cambiar dicho enfoque y olvidarme de que ya se ha escrito mucho al respecto y puede resultar algo desmotivador o muy añejo.
    De todas formas seguiré adelante con nuevas temáticas y personajes, que puedan sorprenderos de alguna forma, aunque tampoco prometo acertar "el pleno al quince".

    Os agradezco todas vuestras felicitaciones sobre mi relato policiaco, que quedó finalista en la pasada convocatoria del Tintero de Oro y también vuestros elogios respecto al presente relato para el 3er. reto de Café Literautas, que me ha hecho mucha ilusión.

    Destaco las interesantes sugerencias tan generosas de mis compañeros y amigos: Pepe, David Rubio Sánchez, Isabel y Toño por la confianza, amabilidad y buen hacer a la hora de mejorar mi texto, por lo que ahora si lo habéis revisado, ya lleva también impreso vuestro sello.

    Y un día más, me despido de todos vosotros, manifestándoos públicamente mi gratitud por acompañarme y compartir vuestras amables opiniones:

    CARMEN SILZA - RECOMENZAR - LEBASI LEBAM - YESSYKAN - MARTA NAVARRO - ROSA BERROS CANURIA - MARINA - EL MUNDO CON ELLA - MIRELLA S. - I.HAROLINA PAYANO T. - SANDRA FIGUEROA - A. JAVIER - MARIAN - JOSEP Mª PANADÉS - AURORATRIS - PEPE - TERTULIA DE ESCRITORES - LAURA - SARA O. DURÁN - EVI ERLINDA - DAVID RUBIO SÁNCHEZ - MAMEN PIRIZ GARCÍA - EL BAILE DE NORTE - HOLA, ME LLAMO JULIO DAVID - CONXITA C. - YONOSOYMILLENIUM - JOSE LEZCANO - FRANCISCO MOROZ - GALILEA - CAROLINA C. TICALA - TARA - MANUELA FERNÁNDEZ Y BUHOEVANESCENTE

    Os dejo un abrazo con cariño, para cada uno y que disfrutéis de un buen comienzo de semana.

    ResponderEliminar
  32. Estrella defines muy bien la vida cotidiana de una familia,con detalle nos ilustras con esas pequeñas cosas de cualquier familia, el final es terrible y por desgracia hasta es creíble dados los tiempos que vivimos donde el automóvil es una arma mortífera.
    Un abrazo
    Puri

    ResponderEliminar

Mil gracias, queridos amigos y lectores de mi blog, por hacer un pequeño descanso y apreciar la lectura de mis textos.
Os quedo eternamente agradecida e intentaré devolveros la huella.
Estrella Amaranto.