Estoy dispuesta a tirar tanta antigualla. Comenzaré por su repulsiva colección de mariposas.
—¡Eh, chicas, despertad del limbo! ¡Voy a liberaros del polvo y la desidia! ¡No es justo morir para el disfrute de un maníaco coleccionista!
Contrariada por semejante ultraje, me dirijo a las estanterías del despacho donde él guarda sus libros y como venganza decido retirárselos para regalarlos a la biblioteca del barrio.
Al llegar al salón me tropiezo con las zapatillas de Antonio, que las ha tirado en la alfombra. No me pierde de vista, lo que me altera los nervios. Estoy a punto de darme con las narices en la alfombra. Antes noté un roce en la cara. ¡Leñe! la figura de porcelana de la arpista no sé cómo salta de uno de los estantes y acaba hecha trizas. Era un regalo de mi suegra del que le costó desprenderse. Antonio, por su parte, me tenía prohibido tocarlo.
—¡Te lo advertí, que no te acercases a la arpista, pero lo acabas de hacer! —gruñe enrojeciendo las mejillas con los ojos saltándosele de las órbitas, simulando dos bolas de billar en mitad del rostro, pero lo que me empieza a asustar de verdad es verle agitar los puños en alto.
—¡Tierra, trágame!
2
El tono de crispación con el que Antonio me acaba de hablar atrae con la fuerza de un imán a Niebla.
—¿Qué le ocurre a este bicho? ¡Deja de mirarme y no me enseñes los dientes!
—¡Niebla! no te enfades con él. ¡Ven aquí ahora mismo!
—Echa de aquí a este perro. No me gusta como estira las orejas hacia atrás.
—¡Grrr...!
—¡Huyyy... ¡Me ha mordido! ¡Quítame de encima a tu puto perro!¡Me cagüen la leche que t´han dao!
—¡Dios mío, tenemos que ir al veterinario para que lo vacunen de la rabia!
—¿Pero todavía estás así? ¿con los ojos en blanco?
—¡Vamos, Niebla, déjale en paz! ¡Ven aquí chiquitín!
A duras penas consigo que mi fiel guardián me obedezca y con cuidado observo la mordedura en la pierna. La lesión le ha dejado la piel desgarrada y no deja de sangrar.
—¡Antonio, vámonos enseguida! Llamo a la vecina para que se quede con Niebla.
—Paqui ¿no te importa quedarte con Niebla que me llevo a Antonio al hospital?
—¿Qué ha ocurrido, tiene el maldito "bicho"? ¡No me asustes, cielo!
—¡Nooo! ¡Niebla le ha mordido!
—¡Ayyy, prenda, qué cabeza tengo! Me olvidé de decirte que lo llevé a vacunar de la rabia cuando fui con mi pequeña Syra al veterinario. ¡Discúlpame, soy una atolondrada!
—¡No, qué va, eres una joya! ¡Qué peso me has quitado de encima!
—¡Ehh, cálmate, por favor, no cojas ese cuchillo y la pagues con el pobre animalito!
—¿Qué está pasando? ¡Voy para allá!
—...
3
Ya han pasado unas horas desde que llegó Paqui y se llevó a Niebla. Estoy en la cafetería del hospital esperando a que terminen de cerrarle la herida con puntos de sutura.
Noto una presencia a mi espalda y giro la cabeza apretando con fuerza los labios, es Julia, la amiga incondicional de Antonio o lo que aún siga siendo, porque esa tipa me cae fatal.
—¿Qué haces aquí? ¿Le ha pasado algo a Antonio? No me he enterado y eso que estoy de turno de día.
—¡Qué raro, que no sepas nada! Le están dando unos puntos en la pierna.
—Espera un momentito, voy a informarme.
—¡Claro, claro!
Salgo a fumar un pitillo. Me importa un bledo que vuelva con el recadito para joderme el día, porque de esa granuja no me fío un pelo.
A través de las cristaleras de la fachada que dan al exterior observo que la tiparraca anda buscándome, aunque prefiero resguardarme y hago como que no la veo. El taconeo de sus zuecos se vuelve estridente.
—¡No te alteres, que te conozco! pero me han dicho que Antonio tiene la covid y deben ingresarlo.
—¡Anda, estás pirada! Tiene una salud de hierro.
—No te pongas chula conmigo, que como se me crucen los cables te hago una PCR y ya veremos luego...
—¡De eso nada! Llamaré a la policía.
—¡Ya me hartaste! Venga, tira para adelante, que te vas a enterar.
Me lo advirtió mi madre antes de casarnos: «donde hubo fuego, quedan cenizas».
................ F I N ................
Ese relato da para mucha interpretación. Deshacerse de las propiedades más preciadas del marido mientras él se entretiene con la tablet es algo que no puede hacerse a no ser que... continuará.
ResponderEliminarJa ja. Buen relato.
Un beso.
Sonrio en silencio sin mucho que decir siento el palpitar de lo que va pasando hasta el aroma que la alfombra va dejando en mi mente mientras lo leo
ResponderEliminarNo está mal tirar lo que ya no sirve o se ha quedado anticuado, pero si las cosas son de otro...¡ya es harina de otro costal!, como se suele decir, y si encima rompemos algo que es valioso para el otro...la cosa puede terminar mal.
ResponderEliminarMuy buen relato
Un abrazo, Estrella
Hola Estrella!
ResponderEliminarLa verdad es que todos tenemos esa pequeña colección de objetos banales al que, si lo piensas, le damos un valor algo absurdo.
Un relato muy cómico hasta ese final que, aunque incierto, no vaticina nada bueno.
Me ha gustado como has llegado a ello, con ese narrador en primera persona que nos mete en sus sentimientos proporcionándonos la suficiente empatía para que ese final nos golpee de frente.
Muy buenas descripciones, como siempre. Me he reído mucho con la conversación que tiene tu prota con las mariposas disecadas, ja, ja, pero al final... ¡Ay! He sentido el dolor que supongo vendrá después.
Me gustó mucho
Un fuerte abrazo.
Vaya, este es un relato en el que hay que tomar posiciones, yo diria que me pasaria al bando de Antonio.
ResponderEliminarTodos su objetos estan a punto de sufrir un final poco decoroso, claro no lo conozoco lo suficiente como para saber que pasara.
Ojala que reflexione un poco el caballero antes de hacer algo horrendo.
jeje me parto, Estrella. Conozco yo a uno igualito. Un truco es aprovechar las mudanzas, si las hubiera, para deshacerse de los trastos. Muy bueno. Un acaparador compulsivo es capaz hasta de un asesinato si le quitas algunas de sus antiguallas, seguro que él lo llamaría preciadas posesiones.
ResponderEliminarAlguien que conozco tiene un dicho... "el que guarda,... tiene mucha mierda",.... creo que se podría aplicar a tu protagonista,... jajaja, pero meterse a destrozar los recuerdos de la suegra eso no es valentía,... es un suicidio. Me alegra que no tengas que contarnos el final... jajajaja
ResponderEliminarEstupenda tu propuesta Estrella!
Divertidísimo, Estrella. Se masca la tragedia... Me encanta el tono que le has dado al relato: ese marido con olor a naftalina, el desparpajo que salpica las expresiones de la protagonista, la amenaza con que finaliza. Un micro genial.
ResponderEliminarUn relato divertido y muy visual, Estrella. Me encanta la trama. Te leo y te imagino en pleno zafarrancho de limpieza, despotricando con los trastos con esa gracia que tienes al relatar en persona ¿Romper esa reliquia? Hay cosas que se hacen cuando nadie nos ve... Ahora a esperar para conocer las consecuencias.
ResponderEliminarJeje Muy bueno! Yo soy más del bando de Antonio. Me cuesta mucho... "tirar". Siempre me prevengo para un "por si acaso" jeje.
ResponderEliminarEso sí, tirar por descuido algo de la suegra puede ser deporte de riesgo... No cabe duda de que has dejado el relato en todo lo alto.
Muuuchos aplausos 👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼
Estupendo "continuará..." Estrella.
ResponderEliminarPor cierto, me has recordado que estoy haciendo en casa zafarrancho. Eso mismo. Así lo llamo yo también. A veces no puedo llegar a recordar por qué terminamos acumulando tantas cosas. Así que me estoy quedando más a gusto jejejeje.
Muchos besos Estrella. Cuídate mucho.
Hola, Estrella! Me encanta como nos sitúas en el ambiente y el clima de esa mujer que dice basta a las antiguallas. Tal vez es un basta que debería comenzar con su propio marido. A veces operamos por compensación y ese deshacerse de cosas no es más que un sucedáneo de lo que debería hacer con su pareja. El final nos deja esperando lo peor, o quizás se anime a arrojarlo a él al tacho de la basura.
ResponderEliminarUn abrazo
Cuando leo los micros de los que sabéis escribir termino pensando: "Y yo, ¿qué pinto en este concurso?". Pero voy a ver si se me ocurre algo, para chulearme de salir al lado en el mismo sitio que tú.
ResponderEliminarUn abrazo.
Como siempre Estrella, una magnífica entrega. Has creado un ambiente tirante y cargado, capaz de llevarnos a enfrentamientos o hacernos actuar sin reparos, ja, ja.
ResponderEliminarCreo que todos tenemos manías y apegos innecesarios, aunque como dicen por ahí, cada cúal con lo suyo, pero hay que tener cuidado con las decisiones no discutidas antes, es mejor crear consciencia de las cosas antes de actuar a la ligera, pues el final podría ser muy lamentable...
Feliz semana querida.
Tanto humor en plena pandemia, Estrella, se agradece con buenas carcajadas.
ResponderEliminarYo voto por tu protagonista, al fin Antonio está cómodamente sentado y no piensa moverse para ayudar a limpiar entre otras actitudes.
Lo he disfrutado. Un abrazo
Wowwww ahi si que no me meto,aunque
ResponderEliminarno tengo suegra, pero he oido que
todas las suegras son sagradas,
jaaaaa me parecio grandioso el marido
con piyamas jaaaa, hay Estrella eres
lo maximo en tus relatos, me esperare
a ver que sigue.??
Besitos dulces
Siby
Hacer limpieza está bien, pero para lo que a uno es basura para otros son tesoros.
ResponderEliminarMejor pedir permiso antes de hacer nada por si el desenlace no es tan feliz como uno desea.
Un micro muy entretenido.
Un abrazo, Estrella.
¡Hola, Estrella!
ResponderEliminarHas conseguido que me funda completamente con tu personaje, desde el principio hasta el final. Con tu manera de narrar se hace fácil empatizar con ella, su rabia, su incertidumbre, ¡su hartura! Y al final, terminas dejando abierto el camino para muchos escenarios posibles, y esos son los mejores "continuará"!
¡Un abrazote!
Hola Estrella, yo tambien soy de mucho no tirar, hay cosas que son recuerdos y aunque no te hagan falta, tu corazón la quiere seguir teniendo en el baúl de los recuerdos. Otras veces me viene la vena de tirar todo lo que no me hace falta y no me aporta nada. Me he sentido dentro de tu relato, haces sentir amiga, eres una verdader artesana en esto de los relatos, eres genial, mis aplausos y me quito el sombrero por tu buen hacer.
ResponderEliminarPor fin solucionado el problema con el pc, era la tarjeta gráfica, he estado ausente unos días pero ahora ya puedo editar y leeros, con el móvil no me siento cómoda.
Un fuerte abrazo amiga Estrella.
Hola, Estrella. Los regalos de la suegra siempre son fuente de conflicto: al hijo/a le encantan y a la nuera/yerno le parecen una mierda, así que hay que desprenderse de ellos, accidentalmente por supuesto, cuento antes. Y ya llegados también suele ser higiénico desprenderse de vez en cuando del marido/esposa. Por lo menos un ratito.
ResponderEliminarMuy divertido, Estrella.
¡Hola, Estrella! Estupendo micro en el que destaco el trepidante ritmo que le das a la escena y que consigue que el lector se meta en el frenesí de la buena mujer. En el continuará dejas todas las opciones abiertas y es un ejemplo de cómo, según la que escojas en su día, la historia tomará un rumbo u otro. Si el marido decide dar uso del puño, el relato tomará un camino gris y duro. Si se contiene u otro suceso imprevisto acontece, el relato seguirá el simpático tono del micro. ¡Reto superado! Un fuerte abrazo!!
ResponderEliminar¡Hola, Estrella!
ResponderEliminarEntré para leer y saludarte, y me encuentro con un micro la mar de divertido y me alegro, pues la sonrisa siempre es buena compañera en cualquier momento. Van las gracias por delante.
En tu micro encuentro escenas cotidianas, en cuanto a realizar esas limpiezas cuando todo lo ves "horroroso," hasta al marido, jaja. Pero a veces la sorpresa espera agazapada en algo y no se sabe como terminará la cosa. Encuentro que tu relato contiene esa chispa de misterio con su final abierto, bien logrado para cualquier continuación.
He de pasar por donde David, a ver las bases para el reto, después...ya veré.
Te dejo aquí un gran abrazo, mi querida amiga. Feliz de sentirte tan despejada para seguir creando.
Muy bien contado el proceso de limpieza de trastos, pero tocar el regalo de la suegra es una temeridad.
ResponderEliminarCon esos puños en alto y ese continuará diríamos que se masca la tragedia , o no , a saber que decidirá el autor je je je .
Besos Estrella
Puri
Ja, ja, ja... Mi querida amiga, qué buen relato para echar unas risas o, interpretar esa saturación. Muy bien llevado y muy visual. Te felicito, y la música... Me encanta!!
ResponderEliminarMil besitos con todo mi cariño y feliz día ❤️
Cuídate mucho 😘
Hay cosas que no se deben tocar. Puede causar conmoción el hacerlo al hacer reaccionar inesperadamente a los maridos apolillados.
ResponderEliminarMe he reído con este relato.
Un abrazo.
Buenísimo querida trasta jajaj!!! Un micro genial en el que una vez más nos muestras esa faceta tuya de humor que tanto me atrae.
ResponderEliminarPor un momento creí que ibas a deshacerte del marido jajaj. Llega un momento en la vida en que todo se vuelve imprescindible, cosas que almacenamos y que no hacen más que coger polvo. Es bueno hacer esas limpiezas para sanearlo TODO.
Gracias infinitas querida Estrella por estos hermosos regalos que nos dejas y que los que disfruto muchísimo.
Te dejo un millón de abrazos que envuelvan tu ser divino y maravilloso y un cargamento bien repleto de besos cósmicos desde todos los puntos de mi universo.
Tenías que haber sido, como ahora se dice, proactiva. Y sabiendo que al hacer limpieza la cosa acabaría en bronca, haberle roto a Antonio directamente la arpista en la cabeza y luego hacerle recoger los pedazos. Y así, al siguiente zafarrancho de limpieza, ya procuraría él no volver a estar en casa estorbando.
ResponderEliminarSaludos Estrella 🖐
Parece que se a metido en un gran problema, y me deja en suspenso este lindo relato. Un placer leerte mi linda Estrella, saludos amiga.
ResponderEliminarMe gusta la precisión matemática del personaje principal en su viaje de destrucción.
ResponderEliminarPrecisamente porque me gusta, tengo dos descoloques que seguro tienen explicación y no se la encuentro, con lo que me decido a comentarlo, siempre como opinión despreciable como cualquier opinión.
1 - Al inicio del tercer párrafo, el personaje dice : «Contrariada por semejante ultraje…». He sido incapaz de localizar el ultraje al que hace referencia.
2 - El cambio del tiempo en presente a pasado EMDO aporta un punto de confusión dado que el lector se siente a gusto con la precisión con que está resuelto el tiempo en presente y de repente se proyecta hacia el pasado en el momento de quedar colgado al borde del precipicio.Tal vez merezca la pena dar un par de vueltas a esa aparente incongruencia: Si la narradora-personaje cuenta lo que está pasando en el momento actual como una progresión [hago esto-->después hago lo otro---> después...etc] cuando llega el momento final el retroceso en el tiempo puede rechinar un poco.
No sé, igual es una tontería por mi parte y la cosa debe quedar así como la tienes. Desde luego, es tu trabajo que sabes que admiro, y por eso me atrevo a hacer este comentario, sobre todo teniendo en cuenta que no hay en juego ningún premio, y más bien es un departir y cambiar inquietudes.
Un abrazo y salud
No suelo contestar, más que nada por falta de tiempo, pero a ti, estimado colega Javier o Kendall para los tinteros, sí que lo voy a hacer:
Eliminar1.- Por gratitud a la hora de dedicarme tu estupendo comentario donde coincido en parte con tus observaciones.
2.- Para aclararte que ese inicio del tercer párrafo donde aparece esa frase a la que aludes, dicho ultraje se refiere al hecho de que dicha colección que tanto disfruta Antonio, significa un "ultraje" para la protagonista al defender la vida de estos insectos que no merecen dicho "encarcelamiento".
3.- El cambio de tiempo me surgió al poner al personaje en dicha situación tan complicada, pensando en lo que podría suceder tras ese gesto de Antonio con los puños en alto.
Quizás lleves razón y deba mantener el presente en favor de la comprensión de los hechos y la coherencia de la historia, de ahí que este segundo punto que me indicas lo veo mucho más acertado que el primero.
Bueno, te agradezco enormemente tu tiempo y todo cuanto me aportas que desde luego es muy generoso para esta aprendiza de escritora.
Un gran abrazo y salud.
Corregido ese cambio temporal y por supuesto no dices ninguna tontería. Yo sí que admiro tu trabajo y la atención de ofrecernos generosamente tu crítica constructiva que admiro y respeto.
EliminarMuchas gracias, Javier.
¡Hola!
ResponderEliminarQué buen relato.
En mi caso la coleccionista soy yo, pero amás tendría una colección de mariposas, simepre me ha parecido un crimen y un asesinato. Pero tengo de todo, una biblioteca, postales, sellos, monedas, billetes, posavasos, catálogos de exposiciones...
¿Vas a escribir la continuación, aunque sea fuera de concurso? Me encantaría saber qué hace Antonio ante esa arpista rota.
Feliz día.
Hola, Estrella! Un gusto leerte. En este microrrelato has descrito una situación muy interesante, la cual demanda una actitud activa al lector/a, a fin de descifrar la trama. ¡Muy buen microrrelato, compañera! Un abrazo.
ResponderEliminarSin darnos cuenta vamos almacenando, cosas y más cosas que jamás volveremos a utilizar (ni necesitar). Aquí los llamamos "pongos" porque no sabemos donde ponerlos... jajaja y esos fatídicos días en los que limpiando se caen al suelo y se rompen (benditos momentos) jajaja.
ResponderEliminarGracias por tu comentario en el blog de Auro, me alegraste la mañana. Besitos linda.
esos puntos suspensivos quieren decir que continuará...
Eliminarbien! jajaja
Besitos.
Saludos amiga, espero estés bien, cuídate, te mando un abrazo desde mi lindo Monterrey Nuevo León
ResponderEliminar¡Hola Estrella!! Yo soy mucho de hacer limpieza de repente y empezar a tirar cosas (o regalar lo que ya no utilizo), no me gusta guardar por guardar. Espero que niebla tenga un final feliz...
ResponderEliminarBesitos!!
Menudo cambio que le has dado al relato, Estrella, parecía que a la prota le venía una buena y entonces aparece Niebla y lo nubla todo. Me gusta el pupurrí de voces que se forma al final, dando imagen a ese desconcierto y apuro que se forma previo a la visita del hospital, y sobre todo el siguiente acantilado al que nos dejas colgados... Vaya, parece que, para goce del lector, tensión y situación van a más. ¡A ver qué pasa!
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola de nuevo, Estrella. Esta segunda parte se te ha desmadrao!!!! de tirar los trastos viejos y el regalo de la suegra a maltrato animal.
ResponderEliminarCon tu permiso, hay una repetición que me parece innecesaria, más aún en un micro que hay que ser ahorrativos con las palabras. Cuando dices y copio:
"¡Antonio, vámonos corriendo al hospital!...Paqui, ¿no te importa quedarte con Niebla que me llevo a Antonio al Hospital?"
Como sugerencia, creo que quedaría mejor así, evitando repetir en tan corto espacio el Antonio y el hospital:"¡Vámonos enseguida!...Paqui ¿no te importa quedarte con Niebla que me llevo a Antonio al hospital?
Por lo demás, una segunda parte delirante que está pidiendo a gritos la continuación.
Un abrazo de los fuertes fuertes.
Hola. Estrella!
ResponderEliminarMuy buena ambientación, el drama de tu relato.
Me gustó la manera cómica y trágica al mismo tiempo.
Si no mal interpreto, por la falta de atención del esposo, tu protagonista furiosa quiere deshacerse de todos sus hobbies. Niebla responde ante el peligro, muy fiel canino. Yay ai ai, cuales serán sus intenciones con ese cuchillo? 😲
Un excelente cliffhanger!
Un abrazo
Yo sigo insistiendo en que toda mi simpatia va con Antonio,
ResponderEliminarun poco temperamental, es cierto, pero creo es inocente en estos eventos
Hola Estrella querida, wowww en que terminara
ResponderEliminartodo, esta super interesante, eres muy especial
haciendo esa trama, te cuidas mi amiga.
Besitos dulces
Siby
No es justo morir para el disfrute maniático de un coleccionista, totalmente de acuerdo. Pobres mariposas. Y Niebla apareció en el momento justo, pensé que la cosa iba a terminar en violencia, jaja. Buenos microrrelatos. Un abrazo.
ResponderEliminarHola de nuevo, Estrella, no me esperaba este cambio y la verdad, que divertido ha sido al imaginar las escenas con el perro, ja,ja. Niebla parece que es un buen guardián de la mujer, ahora a esperar que no llegue la sangre al río.
ResponderEliminarEstupenda imaginación, mi querida amiga.
Esperando la siguiente.
Un abrazo enorme, y buen comienzo de semana.
Bueno Estrella, creo recordar que te había advertido en el primer comentario que romper regalos de la suegra suele ser un acto de alto riesgo,... y si además la mascota se dedica a pegar mordiscos al pariente la cosa se puede poner más que divertida.
ResponderEliminarEstupenda continuación, muy imaginativa y un poco loca y divertida!
Hola Estrella
ResponderEliminarHe leído el relato completo y de tirón. La descripción de esas situaciones costumbristas y domésticas en ese tono divertido y socarrón me ha enganchado. Las cosas más sencillas contadas con personalidad resultan siempre diferentes, así que te felicito. El giro final de la historia da un vuelco a lo que uno, como lector, iba construyéndose, pero también me lo creo. Te felicito. Un abrazo
Hola de nuevo, Estrella!!!
ResponderEliminarBueno pues queda bien cerrada esta historia que empezó como una pequeña trifulca domestica hasta llegar a presentarnos a una ex bastante tocapelotas, con Niebla, rabia y, como colofón de lo más inesperado (quién lo diría estando tan de moda) ¡el Covid!
No lo habría imaginado nunca. Si esa amiguita (casi un flashback de la intrahistoria de estos dos ;)) ya era un aliciente que picaba imagina con lo otro.
Muy buena historia, en poquísimas palabras has conseguido dibujar a los personajes y mostrar una serie de escenas magníficas y rocambolescas. Y casi sin narración, puro diálogo, otro aliciente más.
Fantástico aporte, Estrella, un reto distinto y muy bien ejecutado.
Un fortísimo abrazo, compañera!
¡Vaya par de tipejas! Tal para cual.
ResponderEliminarLas diversas escenas se suceden tan rápido que nos llevas de una a otra con una velocidad endiablada.
Un relato fresco, descarado y coloquial, casi un sainete.
Seguro que, escribiéndolo, lo has hecho con la sonrisa puesta todo el rato, ¿a que sí?
Yo habría titulado esta serie de relatos "Aquí no hay quien viva", como aquella serie de televisión sobre una comunidad de vecinos mal avenidos, ja,ja,ja.
ResponderEliminarVaya par de elementos.
Una serie divertida y alocada.
Un beso.
En esta segunda y tercera parte es das un giro espectacular, desconcertante e imprevisible, aparece otros personajes que lo llevan por otro camino y el final de la historia lo llevas con un toque de humor.
ResponderEliminarUn abrazo Estrella.
Puri
Me da la sensación, que esta última entrega la hiciste de corrido y con una facilidad inusitada, teniendo en cuenta tu creatividad. Y de nuevo gratamente sorprendida por el giro que le has dado. La palabra; "tiparraca" me da que es castellana, jaja, hace mucho que no la sentía.
ResponderEliminarBien lograda la trama, querida Estrella, una cotidianidad narrada con soltura y originalidad. Felicidades sinceras, amiga.
Un abrazo, bien grande.!
Vaya relación tiene nuestros protagonistas, Estrella, y para colmo de males, el maldito bicho, un habitual en nuestras vidas desde hace ya demasiado tiempo.
ResponderEliminarMuy buenos diálogos, compañera, que dotan a tu relato de frescura y rapidez.
Un saludo.
Ese "olor a naftalina" deja muchas puertas abiertas a la continuación del relato. Malo, cuando empieza a envolver una relación. La "amiga" del marido, no me cae muy bien. Será porque me ha gustado mucho la imagen que me he hecho de la protagonista. Este relato me ha llevado de principio a fin de manera fácil y despertando en mi diferentes sentimientos. El final ha llegado demasiado pronto, ¿continuará?
ResponderEliminarUn placer leerte siempre.
¡Hola, Estrella! ¡Madre mía qué vuelta le diste a la primera parte! Ja, ja, ja... La continuación resultó más relajada en cuanto a la crudeza que podía elucubrarse en la primera parte, y lo hace tirando de ironía y ese humor absurdo que tanto te gusta. La narración, a base de intervenciones dialogadas, se hace trepidante, y refleja el caos de la situación. En este sentido me recordó a aquellas comedias del Hollywood clásico, como La fiera de mi niña en la que de repente se iban acumulando personajes, cada uno con su tema y que daba como resultado unas malinterpretaciones muy divertidas. En la conclusión se atisba una posible infidelidad y esa tensión bélica entre ambas mujeres que consigue aumentar el tono humorístico. Finalizando con ese uso de la PCR absolutamente delicioso. "Como me sigas tocando los ovarios te hago una PCR y me quedo más ancha que pancha", ja, ja, ja... Quizá ese fuera alguno de sus pensamientos. ¡Brillante aporte, Estrella! Un abrazo
ResponderEliminarSaludos estimada y admirada Estrella por aquí Raquel,aunque un poquito tarde,pero ya leer poco a poco. Todo un aprendizaje. Donde hubo fuego, quemaduras también quedan. Jajaja.Buen micro
ResponderEliminarEstrella había leído las otras dos partes desde el cel y olvidé comentarlas desde la PC.
ResponderEliminarLa verdad es que no dejas de sorprenderme querida, sacas unos ases de la manga que resultan geniales para ganar la partida sin que huela a trampa, ja, ja.
Empiezas el relato un poco en broma y otro poco en serio, luego nos haces adorar a Niebla, la defensora, y para librarnos de culpa por dejar a Antonio medio desamparado, !Zas! cuelgas esa aparente infidelidad, eres una gran malabarista de las palabras y los acontecimientos, sin importar el género te luces querida, muestra de tu excelencia como profesora de letras.
Gracias por la pasada. Que pases bien este diciembre. Abrazos amiga y admirada mujer.
No me había enterado de que había una tercera parte,... jajaja es el problema de los "continuará" y veo que aquí las posiciones de cada personaje quedan meridianamente claras y que en la lucha no se hacen prisioneros. Muy buen final Estrella!
ResponderEliminarPlacer y un cúmulo de sensaciones encuentro al leerte.
ResponderEliminarY Aprendizaje de como relatar e hilvanar una historia en un excelente micro.
Disfruto montones los comentarios tan sabrosos.
Tiene un blog que es puro deleite.No cambies.
Abrazosbuhos!!!