Fotomontaje de Estrella Amaranto |
¡Hola a todos!
Espero que este loco mes de febrero con una incipiente aparición de la primavera, en pleno invierno, os haya ayudado a mejorar el ánimo y la inspiración. Y sin novedades dignas de mención, voy a compartiros mi relato para la nueva convocatoria del Reto de Escritura Creativa #4: Febrero 2020 - Elefantes, con una extensión máxima de 750 palabras y en esta ocasión las palabras obligatorias: foto, elefante y aguijón. Siendo válido escribirlas tanto en singular como en plural.
El
reto opcional, que como bien indica su nombre, se puede aceptar o no.
Para este mes, hay que incluir dentro de la escena que alguno de los personajes pierda la memoria.
Mi opción se ha declinado por incluir ese reto opcional dentro de la escena.
Y sin más preámbulos, os invito a su lectura y opinión al respecto.
Muchas gracias a los compañeros de «Café Literautas», especialmente a Tirma Tiatula (Isabel Caballero), Jorge García Labajos, Carla Daniela, Pepe Espí Alcaraz, IreneR, Vespasiano y en general a todos y cada uno de quienes me han comentado y corregido.
Naturalmente al término de esta entrada nombro a los compañeros/as que amablemente habéis dejado constancia con vuestra huella y os quedo agradecida por ello.
Mi opción se ha declinado por incluir ese reto opcional dentro de la escena.
Y sin más preámbulos, os invito a su lectura y opinión al respecto.
Muchas gracias a los compañeros de «Café Literautas», especialmente a Tirma Tiatula (Isabel Caballero), Jorge García Labajos, Carla Daniela, Pepe Espí Alcaraz, IreneR, Vespasiano y en general a todos y cada uno de quienes me han comentado y corregido.
Naturalmente al término de esta entrada nombro a los compañeros/as que amablemente habéis dejado constancia con vuestra huella y os quedo agradecida por ello.
El brillo del sol reverberó en sus voluminosas orejas grises y en su trompa enroscándose a la rama de un árbol para apropiarse de la fruta. El resplandor, apenas, le permitía abrir sus ojos, mientras marchaba hasta un pequeño arroyo.
Zarandeando sus voluminosas patas sobre la hierba esponjosa y húmeda, notaba las caricias de las florecillas silvestres estrujadas bajo sus pezuñas. Cuando se acercó al borde del reguero, advirtió la afilada punta de las piedras en su piel gruesa y rugosa. Dobló las patas traseras y sujetándose con las delanteras permaneció acuclillado, observando su claro reflejo en el agua. Luego, hundió su trompa para absorber el líquido y alzándola expulsó un intenso chorro que se deslizó desde la cabeza hacia las ancas, como si de una potente ducha se tratase.
Intentó respirar hondo para sentir el penetrante olor de la tierra húmeda, pero una espesa humareda enrarecía el ambiente.
—¿Quién habrá encendido el fuego? —pensó—; eso debería quitarme el hambre, pero todavía sigo teniendo apetito.
Estirando las patas traseras recuperó la marcha. Cruzó al otro lado del arroyo sujetándose en las piedras que descollaban de sus aguas. El crujido de las ramas secas al troncharse le alarmó y se colocó en una postura defensiva, acurrucándose contra la hierba. Entre el ramaje apareció un escorpión armado con dos fuertes pinzas y una larga cola enroscada.
—¡Qué iluso eres, joven elefante! ¿No sabes que puedo matarte si te clavo ahora mi aguijón?
—¿Por qué quieres matarme, si no te he amenazado con aplastarte con mis patas?
—Te mataré si no me ayudas a encontrar mi cueva. Llevo días dando vueltas.
—No me asustas. Proseguiré mi camino en solitario.
—Está bien, sigue tu camino, pero luego sálvate tú solo de los cazadores.
—Siendo tan pequeño, ¿cómo puedes librarme de los cazadores?
—Clavándoles mi aguijón cuando están distraídos.
—Bueno, en ese caso, acompáñame hasta el claro del bosque y trataré de encontrar tu caverna.
A medida que el sol descabalgaba de la montaña, el escorpión rasgaba el suelo con sus ocho patas desconfiando del entorno. También, el joven elefante bamboleaba sus ancas a uno y otro lado con desconcierto.
Las fuerzas empezaron a fallarles. Estaban hambrientos y la noche los cubría con su penumbra.
—Descansemos un rato bajo el fresco cobijo de los árboles para encontrar alimento. Estiraré mi trompa para comerme las hojas de las ramas más flexibles.Y tú, escóndete debajo de la piedra repleta de hormigas, así podrás darte un festín.
—Ven p'acá atontao, que te voy a aviar de un escopetazo —exclamó un rudo cazador, apuntándole con la barbilla hacia delante en forma desafiante y la linterna enfocándole a los ojos.
—¡¿No me has oído, puto gilipollas?! —insistía el energúmeno, disparando al aire. —Entonces el escorpión, que le había escuchado, le clavó su aguijón en una pierna hasta obligarle a huir del pánico.
—¡Gracias compañero, me has salvado la vida! Ahora, acabemos de llenar el estómago y a descansar—finalizó el joven elefante.
Al otro día, reanudaron la marcha en busca de la familia del joven trotamundos. En cuanto aparecieron en el claro del bosque, una manada de elefantes les recibió barritando y levantando sus trompas, mientras el más joven se arrimaba a la matriarca para recibir sus carantoñas.
El escorpión los miró algo asustado, pensando que su aventura terminaba allí, de modo que giró sus patas y empezó a moverse.
—No te vayas, mi familia debe saber que me salvaste la vida —le advirtió, exhalando un sonoro barrito, que imitaron los demás. —Luego prosiguió explicándoles la hazaña.
—Un hermano puede no ser un amigo, pero un amigo será siempre un hermano, y como tal, así te trataremos —sentenció la matriarca.
—Lo siento, pero quiero volver mi cueva. Su hijo me prometió encontrarla. Soy un anciano y algo no va bien en mi cabeza —se lamentó el escorpión.
—En ese caso, te ayudaremos. Dinos qué árboles hay cerca, cuáles especies habitan por allí, los sonidos que escuchas...
—Solo recuerdo que hay una catarata rodeada de cafetales. Escucho los cantos de los colibríes y las aves del paraíso cuando amanece. Mis vecinas son un ejército de hormigas, una colonia de mariposas y una extensión de telares, repleta de arañas.
—¡Sí, ya sé dónde está! —exclamó emocionado uno de los elefantes. Mañana te conduciré hasta allí.
—Yo quiero acompañarle —dijo el pequeño elefante.
Pasado un tiempo, un famoso biólogo publicó en Internet un artículo con una foto de un tierno elefante que se fue a vivir cerca de una cueva donde habitaba un anciano escorpión.
Zarandeando sus voluminosas patas sobre la hierba esponjosa y húmeda, notaba las caricias de las florecillas silvestres estrujadas bajo sus pezuñas. Cuando se acercó al borde del reguero, advirtió la afilada punta de las piedras en su piel gruesa y rugosa. Dobló las patas traseras y sujetándose con las delanteras permaneció acuclillado, observando su claro reflejo en el agua. Luego, hundió su trompa para absorber el líquido y alzándola expulsó un intenso chorro que se deslizó desde la cabeza hacia las ancas, como si de una potente ducha se tratase.
Intentó respirar hondo para sentir el penetrante olor de la tierra húmeda, pero una espesa humareda enrarecía el ambiente.
—¿Quién habrá encendido el fuego? —pensó—; eso debería quitarme el hambre, pero todavía sigo teniendo apetito.
Estirando las patas traseras recuperó la marcha. Cruzó al otro lado del arroyo sujetándose en las piedras que descollaban de sus aguas. El crujido de las ramas secas al troncharse le alarmó y se colocó en una postura defensiva, acurrucándose contra la hierba. Entre el ramaje apareció un escorpión armado con dos fuertes pinzas y una larga cola enroscada.
—¡Qué iluso eres, joven elefante! ¿No sabes que puedo matarte si te clavo ahora mi aguijón?
—¿Por qué quieres matarme, si no te he amenazado con aplastarte con mis patas?
—Te mataré si no me ayudas a encontrar mi cueva. Llevo días dando vueltas.
—No me asustas. Proseguiré mi camino en solitario.
—Está bien, sigue tu camino, pero luego sálvate tú solo de los cazadores.
—Siendo tan pequeño, ¿cómo puedes librarme de los cazadores?
—Clavándoles mi aguijón cuando están distraídos.
—Bueno, en ese caso, acompáñame hasta el claro del bosque y trataré de encontrar tu caverna.
A medida que el sol descabalgaba de la montaña, el escorpión rasgaba el suelo con sus ocho patas desconfiando del entorno. También, el joven elefante bamboleaba sus ancas a uno y otro lado con desconcierto.
Las fuerzas empezaron a fallarles. Estaban hambrientos y la noche los cubría con su penumbra.
—Descansemos un rato bajo el fresco cobijo de los árboles para encontrar alimento. Estiraré mi trompa para comerme las hojas de las ramas más flexibles.Y tú, escóndete debajo de la piedra repleta de hormigas, así podrás darte un festín.
—Ven p'acá atontao, que te voy a aviar de un escopetazo —exclamó un rudo cazador, apuntándole con la barbilla hacia delante en forma desafiante y la linterna enfocándole a los ojos.
—¡¿No me has oído, puto gilipollas?! —insistía el energúmeno, disparando al aire. —Entonces el escorpión, que le había escuchado, le clavó su aguijón en una pierna hasta obligarle a huir del pánico.
—¡Gracias compañero, me has salvado la vida! Ahora, acabemos de llenar el estómago y a descansar—finalizó el joven elefante.
Al otro día, reanudaron la marcha en busca de la familia del joven trotamundos. En cuanto aparecieron en el claro del bosque, una manada de elefantes les recibió barritando y levantando sus trompas, mientras el más joven se arrimaba a la matriarca para recibir sus carantoñas.
El escorpión los miró algo asustado, pensando que su aventura terminaba allí, de modo que giró sus patas y empezó a moverse.
—No te vayas, mi familia debe saber que me salvaste la vida —le advirtió, exhalando un sonoro barrito, que imitaron los demás. —Luego prosiguió explicándoles la hazaña.
—Un hermano puede no ser un amigo, pero un amigo será siempre un hermano, y como tal, así te trataremos —sentenció la matriarca.
—Lo siento, pero quiero volver mi cueva. Su hijo me prometió encontrarla. Soy un anciano y algo no va bien en mi cabeza —se lamentó el escorpión.
—En ese caso, te ayudaremos. Dinos qué árboles hay cerca, cuáles especies habitan por allí, los sonidos que escuchas...
—Solo recuerdo que hay una catarata rodeada de cafetales. Escucho los cantos de los colibríes y las aves del paraíso cuando amanece. Mis vecinas son un ejército de hormigas, una colonia de mariposas y una extensión de telares, repleta de arañas.
—¡Sí, ya sé dónde está! —exclamó emocionado uno de los elefantes. Mañana te conduciré hasta allí.
—Yo quiero acompañarle —dijo el pequeño elefante.
Pasado un tiempo, un famoso biólogo publicó en Internet un artículo con una foto de un tierno elefante que se fue a vivir cerca de una cueva donde habitaba un anciano escorpión.
Estrella Amaranto © Todos los derechos reservados
Una bella historia en la mejor tradición de la fábula.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Hola.
ResponderEliminarMe ha encantado el cuento. Adoro los elefantes y siempre me han intrigado los escorpiones, asi que eso es un plus. Pero además es que tu narración es ágil y no es nada aburrida. Me ha encantado todo, ese principio que me he imaginao a la perfección con el elefante intentando coger fruta mientras el sol le deslumbraba, el encuentro entre ambos, ese momento de la anochecida en el que estaban exhaustos...enhorabuena, es una historia estupenda.
Me llevaste a mi niñez
ResponderEliminarA mi pueblo de Dolores
Al aroma a pan fresco que mi madre preparaba
Me llevaste a un momento al cual nunca voy
Vos conocés mis rechifles de vivir solo The Now
Transformar el momento del que te lee
Una maravilla mi querida
abrazos siempre
Me parece que es un relato que tiene una substancia muy tierna y que nos hace reflexionar sobre el significado de la amistad, su estructura y su narrativa resultan muy afables y diáfanas, me ha gustado mucho, un gran abrazo para ti.
ResponderEliminarUna bonita historia con un mensaje precioso. La amistad y cooperación del fuerte ( que no es tan fuerte) y el débil ( que tampoco lo es tanto), Y sobre todo me ha gustado mucho la frase que dice" Un hermano puede no ser un amigo, pero un amigo será siempre un hermano...".¡Muy acertado!
ResponderEliminarBesos, Estrella.
Bonita fábula, Estrella, sobre amistades imposibles. Pero, cuando hay sinceridad y uno mantiene su palabra, la lealtad fluye sola.
ResponderEliminarCreo que a tus amigos de "Café literautas" les va a encantar tu relato ya que, en cuanto he visto el tema, me ha parecido de difícil desarrollo. Pero, como siempre, has mostrado tus dotes de estupenda escritora.
Un besazo enorme.
nice post :) I follow you #158 ,follow back?
ResponderEliminarhttps://bubasworld.blogspot.com/
De principio a fin, maravilloso texto amiga Estrella. Un cuento hermoso que me a encantado leer e imaginar. Saludos amiga.
ResponderEliminarQué bonito relato, mi querida amiga. El vídeo es todo ternura. Nos dejas una moraleja muy cierta. Ojalá todos al reflexionar llegáramos a la misma conclusión, viviríamos en un mundo mejor.
ResponderEliminarGracias por este chute de ilusión.
Mil besitos con todo mi cariño y feliz día ❤️
Una historia muy tierna, con todos los ingredientes de una fábula.
ResponderEliminarUn abrazo Estrella
Puri
¡Pero bueno Estrella! ¿Cómo has logrado escribir este estupendo cuento en tan poco tiempo? Yo aún estoy dándole vueltas al mío, a ver que sale.
ResponderEliminarPor lo pronto te digo que me ha gustado mucho. Parece que le has pillado el gusto a las fábulas y el cuento sigue esa línea.
Buena ambientación.
También buenos diálogos. Conociéndote, seguro que las acotaciones e incisos están perfectos.
Ya te diré con más detenimiento en Café Literautas.
Un abrazo Estrella. Enhorabuena por el trabajo.
Me alegro un montón de conocer tu satisfactoria opinión y te cuento que esta fábula también la tenía ya preparada para concursar en El Tintero, pero me resultaba demasiado clásica y feliz, por lo que opté por otra más realista con ese final tan contundente. De modo que ahora me ha venido de perlas este nuevo reto para rescatarlo de mis borradores.
EliminarConfieso que ya tengo ganas y mucha intriga ...ja,ja,ja de saber por donde enfocarás tu fábula, que seguro no tendrá desperdicio.
Mil gracias, querida amiga Isabel y que tus musas te acompañen siempre.
Un abrazote.
Me recuerda a las fábulas de siempre de aquellas que tanto aprendes y te dan pie para la reflexión, la amistad y el amor puede surgir en cualquier momento y se puede manifestar así como en tu relato, suerte mi estimada amiga, siempre estás a la altura.
ResponderEliminarMi abrazo con todo mi cariño.
Hermosa fábula Estrella, y de paso nos dejas ver que no importan ni el tamaño ni las diferencias tan marcadas, cuando hay intenciones buenas y sanos fines, la amistad está más que asegurada.
ResponderEliminarPobrecito elefantito del vídeo, parece que algo le picaba, ¿Sería el escorpión haciendole cosquillas? Ja, ja. Abrazos querida.
Elephant and scorpion meet together. it is a great idea to bring up into a story.
ResponderEliminarScorpion with poison is powerful, since he lose memory his character has been change.
Beautiful story, Estrella!
Have a great weekend.
¡Entrañable fábula! Dos seres vivos, de mundos tan distintos y amigos para siempre.
ResponderEliminarTe ha quedado muy bonita, Estrella.
Un abrazo y feliz fin de semana.
Qué cuento tan bonito, Estrella. Las fábulas de animales me encantan y reflejan perfectamente el comportamiento humano, o inhumano, je,je. Qué cierta es esa frase de que un hermano puede no ser un amigo, pero un amigo sí es como un hermano. Aquí tenemos un refrán (que en catalán rima) que dice "més val un amic a la porta que un parent a Mallorca" (más vale un amigo en la puerta que un pariente en Mallorca).
ResponderEliminarUn abrazo y feliz fin de semana.
Un relato tierno y que deja una enseñanza, una moraleja, vamos. como las buenas fábulas. Además haces unas descripciones tan bonitas que lo hacen vivir a flor de piel.
ResponderEliminarMe he apuntado a este reto,q ue he conocido a través e tu blog, a ver si me sale algo para este mes.
Un saludo
¡Bienvenida, Charo! Me alegro mucho de haberte animado a participar también en este reto. Además cuentas con las orientaciones y consejos del equipo de esta web y también del resto de compañeros participantes. Siempre dentro de la cordialidad y con espíritu constructivo, porque de lo que se trata es de aprender a mejorar la calidad de nuestros textos.
EliminarEstoy segura de que te gustará la experiencia.
Un saludo igualmente.
Bonita y tierna historia que, como una fábula, pone de relieve sentimientos como el de la verdadera amistad y valores como el de la cooperación y el agradecimiento. Me h encantado
ResponderEliminarNota.- Me han llamado la atención algunas cuestiones que paso a sugerirte:
- "Cruzó el arroyo sujetándose a las piedra...." creo que debería emplearse un término más correcto,... quizás "apoyándose"
- "estiraré mi trompa para comerme las hojas mas delgadas y flexibles.." no crees que "tiernas" se adapta mejor?
Feliz fin de semana!
¡Buenas tardes, Toño!
EliminarMe parecen estupendas ambas sugerencias, por lo que ya están incluidas en el relato.
Muchas gracias por tu gran ayuda para mejorar mis letras. ¡Feliz fin de semana!
Una mano lava a la otra. Colaborar con otros suele conducir a una correspondencia de vuelta.
ResponderEliminarUn cuento con tradición fabulesca, donde podemos encontrar alguna enseñanza interesante.
Abrazo fuerte Estrella.
Preciosa fábula donde se ensalza el valor de la amistad. Su importancia en los momentos difíciles, donde la necesidad de apoyo la distinguirá, como tal, en función de la actitud que se muestre.
ResponderEliminarY ese premio final, el mejor cuando esa amistad compartida se muestra fiel de por vida.
Me ha gustado mucho, Estrella.
Pobre, un escorpión senil.
ResponderEliminarBonita, tierna, entrañable historia... Me encantó Estrella.
ResponderEliminarMe encantan los elefantes desde niña, Dumbo me marcó... jajajaja
Tanto tanto, que me he tragao los diez minutos de video mientras me reía con lo juguetones que son de chicos...
Besos y aleteos de orejas.
pd. dicen que mueven las orejas porque así ventilan y enfrían su cuerpo, no para espantar insectos.
La sangre que circula por los capilares de las orejas se enfría con el movimiento, y pasa al torrente sanguíneo apagando el calor del resto del cuerpo.
Yo también creo que lo hacen cuando están contentos. Y si no es así, déjame creerlo...¿si? 😉
Yo si que me he quedado flipando en colores... ja,ja,ja No sabía que te gustaban tanto los elefantes y menos que el lindo elefantito Dumbo te marcase... ¡Ohhh, Laura querida, me has alegrado la tarde!
EliminarMás besos y todos los aleteos que te hagan falta para hacerte feliz. <3
Qué bonito y tierno relato mi querida Estrella. La verdad es que los "animales" siempre nos dan lecciones. Aquí la amistad que nace entre estas especies tan distintas en tamaño y, digamos, peligrosidad, cada uno a su manera, nos da un buen ejemplo a seguir a nuestra especie. Si la convivencia es posible entre especies tan dispares bien podría darse en la nuestra y el mundo sería totalmente distinto.
ResponderEliminarMe ha encantado y disfrutado mucho con esta preciosa historia. Felicidades una vez más por tu gran talento creativo mi querida y admirada "trasta".
Te dejo un abrazo enorme y un cargamento bien repleto de besos cósmicos desde todos los puntos de mi universo, Ser maravilloso.
Estrella un tierno cuento donde la amistad se deja reflejada en el texto y la moraleja. Un abrazo.
ResponderEliminar¡Preciosa fábula, Estrella! Una historia de esas que uno siempre disfruta. En esta ocasión un canto a la amistad de primera lectura, pero que nos enseña que todo ser nos aporta algo, da igual su tamaño. Más importante es cómo puedo ayudar, que competir en grandezas o miserias. En esta ocasión se unieron la memoria del gran elefante con el aguijón del pequeño escorpión. De esas historias para escuchar alrededor de una hoguera, para mí, las mejores. Un abrazo!!
ResponderEliminarMe ha hecho mucha ilusión saber que mis letras os han hecho evocar vuestra infancia, así como el tener constancia de motivaros a imaginar este mundo fantástico donde ambos protagonistas: joven elefante y anciano escorpión, han logrado traspasar la pantalla o el papel virtual donde lo escribí y ya forman parte de vuestra imaginación, donde seguro que han encontrado un acogedor hogar para continuar su aventura.
ResponderEliminarSí, al tratarse de una fábula construida al estilo clásico, también intenté que os aflorasen todo tipo de emociones, especialmente la ternura. Naturalmente me alegro de que os hayan gustado las descripciones, así como la parte poética.
En cuanto a la reflexión del contenido, también la habéis deducido fácilmente y me alegro de que os resultase otro buen aliciente como lectura.
No quiero olvidarme tampoco de algunos compañeros que tuvieron la deferencia de regalarme sus atentas observaciones, como Toño o Laura que se molestó en explicarme el motivo de mover las orejas los elefantes, os quedo muy agradecida.
Muchas gracias, en general, a todos los que os nombro a continuación por tener la amabilidad de dejarme vuestras respectivas huellas y bienvenid@s a los que os decidisteis acompañarme por primera vez:
PITT TRISTÁN - MARIGEM - RECOMENZAR - PABLO FER RACINES - RITA - EL MUNDO CON ELLA - BUBA - SANDRA FIGUEROA - AURORATRIS - DULCINEA DEL ATLÁNTICO - HOLA, ME LLAMO JULIO DAVID - TARA - ROSANA MARTÍ - I.HAROLINA PAYANO T. - EVI ERLINDA - LEBASI LEBAM - JOSEP Mª PANADÉS - CHARO BOLÍVAR - EL BAILE DE NORTE - FRANCISCO MOROZ - GALILEA - ALEXANDER STRAUFFON - LAURA - MARINA - MAMEN PIRIZ GARCÍA Y DAVID RUBIO SÁNCHEZ
Un cariñoso abrazo para cada uno con mis mejores deseos para que lo que resta de semana os resulte agradable y beneficioso.
Estrella, qué pronto terminaste el relato de CL, yo aún sigo casi a cero.
ResponderEliminarPor lo visto le has cogido el gusto a las fábulas, Estrella, parece un estilo encaja entre tu variado estilo. Me encantan como empiezan todos tus relatos, ese misticismo mesclado con tus imágenes poèticas logran captar mi atención hasta zambullirme a merced de tus letras.
La historia me gustó mucho, un elefante y un escorpión es algo que no se ve muy amenudo. Las palabras obligadas encajaron sin darme cuenta, incluso leyéndolo varias veces.
En lo formal no he visto nada reseñable, aunque me gustaría aportarte algo. Ya que este reto es para el taller de CL, te animo que no digas que el escorpión tenga una falta de memoria, sino que lo hagas ver, que lo muestres para que el lector de alguna manera se de cuenta. Aunque ya sabes, solo es un apunte que si crees que aporta bien y si no pues lo desechas.
En cuanto a la narración y diálogos, geniales, primero introduces y luego con diálogos nos muestras una trama bien construida y que da mucho qué pensar.
Me gustó mucho, como siempre, un abrazo Estrella!
Muchísimas gracias, compañero y amigo Pepe, por tu gran ayuda, ya que llevas mucha razón al aconsejarme que no debería haber expresado sino solamente sugerido a través de imágenes, etc. que el escorpión había perdido su memoria. Tomo buena nota de ello y trataré de reescribir esa parte para mejorar el argumento.
EliminarUn lujo tenerte por aquí de nuevo y ojalá que encuentres pronto esa inspiración para tu fábula de Café Literautas. ¡Ánimooo, Pepe! (aquí sonrisas).
Otro abrazote de vuelta.
Hola Estrella, desde Cafeliterautas he aparecido aquí, no sé cómo...soy muy "manta" con el ordenador, pero me ha alegrado. Como tu escorpión espero saber volver a territorios amables que hacen mi navegación internauta tan agradable.
ResponderEliminarPor si las moscas, te dejo aquí mi gratitud por tus valiosos consejos en mi relato.
Mil gracias Jorge Labajos por tu estupenda visita que celebro con ilusión y muchísima gratitud.
EliminarUn placer comentarte y compartir mis sugerencias para ayudarte en tu estupenda labor narrativa.
Saludos muy cordiales.
Te ha quedado Niquelao Estrella. Aprovecho también para darte las gracias por tu ayuda en Café con mi elefante.
ResponderEliminarGraciassssss