Antes de abrir la puerta del hospital, su madre tenía claro su nombre.
De pequeño dio muestras de desvergüenza y espontaneidad, pero no fue hasta los siete, que bajo aquella apariencia, reveló esconder un gran temor a hacer el ridículo; controlando sus impulsos, abandonó su costumbre de decir palabrotas y al cumplir los diez, su maestra reconocía que era educado y perspicaz. De los doce en adelante recogía tapones de plástico para donarlos a proyectos solidarios y a los dieciséis acompañaba a personas en exclusión social.
No pudo realizar una carrera, aunque si consiguió vivir con dignidad; tuvo pocos pero grandes amigos tan altruistas como él. Nunca le dedicaron ninguna plaza, ni calle minúscula, ni la letra de una canción...
En su último adiós, se mantuvo lúcido para evocar el mensaje, que le transmitió su madre antes de nacer: «Alejandro, el que proteje al hombre; el que le alivia de su miseria y desgracia.»
Su familia le hizo un sencillo funeral y los vecinos del barrio llenaron de flores su ataúd. Luego sus lágrimas inundaron su tumba hasta formar un río donde navegó post-mortem.
Estrella Amaranto © Todos los derechos reservados
De pequeño dio muestras de desvergüenza y espontaneidad, pero no fue hasta los siete, que bajo aquella apariencia, reveló esconder un gran temor a hacer el ridículo; controlando sus impulsos, abandonó su costumbre de decir palabrotas y al cumplir los diez, su maestra reconocía que era educado y perspicaz. De los doce en adelante recogía tapones de plástico para donarlos a proyectos solidarios y a los dieciséis acompañaba a personas en exclusión social.
No pudo realizar una carrera, aunque si consiguió vivir con dignidad; tuvo pocos pero grandes amigos tan altruistas como él. Nunca le dedicaron ninguna plaza, ni calle minúscula, ni la letra de una canción...
En su último adiós, se mantuvo lúcido para evocar el mensaje, que le transmitió su madre antes de nacer: «Alejandro, el que proteje al hombre; el que le alivia de su miseria y desgracia.»
Su familia le hizo un sencillo funeral y los vecinos del barrio llenaron de flores su ataúd. Luego sus lágrimas inundaron su tumba hasta formar un río donde navegó post-mortem.
Estrella Amaranto © Todos los derechos reservados
Realmente Estrella, hay grandes hombres y mujeres que no han hecho proezas espectaculares durante su vida, pero que merecen ser llorados y recordados precisamente por la sencillez y los pequeños gestos de su vida cotidiana.
ResponderEliminarQuizá, con más Alejandros, el mundo sería distinto.
Un besazo, Amiga. Siempre es un placer leerte
Desde las sombras hay tanta gente que aporta su grano de arena para que este mundo, a veces, tan hostil, tenga una sonrisa de agradecimiento. No se necesitan calles para recordar a esas personas, yo creo que se necesitan corazones donde siempre vivan.
ResponderEliminarEs precioso, mi querida amiga, y la canción es todo un clásico. Siempre un placer leerte.
Mil besitos con cariño y muy feliz tarde ♥
Qué precioso relato querida Estrella, coincido con Auro en lo que dice en su comentario. El mundo está lleno de personas que de forma altruista se dan a los demás sin esperar nada a cambio, son persona de una nobleza y empatía increíbles. Son seres que no buscan reconocimientos, lo que dan lo dan desde el corazón, con todo el amor hacia los semejantes. Son seres que no buscan la gloria ni honores se dan sin más. Son seres de amor con auténtica humanidad.
ResponderEliminarGracias por este hermoso regalo, querida amiga, ser hermoso.
Besos y abrazos infinitos!!!
¡Ojalá mi pequeño Alejandro llegue a ser como el protagonista de tu micro! Las grandes revoluciones no suceden por sucesos traumáticos, sino por ese pequeño aporte cotidiano de cada uno de los miembros de una sociedad. Esa actuación es de verdad la que consigue que todo cambie.
ResponderEliminarEl final me ha recordado un verso de Bécquer. Soy muy poco de poesía, pero reconozco que algunos versos de este poeta parecen un espejo de mí y de mis demonios. Te dejo esos versos:
Cuando mis pálidos restos
oprima la tierra ya,
sobre la olvidada fosa
¿quién vendrá a llorar?
¿Quién, en fin, al otro día,
cuando el sol vuelva a brillar,
de que pasé por el mundo,
quién se acordará?
La verdadera grandeza se mide por el tiempo por el que seamos recordados.
Me encantó. Un abrazo!!
Precioso, emotivo micro con un fantástico final, amiga Estrella, y que me ha hecho especial ilusión pues nuestro hijo mayor también se llama Alejandro. Te felicito.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Hola Estrella. Tu micro nos ilumina con esperanzas, porque muchos Alejandros que no conocemos hacen cosas por los demás. No los vemos todos los días. Sin embargo están ahí y ojalá se multipliquen.
ResponderEliminarUn abrazo
Ay! Esas buenas personas que pasan siempre tan desapercibidas... Un relato precioso, Estrella.
ResponderEliminarEstrella, que diferente fueran las cosas si todos desde pequeños hablamos de nuestros miedos y tratamos de hacerle frente.
ResponderEliminarNos has contado como esto cambió la actitud de ese niño, que pudo seguir así y convertirse en un antisocial y desagradable joven, sin embargo vivió para servir y honró a la familia con su ejemplo.
Como se nota que tienes el don y la experiencia como educadora, pero de las de verdad, no de las que hacen alardes de su título.
Me ha gustado el micro, el dar a conocer como un simple detalle, da un giro a una vida, y como las palabras de estímulo y confianza de una madre, dichas con amor y convicción, se quedan grabadas y pueden marcarte para toda la vida.
Un suculento contenido en tan pocas palabras, felicidades querida.
Una vida sencilla. Como la de mucha gente que desde el silencio hacen cosas importantes por los demás sin hacer ruido.
ResponderEliminarPrecioso relato Estrella, en pocas palabras has dicho mucho y bueno. Enhorabuena
Un beso
Las personas realmente generosas pasan inadvertidas, pero dejan su impronta en aquellos que tuvieron la suerte de conocerlas. La verdadera valía de un ser humano no está en las apariencias sino en su interior.
ResponderEliminarUn abrazo.
En general, las personas con la apariencia de llevar una vida "gris" y que no se hacen notar por acciones con el fin de deslumbrar al afuera, son los que ejercen influencia en el medio en el que se mueven. Y dejan recuerdos.
ResponderEliminarNo sabía el significado del nombre Alejandro, pero es uno de mis preferidos. Seguramente su madre lo eligió intuyendo lo que sería el niño al crecer.
¡Un micro muy bueno, Estrella!
Abrazos.
Los sencillos de corazón y los humildes son los que conquistarán los corazones de los pobres, de los necesitados, de los oprimidos.
ResponderEliminarSon aquellas personas solidarias que dedican tiempo y medios para servir y no ser servidos.
Estupendo micro Estrella.Me ha gustado mucho, sobre todo por el mensaje que trasmite.
Un abrazo.
Siempre he desconfiado de Los grandes Prohombres, de los que publicitan sus gestas, de los que dan y donan a la vista de todos.
ResponderEliminarTu Alejandro es grande en su humildad, y has sabido calar el sentimiento de un buen hombre, un hombre bueno (no son necesarias connotaciones religiosas). No lo avala el nombre d euna calle o plaza, sino de la gente que lo redeaba.
Eso has escrito Estrella, y con pocas palabras, no se necesitan más.
Brillante y emotivo, abrazosbuhos! Gracias por la musica!
ResponderEliminarLos sencillos que pasan desapercibidos son los grandes hombres como tu protagonista Estrella,los que necesitamos todos a nuestro lado.
ResponderEliminarMuy bonita la música que acompaña.
Besos Estrella
Puri
me gusta el ritmo de tus letras
ResponderEliminarme gusta como escribes
mil abrazos
Comentas -escribes maravilloso -Eres una de esas personas que no solo pertenece a un grupo en el cual siguen a alguien- Tu eres diferente a ellos eres mágica escribes corto y radiante sales de las rutinas, rutinarias del puchero diario de los escritores que creen que son más de lo que en realidad son ...
Eliminarabrazos mil van para vos
Y sigue asi siendo diferente
Precioso relato, Estrella, digno homenaje a tantos y tan buenos hombres y mujeres anónimos.
ResponderEliminarUn abrazo enorme.
Muy bonito relato, ese homenaje a tantisimos anónimos que con su día a día de pequeños pero sentidos gestos, hacen que el mundo sea un poquito mejor.
ResponderEliminarBesos
Alejandro sembró durante su vida y al final recogió una cosecha de cariño y agradecimiento. Ojalá todos fuéramos un poquito así y seguro que el mundo sería muy diferente :)
ResponderEliminarMe ha encantado el toque final del micro, Estrella. Esa imagen de navegar después de muerto en las lágrimas de los que te echarán de menos es poética y evocadora. ¡Muy original!
Un beso enorme de verano.
Las grandes cosas se consiguen con pequeños gestos. Ojalá el Alejandro de tu relato tenga muchos imitadores. El altruismo de verdad es así, silencioso y desinteresado, cuando se publicita a bombo y platillo suele esconder (esconde de hecho) otros intereses más privados que poco tienen que ver con la idea que se trata de vender a la sociedad, aunque somos muy propensos a fabricar héroes de fachada. Un abrazo, Estrella.
ResponderEliminar¡Hola Estrella! Me gusta tu estilo escribiendo. Conozco a algún que otro Alejandro. Me pasaré por aquí de vez en cuando a leerte
ResponderEliminarUn beso
Efectivamente, los grandes hombres se dan a los demás sin esperar nada a cambio. Por regla general son personas discretas que pasan inadvertidas.
ResponderEliminar¡Ojalá vuestros Alejandros y otros que no se llaman así, pero que nacieron predispuestos a mejorar la humanidad, continúen existiendo y multiplicándose por mil!
¡Qué bueno Mire que te haya podido mostrar algo nuevo, como el significado de este nombre!
Desconfiar de los petulantes Prohombres es lo mejor que puedes hacer, Isabel y efectivamente para avalar a los humildes nadie mejor que la gente que lo trata y lo conoce.
Querida Mucha, siempre fui un bicho raro que huye de esos pucheros calientes ...ja,ja,ja ¡Cómo me conoces! Abrazos a raudales!!!
No tengo palabras para daros las gracias a tantos compañeros que también habéis participado en este reto con fantásticas aportaciones, que ya os comenté en su momento con mucho gusto y que también os habéis molestado en dejarme vuestras cálidas muestras de apoyo.
¡Muchísimas gracias a todos!
EL MUNDO CON ELLA - AURORATRIS - MARINA - DAVID RUBIO SÁNCHEZ - PATXI HINOJOSA LUJÁN - MIRNA GENNARO - MARTA NAVARRO - I. HAROLINA PAYANO T. - JOSE VIVO - JOSEP Mª PANADÉS - MIRELLA S. - FRANCISCO MOROZ - TARA - BUHOEVANESCENTE - DULCINEA DEL ATLÁNTICO - RECOMENZAR - BRUNO - CONXITA C. - JULIA C. CAMBIL - HOLA, ME LLAMO JULIO DAVID - JORGE VALÍN Y MARIAN.
Un abrazo con cariño para cada uno y que sigáis disfrutando del verano o de las vacaciones, si ya las habéis iniciado o estáis a punto de coger las maletas.
Apreciada Estrella, tus relatos nunca dejan indiferente. En lo callado, siempre hay personas que se desviven por los demás sin esperar nada a cambio, e ahí la magia que tan bien has relatado sobre Alejandro, tu protagonista.
ResponderEliminarUn abrazo literario
Me ha llegado y llenado totalmente, destilas en él el amor y el hacer sin pedir nada a cambio.
ResponderEliminarOjalá hubieran en el mundo muchos protagonistas como el de tu relato, de verdad, el mundo iría mucho mejor.
Un beso y mucha< suerte en el Tintero.
Hay quienes la vida pasa por ellos y existen esos otros que pasan por la vida con la sencillez de lo puesto.
ResponderEliminarAfortunadamente, el mundo está hecho de muchos Alejandro.
Gracias por esas letras llenas de sabiduría.
Abrazos, mi querida Estrella.
Precioso relato, Estrella.
ResponderEliminarCreo que a todos nos gustaría que hubiesen muchos Alejandros así, de hecho hay más de los que imaginamos, ya que sin esas almas solidarias y entregadas la humanidad se extinguiría. Se me acaba de ocurrir la idea de "rebautizarnos" en la intimidad de nuestro ser con ese nombre y pasar por la vida como él.
Un fuerte abrazo y gracias por tu luz.
Un micro precioso, Estrella, y con un gran significado en muchos aspectos lo cual también resulta reflexivo. Aquí veo a una madre inteligente pues hay creencia de que, el nombre que se le pone al nacido será como una carta de presentación y así, su comportamiento en la vida. En esta cautivadora historia tú fuiste la que eligió el camino del niño hombre, un ejemplo a seguir. Poco pero bueno, que ya es mucho de todo.
ResponderEliminarUna andadura muy bien desarrollada y un final lleno de almas.
Abrazo enorme.
!Encantador micro!
ResponderEliminarTu protagonista nació con una misión por cumplir, sin necesidad de echar mano a la fama, o al poder. Muy emotivo e intenso.
Un abrazo!
Un buen comienzo y un final excepcional.
ResponderEliminarMe ha encantado tu relato. Hace vibrar y deja huella.No se puede pedir más.
Enhorabuena. Saludos
Muy emotivo, Estrella.
ResponderEliminarLa fama no dignifica, y el nombre no debería dar poder. Así que me gusta, me maravilla tu protagonista. Siempre hizo buenas obras, sin esperar nada a cambio, porque de eso se trata; de ser. Bonito y sentido micro.
Un beso enorme.