Queridos
lectores y seguidores del blog, en esta ocasión os presento el relato
con el que voy a concursar en la XVII EDICIÓN Y TERCERA TEMPORADA DEL TINTERO DE ORO (ENERO 2020): REBELIÓN EN LA GRANJA de George Orwell.
Dicho relato debe cumplir con al menos uno de estos requisitos:
- Escribir una fábula o que los personajes sean animales, con su moraleja o con una crítica social de fondo.
- Un relato en el que se mencione con sentido la novela Rebelión en la granja o al autor, George Orwell.
- Un relato en el que la acción transcurra en una granja.
Como decía el gran poeta Antonio Machado: "Caminante no hay camino, se hace camino al andar..." y así dejando huella me limito a concursar, no para ganar sino simplemente para participar.
Os dejo con su lectura, que deseo os haga pasar un buen rato y ya me contaréis cuales son vuestras impresiones al respecto.
Muchas gracias a todos.
La avaricia es un afán excesivo por atesorar bienes materiales y como tal impide ver el resto del paisaje, repleto de miles de matices...
Cuando el sol declinaba, predominando el rojo anaranjado, mientras una mágica luz recorría el suave contorno de las nubes, haciendo ostensible la belleza de la bóveda celeste, era el instante en que el dueño de la granja, ubicada en plena campiña, procedía a revisar sus instalaciones.
Se trataba de un rechoncho y palurdo campesino de ojos saltones, que acompañado de sus hijos, altos y desgarbados, procuraba controlar que todas las ventanillas de ventilación, así como las puertas de los distintos cubículos de la hacienda quedasen herméticamente cerradas. Aunque, acabó fracasando, ya que ellos se ocupaban de abrirlas después que él las cerrase. Últimamente, vulneraban su férrea disciplina, pues pensaban que no era justo el cautiverio al que sometía al conjunto de las bestias.
Luego, ayudados por la luz de una lámpara de gas, se alejaban hasta la puerta de su vivienda, separada del resto de los cuchitriles del recinto, para disfrutar de un sueño reparador.
El aire se mantenía furioso y glacial, especialmente de noche, cuando la nevisca cubría suelo y tejados, con palmo y medio de espesor. La luna llena brillaba encima de la montaña. Una luna helada y furibunda reverberando sobre la nieve sorda y apática que acolchaba los caminos que bordeaban decenas de pinares y abetos.
Un ruidoso crujido en mitad de la noche despertó de súbito a los animales, que sin dejar de asomar sus hocicos, picos, fauces y morros por las ventanas y dinteles de las puertas de madera, permanecieron expectantes, sin evitar mirar a todos lados, tratando de encontrar al ladrón o al temido lobo, con el que en más de una ocasión tuvieron que enfrentarse. Sin embargo, esta vez, era un samoyedo, al menos eso fue lo que dijeron los perros de la granja, quienes se fijaron en su típica cola en forma de gancho.
—¡Hermanos, vengo en son de paz, no os alarméis! —exclamó resoplando y sacudiendo la cabeza mientras el temor se filtraba lentamente a través de sus ojos vidriosos.
—Oink... oink, oink, oink, —dijo el cerdo gordinflón llamando al resto de los animales para que acudieran a la pocilga.
—Muuu... Beee... Cuac, cuac, cuac... Miauuu... Hiaaa, hiaaa... Ih, ih, ih... Pío, pío... Kikirikiiii... Clo, clo, clo... Hiii... Huu, huu... Croac, croac... —respondieron el resto de las bestias, emprendiendo apresuradamente la marcha en fila india.
—¡Escuchadme con atención, porque os traigo una noticia muy importante! —profirió el extraño visitante, sosteniendo la mirada de todos los presentes.
—¿Qué noticia?... ¿De qué se trata?... —preguntaron al unísono sin poder pestañear y rascándose el lomo o la cabeza.
—Como algunos habéis adivinado, soy el perro guardián de la granja que dista una legua de aquí. Ayer un hombre adinerado le entregó a mi amo un fajo de billetes para comprársela. Le escuché decir que vendría pronto por esta hacienda a fin de hablar con vuestro granjero.
—¿Por qué quiere adueñarse de las granjas? —articuló abriendo el hocico el caballo, con las cejas levantadas.
—Según escuché decirle a mi amo, quiere demoler las granjas y edificar un parque de atracciones y espectáculos para niños, familias y adultos. Le explicó que ya tenía los planos del terreno y que sería el más grande del país.
—Entonces ¿qué harán con nosotros? —interpeló uno de los patos.
—¡Eso es lo que os quería decir! Os llevarán en el camión directos al matadero para sacrificaros y que el amo obtenga pingües beneficios.
Se produjo tal tumulto a partir de aquella amenaza, que fue imposible poner orden a la reunión. Todos los convocados se retorcían de espanto emitiendo alaridos y gruñidos interminables, por lo que le pidieron al forastero que les ayudase a difundir la noticia por otras granjas vecinas, que muy probablemente estarían amenazadas por la codicia del rico empresario. Debían vengarse de semejante infortunio.
—Amigo samoyedo, debemos defendernos y nada mejor que provocar incendios en nuestras granjas para que no resulten rentables a los ojos de semejante rufián y se olvide de sus execrables negocios.
—Muuu... Beee... Cuac, cuac, cuac... Miauuu... Hiaaa, hiaaa... Ih, ih, ih... Pío, pío... Kikirikiiii... Clo, clo, clo... Hiii... Huu, huu... Croac, croac... —prorrumpieron el resto de los animales, emprendiendo apresuradamente la marcha en fila india de regreso a sus habitáculos.
Al amanecer, subida a una loma, la numerosa colonia animal divisó unas espesas humaredas cubriendo el cielo de una lluvia de cenizas que se extendió por todo el valle, llegando incluso hasta la ciudad, lo cual sobresaltó a los habitantes, que solicitaron ayuda a las autoridades.
Frente a aquella insólita contingencia, el pícaro especulador inmobiliario paralizó las negociaciones con los granjeros, atribuyéndoles un despreciable complot con objeto de hundir sus planes y llevarle a la bancarrota. Atónitos no daban crédito a lo que estaba sucediendo, por lo que insistieron que no eran los más indicados para cometer semejante despropósito, teniendo en cuenta su ambición por hacerse ricos con la venta de sus granjas.
Entonces el gran estafador les miró tan fijamente que parecía tener dos puntiagudas dagas en lugar de pupilas, pronunciando con rotundidad una terrible sentencia: «Serán detenidos y acusados de pirómanos. Se les expropiarán sus propiedades, de las que pronto seré su propietario. La avaricia es un afán excesivo por atesorar bienes materiales y como tal impide ver el resto del paisaje...»
Estrella Amaranto © Todos los derechos reservados
Me lo he pasado en grande viendo el vídeo, mi querida Amiga... Y es que no hay nada como regresar al pasado con un buen relato hecho fábula, acompañado de este animado.
ResponderEliminarTe felicito por tu creación, Muy ingeniosa la revolución en estas granjas. Me ha encantado.
Tan solo Dejarte un dato, si me permites. Estoy segura que solo es un error tipográfico.
"Escuchadme" se está reclamando.
Sigo felicitándote, Preciosa. Mucha suerte y enhorabuena.
Mil besitos con cariño y feliz día ❤️
Saludos, muy buen relato y un mensaje que siempre hay uno que sale ganando. Éxitos en el concurso.
ResponderEliminarQué puedo decirte ??? Eres increíble tu forma de ir creando historias pocos la tienen- brindo por vos
ResponderEliminarHola Estrella! Soy Beri. Compañera, he disfrutado grandemente con tu magistral fábula. Muy destacable la prosa poética con la que aderezas las descripciones. Muy decorativas y divertidas las onomatopeyas. Estoy convencido de que tu relato va a quedar en muy buen puesto. Besos.
ResponderEliminarInteresante metáfora. La avaricia siempre debería ser castigada. Lo malo es que el castigo de una avaricia supone el premio de otra, como sucede en este relato en que sale ganando el especulador. Siempre hay alguien que queda encima, flotando sobre las desgracias ajenas como el aceite sobre el agua.
ResponderEliminarMucha suerte en el concurso.
Un beso.
Mi querida Estrella, he disfrutado muchísimo con esta fábula. Tu ingenio y creatividad son infinitos, amiga mía. Dicen, como bien sabes, que la avaricia rompe el saco. Los esfuerzos de los animalitos de la granja por no ser sacrificados les lleva a incendiar las granjas con lo que al mismo tiempo ellos también salen perdiendo y el mayor beneficiario es quien provoca desde el principio esta rebelión, con lo cual ni los propietarios verán su codicia saciada.
ResponderEliminarComo siempre, he disfrutado enormemente con este relato que seguro quedará en un muy buen lugar. Te felicito una vez más por ese gran don que tienes para escribir en cualquier género.
Un abrazo inmenso con todo mi cariño a tu maravilloso Ser y un cargamento bien repleto de besos cósmicos desde todos los puntos de mi universo.
Interesante fábula y mucho mejor el castigo final en forma de moraleja. Un abrazo
ResponderEliminarAy, la avaricia... Una fábula muy ingeniosa, Estrella con un final muy acertado y muy adecuada para el reto. Me ha gustado mucho. Suerte en el Tintero.
ResponderEliminarHola, Estrella.
ResponderEliminarMuy poético el relato, encajado a la perfección en la propuesta. Tal vez la última frase sobre la avaricia no me encaja que la diga el gran estafador.
Te felicito.Relato muy logrado.
¡Hola Isan!
EliminarSi lo lees con detalle, deducirás que tratándose de un gran sinvergüenza su sentencia es pura ironía.
Te agradezco infinito tu confianza y espero que te haya aclarado la idea.
Saludos cordiales.
Un relato muy entrañable, lleno de grandes sentires que solo los animales nos pueden transmitir. Una gran propuesta siempre por parte de nuestro amigo David.
ResponderEliminarSigo ausente mi querida amiga, pero dejaré siempre que pueda un ratito para mis amig@s siempre tengo.
Mi abrazo más cariñoso.
Mala estrategia la de los animales. Mala es la avaricia, y peor cuando se junta la de unos frente a la de otros...
ResponderEliminarBuen cuento, Estrella
Besos
Por qué será que el que más tiene más quiere. Se disfruta poco de la vida con semejante ambición.
ResponderEliminarComo es ya característico en tus relatos, están bien construidos, y en muchos sobrevuela un halo de pícara ironía. El final está muy bueno, Estrella.
Un abrazo y toda la suerte para el Tintero.
Genial Estrella, es una gran fábula que me deja en reflexión, la codicia es de todo ser viviente, pero la del humano no tiene perdón.
ResponderEliminarTienen que ser los animales los que nos hacen sentir y apreciar que no vale más el que más tiene. Pero la realidad es otra, siempre hay quien va pisando con fuerza a los demás.
Eres genial, y de seguro que quedarás la prime, por encima de los demás, pero porque lo mereces con creces. Mi felicitación por tu maestría amiga.
Feliz noche.
Un beso.
Un relato fantástico y me encanto leerlo e imaginarlo. El rico siempre quiere mas y mas. Odio la avaricia. Un placer leerte mi linda amiga Estrella. Saludos.
ResponderEliminarUn relato estupendo y unas estupendas descripciones.
ResponderEliminarLa avaricia la pongas del lado que la pongas, siempre rompe el saco:) y el ser humano no tiene remedio.
Es un placer leerte, Estrella.
Creo que a los animales les salió el tiro por la culata, pues el estafador se salió con la suya y a un precio mucho menor. Y ese samoyedo no sé si es de fiar, je,je.
ResponderEliminarEstupenda fábula, Estrella.
Que tengas suerte en el concurso.
Un abrazo.
¡Estrella! ¿Que te puedo decir? Me ha encantado tu fábula, vaya imaginación que le echas..., vaya con la idea de provocar incendios en las granjas como efecto disuasorio
ResponderEliminarMe declaro fan número uno de tus relatos!!!
Ya nos contarás que tal el concurso
Besines
Muy guapo tu relato, con una buena fábula. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Estrella
ResponderEliminarQueda claro que el destino es el destino...
Bien montado, con la ambientación adecuada, mantiene el interés... vamos, que me ha gustado!
Un abrazo y suerte
El final no es el más alentador para los animalillos, de una forma o de otra saldrán perdiendo.
ResponderEliminarY por demás, el especulador avaricioso es el que se lleva el gato al agua después de haber originado la debacle.
No se porqué pero me recuerda este relato la relación de un gobbierno con sus contribuyentes.
Un abrazo Estrella.
Buenas, Estrella.
ResponderEliminarLa historia me ha gustado, pero no sé si he llegado a entender el final… ¿Ese hombre de la inmobiliaria es el samoyedo? ¿O el samoyedo era suyo? Quiero entender que el perro engaña a los animales para que estos quemen la granja y así el valor del terreno baje.
Nos leemos.
Un saludo.
IRENER
EliminarCreo que has entendido demasiado bien el mensaje, ya que tus interrogantes son magníficos. Permíteme que como autora prefiera no inmiscuirme mucho en el intríngulis de esta trama que sugiere mas que explica.
Ya veo que no se te escapa nada... ja, ja, ja
Un abrazo.
Gracias, Estrella, por participar con este relato en El Tintero de Oro. Un fuerte abrazo y suerte!!
ResponderEliminarPues casi que lo que más me ha gustado del relato es el mensaje que arroja sobre el hecho de que la unión hace la fuerza ¡No hay nada mejor que ponerse de acuerdo, pese a las diferencias, cuando llega una crisis! Además, si la cosa sale bien, el éxito es conjunto. Si mal, la culpa es compartida.
ResponderEliminarAuguremos una mejor vida para este grupo de animales.
Un besote, amiga Estrella.
Hola, Estrella. Que pena que las acciones de los animales no lograran evitar los acontecimientos! Y es que los que tienen a su favor las leyes salen ganando.
ResponderEliminarUn abrazo
Saludos Estrella, tu relato es muy ameno de leer y aunque con un final desafortunado para los animales, me gustó que se unieron para defender su hogar, aunque quizá fueron engañados para favorecer al avaricioso comprador. Éxitos y bendiciones!
ResponderEliminarBuenos días Estrella. Te comento con el cafecito mañanero.
ResponderEliminarMe gusta el dibujo que has elegido para “Desafío en la granja”, me recuerda las ilustraciones antiguas que venían grabadas en las latas de bombones y galletas.
Bueno, vamos al meollo:
- Cumple la propuesta. Escribes una fábula en una granja que, en la que la acción transcurre en ella y comienzas y finalizas con la moraleja de la avaricia
- Los animales son los absolutos protagonistas, así que les has dado su propia voz. Un concierto genial.
- Has conseguido que viera con absoluta claridad asomar hocicos , picos, fauces morros y la expectación que genera el perro samoyedo.
Sobre la escenificación y la adjetivación:
Me encanta que el escritor (escritora en este caso), me enseñe el escenario en el que transcurre la acción, y desde luego, lo has iluminado con cromatismo, un amanecer lleno de luz, en el que se visualiza con precisión la granja, objeto de esta fábula.
En relación con los adjetivos. Ya sabes que hay que ser media con ellos. Dos adjetivos seguidos creo que son más que suficientes para reforzar la imagen, supongo que es tu intención Estrella. Hay muchos ejemplos a lo largo del relato. Ej:: “rechoncho y palurdo”, “altos y desgarbados”, “helada “sorda y apática” etc… se podría evitar el tercer adjetivo comunal. Ej: “el aire se mantenía claro, furioso y glacial. Por otro lado, ya que a la luna la adjetivas cuatro veces: “la luna brillaba redonda y blanca, encima de la montaña. Una luna helada y furibunda…”, según mi humilde criterio quitaría “redonda y blanca”, si es luna llena, es redonda, y si brillaba seguramente era blanca o casi plateada.
En definitiva, te has marcado un buen trabajo con estilo clásico.
Un abrazo Estrella, y un hasta pronto.
Aprovecho también para felicitarte por tu estupendo quinto puesto en "Accidente en los Alpes"
Como ya te comenté detenidamente en tu relato, querida Isabel, te agradezco infinito tus sabias observaciones, ya que incurrí en un exceso de adjetivación en las descripciones y como puedes ver está todo corregido.
EliminarEncantada de conocer tus impresiones tan positivas.
Otro abrazo de vuelta.
Me alegra haberte podido ayudar.
EliminarNos vemos en la Gala Estrella.
Hola Estrella. Un relato bien construido sobre los pútridos cimientos de la avaricia. ¿Del especulador? ¿De los granjeros? ¿De todos u cada uno de ellos? Y desde luego, bien rematada con esa frase de lo más irónica en boca del mayor de los codiciosos.
ResponderEliminarEn definitiva, un placer para los sentidos.
Un abrazo enorme y mucha suerte.
Hola, Estrella, me ha encantado este relato circular que empieza y termina con la misma frase. Qué buen ritmo narrativo y desarrollo escénico. Las onomatopeyas en la comunicación de los animales muy divertidas. La parte del diálogo está tan lograda que te atrapa y no puedes dejar de leer hasta el final. En mi opinión, lo único que ralentiza un poco el relato es la larga introducción con tantos detalles de los personajes que después en la historia no es lo que cuenta. La fábula es tan amena e interesante con ese punto de actualidad que le das, que yo acortaría un poco esa parte incial, pero tampoco me hagas mucho caso que no soy docta en estos temas.
ResponderEliminarFelicidades y suerte en El Tintero, Estrella.
Mil gracias, querida compañera, pues a mi me encanta que me aportes algo más que palabras y no tengo las suficientes para agradecerte tu interesante sugerencia, que en cuanto tenga tiempo suficiente, claro que intentaré acortar esa parte inicial.
EliminarComo buenos compañeros lo mejor que podemos hacer es tratar de aportar nuestro grano de arena a los demás y enriquecer sus textos dentro de nuestras posibilidades, algo que yo siempre tengo en cuenta y valoro enormemente que recíprocamente me lleguen esos gestos, como ahora el tuyo.
Un abrazo grande, María Pilar.
Muy buen relato. Te lo digo de corazón. No conocía tu blog, me quedo de seguidora y te invito a que te pases por el mío. Es Relatos y Más, es que aparecen dos en el perfil.
ResponderEliminarUn abrazo y gracias
Dicen que la avaricia rompe el saco, aunque eso les sucede a aquellos que tienen un saco que romper. También se dice que el dinero va al dinero, y es que, al parecer, como una corriente circular, se ve que el mismo dinero tiende a volver a la fuente.
ResponderEliminarUn relato que empieza con la epifanía que cierra, pero como está dicha por el villano del relato tiene un tinte tan distinto que, incluso siendo palabra a palabra exactamente la misma frase, tienen distinto mensaje.
Como es normal en tus escritos, me encanta la parte poética (la bóveda celeste me ha cautivado (te la tomo prestada, con tu permiso, XD)). Tus palabras tienen el don de dar mucha visualidad al relato y una en ese momento, con el fondo dibujado, la historia fluye sola.
Los diálogos muy bien conseguidos (permiteme apuntarte que te dejaste un guión de cierre de diálogo en la primera intervención del cerdo gordinflón). Y las palabrejas en cada idioma animal le dan un toque muy más personalizado, me ha resultado algo genial.
En cuanto a la trama, me gustó mucho y me atrapó desde el inicio. Y ese giro final, aunque desafortunado, hace que el relato se asemeje a nuestra realidad.
Mucha suerte, Estrella, no solo me gustó mucho, sino que me parece muy bueno y muy bien escrito. Seguro que quedas bien alto, este relato lo merece.
Un abrazo!
El relato como bien has deducido empieza y termina con la misma epifanía, pero con sentido muy distinto, de ahí que intencionadamente añadiese: "de miles de matices" (Debido al límite de palabras no pude incluir todo este texto del inicio, también en el final. Quizás cuando tenga tiempo de sobra modifique la introducción para no relentizar la lectura, como ya me comentó María Pilar).
EliminarSí, Pepe, llevas razón se me olvidó poner esa raya de inicio del verbo discendi y con ese parlamento del cerdo gordinflón.
Mil gracias y a cambio te regalo "el bono" de la "bóveda celeste".
Un abrazo de vuelta.
Estrella llego hoy a tu relato, ante todo, hermosa imagen y excelente vídeo, lo veía con mis hijos cuando eran pequeños, así que reviviste esa época maravillosa.
ResponderEliminarHace solo unos días que vi la película, nunca la había visto, así que el relato cumple a la perfección con la motivación del mismo.
Muy buenas todas las descripciones del ambiente en la granja, paisaje, amo, los hijos y todo ese reino animal que la complementa.
Me gustó que a pesar de la pobreza de alma del amo, los hijos tienen buen corazón, al menos así lo dejas ver.
El contenido principal, el que motiva la revuelta (muy bien orquestada por cierto), me parece que fue con la intención de que podamos extraerle bien el jugo a la historia y las moralejas que nos dejas sueltas a lo largo de ella.
Lo que no me quedó muy claro es quien es el que propone quemar las granjas, puesto que no fue el samoyedo, y todos los demás animales asintieron a la idea, ¿habría otro infiltrado además del samoyedo? Aunque todo apunta al cerdo, pues es el único sonido del que no haces la repetición, siendo así, pobres cerdos, siempre llevan las de perder con el papel de rufianes o patanes, ja, ja. Debió ser él en realidad, pues fue quien hizo el llamado para la reunión.
Tratándose de animales debo decir que la solución no fue la mejor opción, pues al quemar la granja también quemaban el pasto y los alimentos que ellos mismos consumían, mala decisión...
Con el final que dejas abierto a especulación nos sorprendes querida, y me consuela pensar que ni uno ni otro consiguió su cometido, que las granjas volvieron a renacer y los animales tuvieron una mejor suerte.
La avaricia y la ambición, andan de la mano, pero por mucho que las apariencias engañen, siempre habrá una luz al final del camino, es la luz de la verdad que se abre paso frente a cualquier adversidad engañosa, permitiéndonos ver el resto del paisaje.
Te felicito por lo bien que llevas la historia, la narrativa algo poética y las interesantes moralejas.
Aquí dejo unas cuantas:
No siempre se da eso de que de tal padre, tal hijo.
No te fíes de extraños, y no hagas la ola sin ver el mar.
No tomes decisiones apresuradamente, mide las consecuencias inmediatas antes, pues lo que parece una buena solución, muchas veces termina siendo un problema mayor.
Quien a golpes mata, a golpes muere, o de la medicina que des, de esa misma tomarás más tarde.
Que pases bien el fin de semana.
Efectivamente querida I. Harolina, mi intención es que podáis extraerle todo el jugo a la historia, para comprender esas oscuras perversiones que ocasiona la avaricia.
EliminarDigamos que quienes sustentan el poder son precisamente los más corruptos y mejores manipuladores, por lo que todas tus reflexiones y moralejas son pefectamente válidas para entender la fábula.
Como bien has deducido, también el cerdo gordinflón es otro compinche del samoyedo, mientras los únicos inocentes son el "rebaño" (comparable al de las dóciles ovejas) de animales ajenos a tanta maldad a su alrededor, tal y como suele ocurrir en la realidad con los ciudadanos de a pie y sus mandatarios, como Orwell nos explicaba en su genial obra.
Ojalá se nos permitiese tener a todos los ciudadanos un pensamiento crítico, algo que ya se está perdiendo con la robotización de la humanidad, gracias a la adicción de las nuevas tecnologías y pésimos sistemas educativos, además de otros factores.
Muchas gracias por tus generosas y lúcidas deducciones.
¡Feliz domingo y buen inicio de semana!
It is a great conversation in your narration, Estrella!
ResponderEliminarI admire how you put the moral message among the words and the sounds of those animals.
A nice message from the farm.
Have a lovely weekend, Estrella!
Una fábula ciertamente sorprendente con unas descripciones muy líricas y un elenco de personajes curioso y variopinto: granjeros pirómanos y avariciosos, especuladores sin escrúpulos que quieren convertir las granjas en parques de atracciones y las bestias, como tú las llamas, atrapadas en medio del enrevesado conflicto de intrigas y corrupciones. La moraleja resume bien la esencia del cuento. Suerte en El Tintero. Un abrazo, Estrella.
ResponderEliminarEl relato empieza con un lenguaje poético y preciosista, descripciones minuciosas y bien trazadas, para luego meterse de lleno en la trama. Un especulador codicioso, no menos que los granjeros, y unos animales engañados que terminan haciéndose más daño que beneficio con su plan de quemarlo todo. Por desgracia esa avaricia especuladora con el suelo es algo muy presente en nuestra sociedad actual, tu relato incide acertadamente en esa crítica. Espero que llegue alto en el Tintero. Un saludo, Estrella.
ResponderEliminarUna entrada estupenda ! Gracias por la información! 👌👌👌 Me alegro verte por mi blog , espero verte por allí muy pronto! Feliz domingo! 💓💓💓
ResponderEliminarHola Estrella, acabo de descubrir tu blog a través de otro blog de un amigo común y he comprobado los relatos tan bonitos que escribes. A mí me encanta leer, también escribir, pero reconozco que no soy nada del otro mundo y que lo hago más bien por satisfacer una necesidad. Me gustaría seguirte para conocerte mejor y seguir leyendo lo que escribes, así que me quedo por aquí. Si quieres visitarme estoy en https://elbaulderita.blogspot.com/. Feliz tarde de domingo.Un cariñoso saludo
ResponderEliminarHola, saludos cordiales para ti , me ha gustado mucho el relato donde por necesidad narrativa debes dar cualidades humanas a los animales dejando una reflexión al final que considero es lo más importante. Felicitaciones y un abrazo.
ResponderEliminarPablo
https://letracapitalxxi.blogspot.com/
Hola Estrella,aquí llegando lentamente a los relatos de los compañeros. Tu fábula tiene todos los componentes de una fábula bien narrada. Para mí hay algo de que decisiones apresuradas por la ansiedad pueden llevar a situaciones opuestas de las buscadas.
ResponderEliminarObvio que en apariencia pierde más el granjero gordinflón. Sin embargo habrá que ver dónde irán a parar los pobres animales sobrevivientes. Felicitaciones. Un saludo
Se ve todo estupendo ! Me encanta! 💓💓💓 Espero tu opinión en mi reciente post ! Que pases un feliz día! 😘😘😘
ResponderEliminarGenial esta fábula que has creado.
ResponderEliminarMi reflexión es que para engañar a un avaricioso estafador, antes hay que asegurarse muy bien de su poder y de cuál es su juego. Aquí, los incautos animales cayeron de bruces en su propia trampa y perdieron la partida. El gran estafador, lamentablemente,siempre juega con ventaja sobre el débil.
Me ha resultado muy amena su lectura. Has recreado muy bien todo el ambiente de la granja y los animales.
Siempre un placer dejarse sorprender con tus creaciones.
Besicos, Estrella.
ResponderEliminarDespués de ir conociendo vuestras impresiones y sugerencias, reconozco que preferí no daros demasiadas pistas para que la atención lectora fuera mucho más precisa y extrajeseis al máximo su mensaje, que si en un principio os costó un poquito llegar al fondo, poco a poco y gracias a los aportes de otros compañeros, se fue desgranando el argumento, hasta que su contenido no guardaba ningún secreto.
Lamentablemente la realidad siempre supera la ficción y mi historia solo intentó imitarla.
Me satisface haberos hecho partícipes de un rato agradable y divertido.
Gracias especialmente a mis compañeros del concurso por vuestra presencia y desde aquí os deseo a todos muchísima suerte.
Mi agradecimiento también para quienes habéis tenido la deferencia de regalarme vuestros elogios e interesantes sugerencias, siempre con este gran espíritu constructivo.
AURORATRIS - PERLAS NARRATIVAS - RECOMENZAR - BERI - ROSA BERROS CANURIA - MARINA - TERTULIA DE ESCRITORES - MARTA NAVARRO - ISAN - ROSANA MARTÍ - ALÍS - MIRELLA S. - CARMEN SILZA - SANDRA FIGUEROA - LEBASI LEBAM - JOSEP Mª PANADÉS - MARIAN - MAMEN PIRIZ GARCÍA - PAOLA PANZIERI - FRANCISCO MOROZ - IRENE R - DAVID RUBIO SÁNCHEZ - EL MUNDO CON ELLA - MIRNA GENNARO - MERY ++ - TARA - BRUNO - YONOSOYMILLENIUM - MARÍA PILAR - ROCÍO TIZÓN - HOLA, ME LLAMO JULIO DAVID - PEPE - I.HAROLINA PAYANO T. - EVI ERLINDA - PACO CASTELAO - JORGE VALLÍN - CAROLINA G. TICALA - RITA - PABLO FER RACINES - JUANA MEDINA Y GALILEA
Un dejo un abrazo cariñoso a cada uno y deseo que este inicio de semana sea muy positivo para todos.
Me ha encantado, estimada Estrella. Tu relato lleno de detalles, los sonidos de cada animal, los gestos de los personajes, nada queda indiferente. Y qué decir del tema en sí, un reclamo a la conciencia hacia los avaros, aunque muchas veces pagan justos por pecadores, como es el caso de los animalitos.
ResponderEliminarPrecioso como lo has narrado.
Dos besos, mucha suerte amiga.
Buen relato para esta nueva edición del concurso. Me he pasado por la página y he leído alguno de los relatos. Tienes buenos contrincantes. Están difíciles las votaciones. ¡Suerte!
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ResponderEliminarHola Amaranta
Es un relato que nos advierte de cómo la codicia puede llegar a cambiar nuestra realidad y la percepción que tenemos sobre todo lo que nos rodea. Una fábula muy corta con un mensaje muy directo sobre el que también centramos nuestras reflexiones. Te deseo mucha suerte en el tintero!
Abrazo
Hola, Estrella: Comparto los comentarios elogiosos sobre tus descripciones y tu originalidad para crear personajes. Yo pienso que el samoyedo es un personaje turbio, alarmista o vendido a los especuladores. No me queda muy claro quién propone la quema, que a la larga no beneficia a ninguno de los bandos, y compromete el sustento de los animales. Como Juana, me inclino a pensar que la moraleja viene por el lado de la necesidad de reflexionar antes de actuar a partir de una crisis. Mucha suerte en El Tintero.
ResponderEliminarMuy interesante el relato. Suerte en el Tintero 🐾
ResponderEliminarUna fábula con un final infeliz. Los animales engañados y el maldito especulador beneficiado y con la osadía de pronunciar una moraleja que también le debería condenar a él. Un relato con descripciones muy poéticas y visuales que cumple muy bien las premisas del reto. Saludos y suerte en el Tintero.
ResponderEliminarLa avaricia es mala compañera. Los animales han intentado defenderse pero eligiendo a un compañero cruel, quizás hayan aprendido de los humanos. Mucha suerte en el Tintero. Un abrazo.
ResponderEliminarDisculpa la tardanza en mi comentario. La penitencia por el retraso, es que ahora ya no me queda mucho por añadir. Me uno a los merecidos elogios que están en los comentarios. Me gusta la historia y cómo la cuentas. Es una suerte contar con relatos así en El Tintero. Continúo aprendiendo de vosotros a cada reto. Un abrazo, Estrella.
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