Queridos amigos y fieles seguidores:
De entrada quiero manifestaros mi solidaridad y apoyo en estas circunstancias tan delicadas que atravesamos. Deseo también que no bajéis la guardia ni el ánimo para superar esta cruda realidad, que nos trae de cabeza a todos y como ya os comentaba en mi anterior entrada, confío
en que la humanidad tome consciencia de la responsabilidad en evitar
los contagios y que esta experiencia nos sirva para reforzar la unidad
de las personas para crear otro mundo más solidario y que tenga en
cuenta las carencias y valores humanos.
Intentemos unirnos todos para superar esta pesadilla en la que estamos sumidos desde hace tres semanas y tratemos de mentalizarnos siempre en positivo.
Confieso que todo este asunto ha cambiado también mis rutinas. No me encuentro del todo relajada como para abarcar la lectura de vuestros blogs y por otro lado no me gusta comentar sin saber lo que habéis escrito, por lo que os dejo a vuestra elección comentar en mi blog o dejarlo para más adelante, cuando todo vuelva a la normalidad.
De modo que para seguir dando vida a mi blog, he pensado que os vuelvo a compartir un nuevo relato y sois libres de comentar o no.
Lamento mucho no encontrarme lúcida para seguir comentando en vuestros interesantes blogs.
Bueno, no quiero abusar de vuestra paciencia y paso a comentaros que mi relato participó en la convocatoria del Reto de Escritura Creativa #5: Marzo 2020 - Letra M, con una extensión máxima de 750 palabras y esta vez con las palabras obligatorias: manos, masa y mujeres. Siendo válido escribirlas tanto en singular como en plural.
El
reto opcional, que como bien indica su nombre, se puede aceptar o no.
Para este mes, hay que incluir dentro de la escena este orientado en UNO de estos dos géneros: Misterio o Melodrama.
Mi opción se ha declinado por incluir el género de Misterio dentro de la escena.
Y sin más preámbulos, os invito a su lectura.
Muchas gracias a los compañeros de «Café Literautas», especialmente a Isabel Caballero, Pepe Espí Alcaraz e Isan, que me ayudaron mucho a mejorarlo.
Mi opción se ha declinado por incluir el género de Misterio dentro de la escena.
Y sin más preámbulos, os invito a su lectura.
Muchas gracias a los compañeros de «Café Literautas», especialmente a Isabel Caballero, Pepe Espí Alcaraz e Isan, que me ayudaron mucho a mejorarlo.
Cada año, un grupo de amigos se reunía en un hotel enclavado en una zona montañosa, junto a una importante estación de esquí, dotada de inmejorables pistas con remontes de última generación.
Esta vez, los tres amigos se encontraron con un inesperado revés del destino: una avalancha de turistas fue la culpable de tomar al asalto aquel hotel, por lo que faltaban plazas para acomodarles. Dicha eventualidad acabó por conducirles hasta otro establecimiento próximo.
Las duras condiciones ambientales que rodearon la jornada de búsqueda fue el principal motivo para hospedarse en un sórdido hotel, cuya fachada presentaba un estado deplorable de conservación, con numerosas grietas y manchas de verdín. La entrada exhibía un cartel que debió ser luminoso en el pasado y donde aún podía leerse "Hostal Arcano". Era evidente que no reunía las condiciones idóneas para su descanso, pero la rápida incursión del atardecer en la espesura del horizonte terminó convenciéndoles, ya que era el único lugar con suficientes habitaciones libres para acomodar al grupo durante toda la semana.
La primera noche no pudieron dormir tranquilos. Unos incesantes ruidos de pisadas, de estallidos de corchos de botellas de champán propulsados como ligeras balas contra las paredes, de notas e instrumentos musicales recorriendo de madrugada los pasillos, fueron lo bastante molestos como para impedirles conciliar el sueño. Al día siguiente acudieron al mostrador de recepción para hablar con el responsable, al que le expusieron sus quejas.
—Dénos una explicación o le pediremos el libro de reclamaciones. ¿Cómo justifica semejante escándalo a esas altas horas de la madrugada, cuándo se supone que los clientes debemos descansar?
—Discúlpenme señores, pero están en un error, el hotel permaneció silencioso toda la noche. —Les intentó tranquilizar el jefe de aspecto huraño, tez pálida y voz enigmática.
Transcurrieron varias horas y algo extraño en el entorno les puso en alerta, sospechando que no todo transcurría con normalidad tal y como les atestiguó el encargado de manos huesudas; el resto de empleados no los perdían de vista murmurando extraños sonidos que más parecían conjuros. Sus pérfidas miradas les taladraban el alma, aunque decidieron ignorarlos y seguir con sus prácticas deportivas.
La segunda noche se repitió idéntica algarabía, incorporándose otros sonidos de carácter alarmante como portazos y algún disparo. Entonces escucharon un grito de mujer que en un primer momento los dejó paralizados. Después, Samu decidió salir para pedir explicaciones al recepcionista. En el camino se fijó en un pasillo lateral que daba a una escalera. Desde allí se escuchaba con claridad el jolgorio, por lo que se encaminó con paso cauteloso subiendo los peldaños. Sus ojos desorbitados miraban en todas direcciones. Un golpe seco en la espalda le hizo rodar escalera abajo hasta caer desnucado.
A la mañana siguiente los dos amigos de Samuel se presentaron en recepción exigiendo hablar de nuevo con el jefe. Este les volvió a asegurar que no tenía constancia de ningún incidente a lo largo de la pasada noche y que lo más probable es que su amigo se hubiera ausentado del hotel. Aquella excusa no les convenció por lo que optaron por investigar por su cuenta durante la próxima noche.
—Manu, antes de salir de la habitación, llévate los bastones de esquí. No hagas tonterías y cúbreme la espalda.
—De acuerdo, Quique, iré detrás de ti. Toma esta linterna por si acaso, yo llevo otra en el bolsillo.
—Ponte calzado deportivo para no hacer ruído y no te olvides de la sudadera con capucha.
—¡Date prisa! Ya han dejado las luces de emergencia. ¿Has escuchado esos gritos?... Tenemos que ser cautos y muy silenciosos ¡Recuérdalo!
Pisando de puntillas se dirigieron al pasillo lateral del ala del edificio, justo hasta el mismo lugar donde la noche anterior, el amigo desaparecido había recibido aquel contundente puñetazo en la espalda.
—¡Cuidado, Manu! —balbuceó titubeante Quique—. En un intento de avisarle de la presencia de una sombra cerca del descansillo de la escalera.
Al girarse, Manu se dio cuenta de que estaba solo. Todo parecía haberse quedado en silencio. Únicamente se fijó en unas pisadas que conducían hasta las cocinas. Dichas huellas presentaban restos de una pegajosa masa de hojaldre.
—¡De nada sirve que me claves la punta de tus bastones! Te estábamos esperando. Tus amigos estaban deliciosos y tú serás el postre —afirmó en una voz gangosa una espeluznante presencia con el rostro desfigurado y colgándole los globos oculares por las mejillas...
Manu trató de huir corriendo a toda velocidad hasta la salida, pero todas las puertas y ventanas estaban cerradas herméticamente y una fila de clientes se fue abalanzando para devorarlo.
Esta vez, los tres amigos se encontraron con un inesperado revés del destino: una avalancha de turistas fue la culpable de tomar al asalto aquel hotel, por lo que faltaban plazas para acomodarles. Dicha eventualidad acabó por conducirles hasta otro establecimiento próximo.
Las duras condiciones ambientales que rodearon la jornada de búsqueda fue el principal motivo para hospedarse en un sórdido hotel, cuya fachada presentaba un estado deplorable de conservación, con numerosas grietas y manchas de verdín. La entrada exhibía un cartel que debió ser luminoso en el pasado y donde aún podía leerse "Hostal Arcano". Era evidente que no reunía las condiciones idóneas para su descanso, pero la rápida incursión del atardecer en la espesura del horizonte terminó convenciéndoles, ya que era el único lugar con suficientes habitaciones libres para acomodar al grupo durante toda la semana.
La primera noche no pudieron dormir tranquilos. Unos incesantes ruidos de pisadas, de estallidos de corchos de botellas de champán propulsados como ligeras balas contra las paredes, de notas e instrumentos musicales recorriendo de madrugada los pasillos, fueron lo bastante molestos como para impedirles conciliar el sueño. Al día siguiente acudieron al mostrador de recepción para hablar con el responsable, al que le expusieron sus quejas.
—Dénos una explicación o le pediremos el libro de reclamaciones. ¿Cómo justifica semejante escándalo a esas altas horas de la madrugada, cuándo se supone que los clientes debemos descansar?
—Discúlpenme señores, pero están en un error, el hotel permaneció silencioso toda la noche. —Les intentó tranquilizar el jefe de aspecto huraño, tez pálida y voz enigmática.
Transcurrieron varias horas y algo extraño en el entorno les puso en alerta, sospechando que no todo transcurría con normalidad tal y como les atestiguó el encargado de manos huesudas; el resto de empleados no los perdían de vista murmurando extraños sonidos que más parecían conjuros. Sus pérfidas miradas les taladraban el alma, aunque decidieron ignorarlos y seguir con sus prácticas deportivas.
La segunda noche se repitió idéntica algarabía, incorporándose otros sonidos de carácter alarmante como portazos y algún disparo. Entonces escucharon un grito de mujer que en un primer momento los dejó paralizados. Después, Samu decidió salir para pedir explicaciones al recepcionista. En el camino se fijó en un pasillo lateral que daba a una escalera. Desde allí se escuchaba con claridad el jolgorio, por lo que se encaminó con paso cauteloso subiendo los peldaños. Sus ojos desorbitados miraban en todas direcciones. Un golpe seco en la espalda le hizo rodar escalera abajo hasta caer desnucado.
A la mañana siguiente los dos amigos de Samuel se presentaron en recepción exigiendo hablar de nuevo con el jefe. Este les volvió a asegurar que no tenía constancia de ningún incidente a lo largo de la pasada noche y que lo más probable es que su amigo se hubiera ausentado del hotel. Aquella excusa no les convenció por lo que optaron por investigar por su cuenta durante la próxima noche.
—Manu, antes de salir de la habitación, llévate los bastones de esquí. No hagas tonterías y cúbreme la espalda.
—De acuerdo, Quique, iré detrás de ti. Toma esta linterna por si acaso, yo llevo otra en el bolsillo.
—Ponte calzado deportivo para no hacer ruído y no te olvides de la sudadera con capucha.
—¡Date prisa! Ya han dejado las luces de emergencia. ¿Has escuchado esos gritos?... Tenemos que ser cautos y muy silenciosos ¡Recuérdalo!
Pisando de puntillas se dirigieron al pasillo lateral del ala del edificio, justo hasta el mismo lugar donde la noche anterior, el amigo desaparecido había recibido aquel contundente puñetazo en la espalda.
—¡Cuidado, Manu! —balbuceó titubeante Quique—. En un intento de avisarle de la presencia de una sombra cerca del descansillo de la escalera.
Al girarse, Manu se dio cuenta de que estaba solo. Todo parecía haberse quedado en silencio. Únicamente se fijó en unas pisadas que conducían hasta las cocinas. Dichas huellas presentaban restos de una pegajosa masa de hojaldre.
—¡De nada sirve que me claves la punta de tus bastones! Te estábamos esperando. Tus amigos estaban deliciosos y tú serás el postre —afirmó en una voz gangosa una espeluznante presencia con el rostro desfigurado y colgándole los globos oculares por las mejillas...
Manu trató de huir corriendo a toda velocidad hasta la salida, pero todas las puertas y ventanas estaban cerradas herméticamente y una fila de clientes se fue abalanzando para devorarlo.
Sí que te venía extrañando en mi rincón, pero no me extraña que estén así tus ánimos, es que estos días están siendo tan extraños, que parecen una auténtica pesadilla, mi querida Estrella, pero debemos seguir teniendo fuerzas, porque ganaremos la batalla, mucho ánimo, y no te preocupes sino vas a nuestros blogs, nosotros vendremos al tuyo, lo importante es que te encuentres bien.
ResponderEliminarGracias por compartir este precioso relato participante del reto de la escritura creativa, en estos momentos es un placer leerte, para distraernos de estos días tan dramáticos que estamos viviendo.
Mucho ánimo, y un abrazo enorme.
Querida Estrella,
ResponderEliminaraquí me tienes leyendo este relato tan aterrador tan estupendamente narrado.
Dedícate a estar bien, que es lo que importa. Los blogs pueden esperar y te esperan; pero más deseamos que estés bien.
Así que, tranquila y ánimo.
Saludos.
Una forta abraçada.
Bien entiendo que tu estado de ánimo esté resquebrajándose, no es para menos. A mí también me está costando no interrunpir el reto de escritura de Literup que me propuse. Pero intentaré publicar cada semana, para no acabar dejándolo. Sin embargo me gusta pasearme por la web, siempre te encuentras un relato digno de ser leído que te hace aparcar un rato la realidad. Como este. ¿Aunque vaya final nos tenías preparado!
ResponderEliminarPasa buen fin de semana.
Menudo relato, mi querida amiga... yo que adoro todo este suspense que me tenga enganchada a la pantalla, y me vaya acelerando el corazón... Me ha encantado, al acabar de leer he soltado un suspiro. Gracias.
ResponderEliminarPor lo demás... cuídate, querida, todo es comprensible en estos momentos que estamos viviendo. Hay días que son más llevaderos que otros, pero no deja de ser días difíciles en cualquiera de los casos.
Un abrazo inmenso lleno de cariño y te me cuidas ♥
Hace días que me venía preguntando qué tal estarías, te echaba de menos , Estrella. Ahora me alegro que estés bien, aunque sea un poco decaída. A mí me pasa algo parecido, me cuesta concentrarme para preparar las entrada, y a veces lo tengo que dejar durante unos días. La situación nos está afectando a todos. Pero , en fin, hay que seguir adelante.
ResponderEliminarTu relato es tremendo,espeluznante....pone la piel de gallina, pero es maravilloso. Me ha tenido enganchada hasta el final ¡y qué final! Me ha gustado mucho leerlo, sinceramente.
Sigue cuidándote y sin bajar la guardia, que cuando esto pase estaremos todos aquí...contentos de volver a la normalidad y vencer esta situación.
Besos
Tienes que mejorar tu estado de ánimo Estrella,... te ha salido un extrañísimo relato la verdad.
ResponderEliminarCuídate!!
Hola.
ResponderEliminarTe había echado de menos, incluso te mandé un mensaje por facebook par asaber que estabas bien.
No importa que no estés para comentar otros blogs, yo te leo y comento encantada.
Como siempre tu relato es espectacular, me ha enganchado y lo mejor, para mí, el final.
Te deseo un feliz sábado dentro de las circunstancias.
Estrella, sí que es cierto que esto que nos ha tocado vivir ha alterado nuestras vidas desde todos los sentidos, pero, como se suele decir, esto también pasará. Lo único que podemos hacer es ser prudentes, sonreirle al tiempo, que al final es lo que nos queda, y tratar de continuar con nuestra vida de la mejor manera posible. Como tus relatos. Este en concreto te quedó bastante redondo. Ya el original era inquietante e hipnótico, tus letras tienen ese efecto, pero ahora hay que añadirle eso: mayor redondez.
ResponderEliminarUn abrazo y a seguir cuidándose, que esta también la contaremos, y si es con tus letras a través de un relato de los tuyos, incluso mejor de cómo es en realidad.
Siempre me han dado miedo esos hoteluchos aislados. Creo que vería cosas extrañas aunque no las hubiera. Y pensaba que de ser algún plato, me gustaría ser el postre.
ResponderEliminar¿Y Quique? ¿Podrá salvarse? En estas historias siempre hay uno que se salva, supongo que para poder contarla.
Estrella, usa el tiempo como puedas y quieras. Te digo lo que me decíais semanas atrás a mí: que el blog no sea causa de agobio, sino de disfrute. (otra coincidencia, jeje)
Besos
Lo que importa es que estés bien tu amiga, el blog puede esperar, siempre es y sera un placer leerte Estrella. Has aquello con lo que te sientas bien, todo esto pasara, ya veras, mientras sigamos en casa. Cuídate mucho mi linda Estrella y te mando saludos desde mi Monterrey.
ResponderEliminarBuenos días Estrella. De entrada felicitarte, el relato ha quedado niquelao.
ResponderEliminarLa introducción precisa y justa para guiarnos hasta ese Hoel Arcano, que como su propio nombre indica, algo caduco si que es, aunque no me lo imaginaba tipo castillo, como la ilustración que has aportado, sino un hotelito casi rural, deteriorado y solitario (ya sabes que la imaginación va por libre, y esa es la idea que me hice de él, en una primera lectura en Café Literautas)
A partir de que los tres amigos se alojan en dicho hotel, creas un halo de inquietud en torno a ellos.
Me ha gustado mucho la expectativas y tensión que has creado, y eso que comentaste que no era tu registro preferido. Menos mal que el próximo reto va de esperanzas.
¡Enhorabuena Estrella!, un cariñoso abrazo y muchos ánimos con la que está cayendo.
Ufff Estrella, el final de tu relato me ha dejado con los pelos de punta, sabes que me gusta el thriller, el misterio, el terror, por eso celebro que eligieras la opción del misterio al de melodrama.
ResponderEliminarRespecto a lo que dices al principio de tu entrada, no te preocupes, la verdad es que alguno de estos días me has venido a la cabeza preguntándome si estarías bien, veo que sí, es lo único importante.
A mi estos días leer y comentar en los blogs amigos me está viniendo muy bien para evadirme, y ver series y pelis como loca (cada uno debe elegir lo que le hace sentir mejor y le funciona para aislar la mente de lo que está ocurriendo). De hecho, la lectura me está costando más, el último libro que leí dejó el listón demasiado alto y ahora, entre que me cuesta concentrarme (quizás ya menos, al principio más) y que no encuentro novelas que me enganchen, pues he abandonado ya tres.
Bueno Estrella, que tu relato me ha gustado mucho, ese hotel donde se meriendan a los huéspedes, ingenioso...
¡Cuídate!
Besos
Vaya, el final de la historia ha sido más terrible que lo que en un principio aparentaba. Nos has intrigado. En cuanto al confinamiento, cada uno lo llevamos de una manera, te entiendo perfectamente, yo tampoco acabo de centrarme por mucho que lo intento. Pero todo volverá a su cauce.
ResponderEliminarSAludos.
Hola Estrella entiendo perfectamente tu ánimo, cuesta mucho concentrarse en esta situación. Espero que estés muy bien y cuidándote mucho.
ResponderEliminarUn beso enorme y esperemos que pronto lleguen tiempos mejores.
Querida Estrella,
ResponderEliminarA mí, ya sabes que poco me importa que visites mi blog o que me leas. Para mí, la relación contigo es otra cosa, así que lo que me preocupa es que te vayas a venir abajo. Piensa que, sin tus relatos, al menos a mí me privas de un rato de distracción. Sobre todo si se trata de historias sobre hoteles solitarios con ruidos inesperados.
Te deseo mucha fuerza y todo el ánimo del mundo. Todos andamos algo desorientados.
Mil besos en la distancia. Cuídate mucho.
Al principio me recordó la novela de Stephen King, El resplandor, y visionaba mentalmente las escenas de la versión cinematográfica con esos largos y vacíos pasillos del hotel en lo alto de las montañas nevadas y solitarias, je,je. Pero en este caso, los protagonistas acaban siendo devorados por unos entes que los están eperando en la cocina, cual rico manjar, je,je.
ResponderEliminarUn relato de terror muy bien escrito y ambientado.
Un abrazo.
Buen ajuste en las elipsis y en el desarrollo de la tensión narrativa hacia el clímax final.
ResponderEliminarÁnimos para estos tiempos convulsos!
Menudo hotel nos has descrito, vaya con la clientela selecta y voraz que en él se alojan.
ResponderEliminarEstos días sin ser terroríficos están siendo un tanto extraños, ahora que tenemos todo el tiempo a nuestra disposición la inspiración para la escritura parece habernos abandonado.
Esperaremos pacientes a ser de nuevo contagiados por las musas.
Un abrazo, amiga.
Tremendo relato, Estrella. En el final ocurre lo temido y mucho más.
ResponderEliminarTe agradezco de corazón las afectuosas palabras que me dejaste en el blog.
Entro muy poco en la web, pero no quise dejar de saludarte y dejarte un enorme abrazo.
Querida Estrella, la vida está aquí, cambiando pero activa, asi que reponte pronto, necesitamos tus fuerzas liberadoras para continuar con esto que empezó hace tiempo y ya casi culmina, una nueva era de amor y verdad.
ResponderEliminarTu relato es devorador amiga, creo que estabas pensando en el virus al escribirlo, esto ocupa la mayor parte del día en nuestras mentes, las rutinas han cambiado drásticamente, pero en el fondo no es tan malo todo esto si al final los resultados son tan positivos como creo serán.
Cuidate mucho y sacudete del pesar querida. Te dejo un reconfortante abrazo.
¡Hola, Estrella! El suspense o el terror son ideales para la evasión y eso es lo que nos has regalado con este relato. Los hoteles siempre han resultado un escenario ideal para este género. Son "hogares de paso" en los que estamos indefensos y que han sido ocupados por miles de fantasmas como diría King. Un relato digno de esas historias pulp que tanto adoro, en cualquiera de sus formatos: libro, cómic o serie B en cine.
ResponderEliminarY desde luego la atmósfera y ese monstruo final, con esos ojos.... Brrr!! Un fuerte abrazo y mucha fuerza para no dejarnos llevar por la angustia o la ansiedad que siempre hace de la realidad algo mucho peor de lo que es.
Huyyy creo que pasará mucho tiempo
ResponderEliminarsi quiero volver a esquiar.
Un gran beso Amaranto.
Has creado un buen relato de esos que no puedes dejar de leer y leerlo de un tirón. Te entiendo perfectamente es lo que estamos todos sumidos. Yo tampoco me concentro y no puedo ni hacer nada. Confío que pronto pasará todo. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Estrella, entiendo muy bien tu estado de ánimo en estos momentos tan dramáticos, vamos a superarlos de la mejor manera, y si tú, has elegido un retiro bloguero para centrarte en la tranquilidad y seguramente para enviar luz al mundo, me parece genial. Volveremos a estar por aquí, ojalá que pronto.
ResponderEliminar**
El suspense en la literatura o cine me gusta bastante, y leyendo tu relato me pareció estar viendo una película de terror. Lo bordaste, en cada escena se palpa la angustia, el no comprender, el misterio y un acabado acorde al hilo de los acontecimientos.
Te dejo aquí, un abrazo que acaricie y serene a tu Ser.
Que espeluznante Estrella .muy bueno el terror me atrapa.Feliz de leerte y encontrar un lugar cálido y reconfortante en tu blog.
ResponderEliminarLa verdad que cada rinconcito que visito sosiega el alma y quita el miedo.Abrazos.
¡Hola, Estrella! Me están gustando mucho este tipo de relatos de terror, el tuyo mantiene la tensión y pone los pelos de punta en su final.
ResponderEliminarEn estos días se agradecen más que nunca las historias que nos hacen pasar un ratito agradable haciendo olvidar otras cosas.
No te preocupes por tus visitas y cuídate mucho, que todo termina por pasar.
Un fuerte abrazo.
Amiga Estrella!
ResponderEliminarPrimero pedirte disculpas por mi retraso en comentar tu entrada, la cual me parece muy lograda a pesar de tus ánimos en estos momentos y que espero que poco a poco, vayas recuperando.
Por mi parte sabes que no hay ningún problema en que no me comentes, todos en algún momento pasamos por situaciones similares y estos días los ánimos de todos andan la mayoría por los suelos, te vuelvo a decir que no es necesario que me comentes para yo dejar de pasar por el tuyo, siempre es un placer poder viajar por tus letras, y seguiré haciéndolo, lo importante es que tu estés bien y ya llegarán nuevos días para poder abarcar todo.
Te tengo un especial cariño, siempre tienes unas palabras cariñosas para todos y me siento muy afortunada por encontrarme a personas como tu, eres una mujer de bandera Estrella. Te dejo mis mejores deseos para ti y los tuyos, un inmenso abrazo que te abarque el alma y muchos besos.
Te me cuidas amiga.
Menudo hotel amiga, con huespedes así es mejor no encontrarse.
ResponderEliminarCudate Estrella, es lo primero.´Tiempo habrá de volver a las rutinas de antes.
Buen fin de semana.
Desde casa te mando este abrazo 🙅
es interesantye lo que dices no estas relajada para visitar blogs sin lugar a dudas es mejor que te comenten jajajajajajja
ResponderEliminarabrazos siempre
Creo que lo has entendido mal, querida Mucha. No intento comprometer a nadie para dejarme comentarios, sino ser sincera en cuanto a mis prioridades actuales, como el hecho de centrarme en mis tareas narrativas, lo cual me resta tiempo para seguir el ritmo imparable de vuestros blogs, que seguiré pero de una forma menos agobiante.
EliminarAbrazos igualmente.
Escribir largo me agobia, pero venir y leerlos me gusta es como leer un libro corto sin autor o dueño, me gusta me relaja los días de encierro... Es asi como crezco leyéndolos a ustedes mas que leyendo o reseñando un aburrido libro
EliminarHi Estrella, glad to read your story again! Wishing you much better right now.
ResponderEliminarThis story is quite spook! It's a sweet story to remind us about this situation and condition. Just shelter in place :)
Happy Sunday Easter!
Mi querida amiga. Paso para dejarte toda mi gratitud por tu cariño y por tu sentir que es abrazo. No he podido evitarlo. Hace tiempo que quería agradecer de alguna manera todo tu cariño que siempre me demuestras con tus inspiraciones en tus comentarios. Siempre me llegan Gracias infinitas. Espero que estés bien, cuídate mucho.
ResponderEliminarUn abrazo inmenso con todo mi cariño ♥
https://estrellasenminoche.blogspot.com/2020/04/migratitud-estrella-amaranto.html
Mi entrañable y querida amiga Aurora:
EliminarTambién quiero expresarte toda la emoción que me embarga después de leer tus delicadas palabras llenas de cariño, que me han dejado completamente "tocada y hundida", ya me entiendes.
Eres un sol de persona y por eso te mereces este pequeño detalle y muchos más.
TQM y con saber que te han llegado al alma mis versos, ya me siento la mar de feliz.
Gracias por ser así como eres. Cuídate mucho tú también.
Un abrazo inmenso para ti también con todo mi cariño incondicional. <3
Ante todo mucho ánimo, Estrella. Te comprendo en lo que dices de la desgana y el desánimo, pero a mí justo me está ocurriendo lo contrario que a ti: leer y comentar los blogs que sigo me entretiene y consigue que me olvide en parte de la situación por la que estamos pasando.
ResponderEliminarEn cuanto a tu relato, el título y la ilustración me han parecido formidables, pero el desenlace me ha resultado mucho más perturbador de lo que esperaba al comienzo, la verdad. No me esperaba el canibalismo. No obstante, creo que está muy bien desarrollado.
Un abrazo y cuídate, por favor.
Aterrador Estrella, aterrador. Y te entiendo, porque algo parecido me pasas, esta incertidumbre, este cambio inesperado, me ha robado la musa, y como que le cuesta salir...
ResponderEliminarPor eso ahora dedica más tiempo a la lectura, pero quiero que sepas que te entiendo, no eres la única que se siente así.
Ánimos amiga. Cuidate mucho.
Me recordó a la película de El resplandor, bueno, menos terrorífica pero llena de intriga y con un toque angustiante. Un relato magnífico, como siempre, encantada de leerte, me gustan mucho los relatos de suspense, sin llegar al terror y las pelis también.
ResponderEliminarMi querida trasta, me quedo preocupada al leer tu post del principio, noto tu estado de ánimo bajito, ya sé que estos momentos no son para tirar cohetes precisamente...por favor, mucha fuerza que juntos podremos con esto y al fianl, cuando todo acabe seguro que habrá servido para algo muy positivo para el planeta y los seres que lo habitamos.
Un abrazo inmenso con todo mi cariño al bello ser que te habita y un cargamento repleto de besos desde todos los puntos de mi universo. Te dejo también mis mejores energías que se sumen a las tuyas, corazón hermoso. Cuídate mucho, TE QUIERO!!!!!!!!!!
Guau!! Nos has sumergido en un relato de terror y escalofrío.
ResponderEliminarEse siniestro hotel al final era un lugar donde los clientes son la comida misma de los zombies que lo habitan.
Muy bueno y muy bien llevado, Estrella. Felicidades.
Cuídate mucho.
Besicos.
Bueno, un cuento bárbaro sin dudas, de sos que en realidad no me gustan mucho, pero que a veces también he escrito y bueno ahora no tengo ni el más mínimo ánimo de hacerlo desde tiempo ya , porque mi preocupación va por el lado espiritual...
ResponderEliminarEsas historias unas las reconoce en esa maldad que a veces uno cree que en la realidad no se da, pero hemos sabido que a veces la realidad sobrepasa la imaginación, ya que hay casos horripilantes en el pasado, y por desgracia en el presente...
La maldad del ser humano no es sólo ficticia...y espero que esa no nos gane la batalla.
Cuidate y preocupate por ti primero que es lo que al fin nos vale, estar en paz.
Te dejo un abrazo.
¡Horror! Me he visto buscando la salida perseguido por zombies. Ese hostal no tiene programa de fidelización.
ResponderEliminarSaludos!