Queridos amigos y seguidores:
Deseo que hayáis disfrutado lo mejor posible de este fin de semana, por mi parte he seguido frecuentando tiendas y establecimientos comerciales a lo largo de la semana, dejando para el finde a los relacionados con el ocio y el gremio de la hostelería, pues intento aportar siempre mi grano de arena para contribuir a mejorar la economía de tantas familias que lo necesitan.
Sin más preámbulos esta semana no os robaré mucho tiempo para la lectura de esta entrada, ya que esta vez os presento mi nuevo microrrelato, donde dos peculiares personajes tratarán de sorprenderos y haceros pasar un rato ameno y divertido. Bueno, ya me contaréis si al final cumplí o no con mi propósito al redactarlo.
¡Ah! la semana próxima quedáis invitados a mi fiesta de cumpleaños. Os espero para el 24 día de San Juan.
Muchas
gracias nuevamente por tomaros la molestia de hacerme sugerencias para
mejorar mi historia o sencillamente por acompañarme otra semana más.
¡Nos seguimos leyendo!
Ella acostumbraba a pelar cebollas sin que le llorasen los ojos, lo cual intenté infinidad de veces pero sin éxito. Llegué a pensar que tal vez mi madre, a la que se le retiró la leche de los pechos al poco de nacer mi quinto hermano, tras recibir la noticia del naufragio del barco donde trabajó mi padre, quizás también hubiera dejado sucumbir su llanto en el mismo océano.
Cuando ella entraba en la cocina los aromas por la casa se expandían como perfumes de Oriente, pues le encantaba utilizar plantas aromáticas: cilantro, sésamo, albahaca, cominos, orégano o laurel... Sabía combinarlas con tal virtuosismo, que aunque guisara unas patatas a lo pobre, el resultado podía satisfacer las exigencias más extravagantes de un rey.
El calor sofocante del verano fundió la escarcha de la soledad en la que habitualmente horneaba sus desdichas. Fue tal el sentimiento de abandono que la mantenía secuestrada, que sin pensárselo mucho, preparó unos vistosos pasteles de chocolate con un componente especial para deleite del barrio.
No tuvo necesidad de multiplicar esfuerzos, porque al cabo de unos días la encontré con el vecino del tercero tumbada en su mismo colchón, después con el del cuarto cuando su mujer salía a pasear con el perro; más tarde con un joven apuesto que resultó ser mi novio y por último despachó a todos al regresar de un crucero por el Adriático del brazo de un solista de trombón.
Se dejó el pelo largo, la ropa muy ajustada con excesivos accesorios y viendo por donde se derivaban los hechos, un día me decidí a enviar a un concurso una de sus deliciosas recetas y para mi sorpresa se llevó el premio. Luego, con aquel dinero y un préstamo, abrió una casa de comidas.
Los platos se servían acompañados de fragmentos de jazz, salsa, bossa nova... Lo esencial era el ritmo con el que mi madre movía las caderas en los fogones, mientras Kevin no dejaba de inflar los carrillos, alargando o encogiendo las varas del trombón.
Estrella Amaranto © Todos los derechos reservados
Eran recetas mágicas. Un beso
ResponderEliminar¡Qué buen relato! Ha sido sorprendente ver como iba evolucionando. Al principio pensé que se trataría de una madre más tradicional, pero luego resultó ser, para mi sorpresa, una madre con mucha marcha...je, je. Me ha gustado mucho, sinceramente. Muy divertido y original.
ResponderEliminar¡Ah, y por cierto! Espero con impaciencia el día de tu cumpleaños que me pasaré por aquí para tomar un trozo de pastel. No se me olvidará porque soy muy golosa...je,je.
Un relato diferente y con un personaje que no solo resurge de la desdicha, sino que se reinventa por completo, aunque quizá no con la aprobación de todos los de su alrededor. Me ha gustado el detalle de la enumeración de especias.
ResponderEliminarUn abrazo.
#devuelvocomentarios
I can smell such perfume from East in their kitchen from here.
ResponderEliminarWhat a lovely piece of a story!
Have a wonderful week!
Un nuevo ingrediente que sin duda le hacía falta para salir de esa oscura sombra de soledad y abandono que la mantenía secuestrada. El dulce sabor de la pasión y el amor obran los mayores milagros y además si van acompañados de buena música el placer aún es mayor.
ResponderEliminarMe ha encantado este micro, me llegó el aroma de las hierbas aromáticas y el inefable sabor a chocolate...un gran afrodisíaco!!!
Te dejo un abrazo inmenso con todo mi cariño mi querida trasta y ese cargamento bien repleto de besos desde todos los puntos de mi universo que no puede faltar!!!
Feliz comienzo de semana, alma bella.
P.D: Por aquí andaré esperando tirarte de las orejas en tu cumple mi querida trastísimaaaaaaa!!!!!
Mi querida amiga. Me ha encantado la manera tan ingeniosa que has usado para hilar este relato, los ingredientes se sucedían a la vez que iba leyendo... esa pena inicial junto con la sonrisa al terminar de leer. Me encanta y me encanta ese tema elegido, uno de mis preferido. Te felicito, preciosa.
ResponderEliminarMil besitos con mucho cariño para ti y muy feliz semana ♥
¡Hola, Estrella! Un relato con mucho "saboor" como diría la de Mastercheff. Es una historia de vida, un ejemplo de que las lágrimas tienen muy poco que ofrecer y que es la sonrisa lo que nos saca adelante, por duras que sean las situaciones que debamos padecer. Una historia que te deja muy buen cuerpo y un subidón de optimismo vital.
ResponderEliminar¡Ah! Y mientras llega tu cumple, ¡Feliz No cumpleaños! Un fuerte abrazo!!
Aunque veo tan difícil la transformación de un ser tan plano a algo alocadamente seductor...Quizás vos seas asi.En cada texto encuentro a una mujer diferente y pienso que lo mucho que escribes sale desde los adentros
ResponderEliminarEl encierro ha terminada en Miami
aunque yo sigo guardando respeto por el virus que esta regordo de muertes.
Saludos y sigue asi trasformándote día a día- No hay nada mejor
En la forma de tu narración está lo maravilloso hoy.
ResponderEliminarFuerte abrazo.
Guau! Sorprendente! Parece que la cocina era una fuente de inspiración para enriquecer, nos sólo sus platos. También su vida. Se puso el mundo por montera y probó de todos los guisos y sabores.
ResponderEliminarTenía que llevarse el PREMIO fijo!!!
jajajaja Buenísimoooo!👏
Maravilloso relato amiga, una madre que vive la vida su manera y va siempre adelante. Te mando un fuerte abrazo amiga Estrella, es muy lindo lo que dices de ayudar a mejorar la economía, y si, hay muchos que lo necesitan, cuídate mucho. Saludos desde mi Monterrey
ResponderEliminarEs que hay recetas que nublan los sentidos, je,je. Yo, como prefiero seguir siendo fiel a mi mujer, procuro no acercarme demasiado a la cocina, no sea que se me contagie el gusto por cocinar y me ponga a hacer pasteles o potages "mágicos" que me lleven a serle infiel con alguna vecina, ja,ja,ja.
ResponderEliminarUn beso.
Un relato sabrosón, y es que no hay nada como una buena comida para levantar el ánimo y el espíritu.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo Estrella.
Una vez más me dejas sin palabras con un pequeño relato que incluye todos los ingredientes de una gran lectura: sabores, olores, amor, abandono, esperanza, desdichas, triunfo,... ¡Madre mía! Y todo ello cocinado como sólo tú sabes hacerlo, terminando por elaborar una historia perfectamente conexa y con sentido.
ResponderEliminarEncantada, como siempre, de leerte.
Un besazo, amiga.
Ay que a esa viuda de marinero la va la marcha, jejeje.
ResponderEliminarMe ha encantado el micro, ha ido evolucionando y el final es redondo.
Feliz martes y feliz cumpleaños adelantado.
Precioso, Estrella. me ha encantado esa fusión que haces y es que hay ingredientes que obran milagros. Me ha encantado lo que cuentas y, sobre todo, como lo cuentas.
ResponderEliminarUn beso.
Parece ser que existen las recetas mágicas. Creo que a partir de ahora voy a invertir más tiempo en la cocina.
ResponderEliminarMe gusta tu relato.
SAludos.
Ayy Estrella, al principio de leer me iba imaginando una triste historia, pero que bien as sabido darle la vuelta a la tortilla con esa maestría tuya que tienes a la hora de narrar.
ResponderEliminarNo solo me ha gustado que también me has hecho reír... a mi me encanta cocinar con todo tipo de especias en su justa medida y ya si me hablas de postres y que tu cumpleaños es la semana que viene, aquí mi planto y que nadie me mueva jaaaaaaaaaaa.
Sigue cuidándote y disfrutando de tus paseos, que como digo yo, al virus este no hay que tenerle miedo, más bien respeto.
Te dejo miles de besos dulces y muchos abracitos... nos seguimos cuidando.
De entrada me encanta el título PasiónFusión, así fusionando las dos palabras que anuncian ambos ingredientes.
ResponderEliminarEs un corto potente, visual, con sentido del ritmo y de la ironía.
La parte del lloro y de las cebollas me recordó a "Agua para chocolate" de Laura Esquivel.
Me gusta este registro tuyo Estrella. Enhorabuena.
Hola, me parece un relato que podría acabar siendo más extenso para llegar a ser una gran novela.
ResponderEliminarDe principio a fin, una evolución increíble en el personaje de la madre y también en cómo lo acepta su propia hija.
Saludos
ESTRELLA AMARANTO
ResponderEliminarQue placer me da introducirme en tu relato, es curioso, armonioso, relleno de contenido diverso, lo que lo hace apetecible a la continuidad de tu lectura, para llegar luego a ese magnifico final, a toda orquesta.
Te dejo mi afecto, amiga.
LÚCAS
Que buen relato, una mujer que supo sacarle a la vida sus condimentos más preciados. Me gustó.
ResponderEliminarmariarosa
Estrella querida, que hermoso relato, mientras
ResponderEliminarte leía, iba percibiendo los aromas de la albahaca
y cebolla, hasta recordé a mi Abuela, lo dices tan
bello y real que uno vive los instantes que suceden,
eres grandiosa en todo lo que nos regalas, es como
vivirlo al leerlo, gracias por escribir tan bello
mi amiga, te cuidas siiii.
Besitos dulces
Siby
Pastafusión, un relato donde fusionas visualidad con gusto, olfato, oído y roce (je,je). Una historia que vira por unos derroteros que nada hacían presagiar. Sí es que la vida está para vivirla, sin confusión pero con fusión. A parte de todo, me encanta el jazz-fusión, y con el párrafo final, se me ha quedado ese regusto salvaje y aparentemente incontrolado de ese estilo.
ResponderEliminarMuy buen relato, Estrella, un placer más.
Un abrazo.
Una madre muy moderna y sabia con sus cocinados para saber atraer.
ResponderEliminarBuen relato.
Cuídate.
Un abrazo.
Que relato tan variopinto Estrella, y que cosas hace el verano, ¿será por eso que a las caribeñas las catalogan de ardientes, por el ardor del verano en la sangre?, ya que vivimos eternamente en verano..., ja, ja.
ResponderEliminarDicen que el invierno es la estación de la melancolía, y la primavera del amor, fusionando esas dos, y una buena dosis de excelente cocina, el resultado es pasión de verano.
Gracias por regalarnos esta amena lectura, tan simpática imagen y tan bella música querida.
Nos vemos la semana entrante en tu cumple, abrazos...
Muy bien como siempre tu relato.
ResponderEliminarY es que en la cocina, la gracia está en el aderezo ;)
ResponderEliminarCorto e intenso. Me ha gustado!
Se trata de sacar lo mejor de las situaciones y desde luego la cocina es una manera fantástica de mostrar mucho arte. Y muy buen aderezo escuchar esa fantástica canción.
ResponderEliminarMe parece una fantástica idea de poner tu granito de arena para ayudarnos entre todos a superar esta crisis económica.
Muchas felicidades para ese día de San Juan, que lo pases genial.
Besos
Amo tu cocina Estrella que bonito!!! Si hasta se sienten los aromas.
ResponderEliminarEspectacular y bellas imágenes que siempre lleva un trabajo extra y muy placentero encontrar trar la justa.
Gracias por ser Estrella!!!
Saludosbuhos
ResponderEliminarHola
¡Y mira que precioso relato de sabor y pasion, Amaranta!
Wow el poder es infinito, ya que el límite lo pone sólo nuestra imaginación, cierto?
Un personaje valiente, que no se dejó vencer por los obstáculos y supo salir adelante.
Un saludo cordial.
Muy original, Estrella, me ha encantado leerte y lo haré más seguido, te lo prometo. Encantador relato. Y Felicidades yo también he cumplido años hace unos días. Te mando mi abrazo y cariño, siempre luchando por todo. Mi abrazo y cariño.
ResponderEliminar