Hsin-Yao Tseng - Paisaje urbano |
- Primera escena -
Llegó a la parada de autobuses de aquella enmarañada glorieta de Las Ánimas envuelta en una espesa humareda blanquecina y con la intención de coger el bus que iba directo hasta la explanada de Galileo. Se trataba de la misma línea que durante su época de estudiante le trasladaba a la facultad, pero que luego con la planificación urbanística había quedado absorbida por la gran expansión de los alrededores y ahora ya formaba parte del centro de la ciudad.
Aquella tarde por fin tenía una nueva oportunidad de encontrarse con ella y entregarle aquel abrigo azul que dejó olvidado en su automóvil desde hacía más de tres meses. Una prenda de la que no había querido desprenderse, porque al fin y al cabo era cuanto le quedaba de ella, su intenso olor a jazmín, orquídea, heliotropo y algún otro componente desconocido, le hacían recordar aquellas entrañables vivencias durante su época de noviazgo. No era gran cosa, pero se conformó con ello y hoy por fin estaba dispuesto a quitársela definitivamente de la cabeza.
La semana pasada ella le volvió a llamar para zanjar algunas cosas que aún tenían pendientes desde su definitiva ruptura, le animó a volver a verse en su nuevo apartamento, por lo que ya habían acordado la cita a las siete de la tarde. Rony estaba expectante por aquel encuentro y descubrir si todavía le despertaba esa atracción fatal de la que él se aprovechó en el pasado.
Se había puesto su gabardina gris marengo que le llegaba casi hasta los pies y la cabeza cubierta con un sombrero de fieltro negro con anchas alas porque quería llamar su atención, sabía que a ella le encantaban los hombres con semejante prenda de vestir.
En pocos minutos descendía ya del autobús para dirigirse a una de las calles adyacentes, concretamente a la travesía Abedul, que era donde vivía Espe. Llevaba el abrigo guardado en una bolsa de grandes almacenes que movía nerviosamente al aproximarse al apartamento, hasta que sin querer se le cayó al suelo cuando cruzaba tranquilamente la calle, de repente apareció un coche que pasó encima aplastándole.
Su cuerpo ensangrentado permanecía a un lado de la calzada mientras algunos transeúntes se pararon horrorizados y curiosos a observarlo, sin que nadie se atreviera a tocarlo hasta que llegara la policía.
- Segunda escena -
Una mujer de unos treinta años estaba mirando por la ventana del segundo piso que daba a la calle donde había tenido lugar el incidente, observaba atentamente todo lo que sucedía afuera incluido aquel accidente mortal, no parecía inmutarse, pero nada más contemplar la llegada de un par de agentes de policía, que trataban de comprobar el estado de la víctima, puso atención y fue cuando notó un escalofrío que le recorría la espalda. La presencia de aquella bolsa, que permanecía tirada a escasa distancia del cadáver, la tenía desconcertada desde el instante en que se fijó que contenía un abrigo de señora azul, el mismo que dejó olvidado en el asiento de atrás la noche en que regresaron juntos de aquellas vacaciones.
Intentó realizar una llamada, pero su interlocutor no le respondió, por lo que prefirió tomárselo con calma y relajarse en el sofá durante un rato, hasta que sonó el timbre de la puerta. Eran dos agentes que le estaban mostrando su abrigo azul encontrado junto al cadáver de la calle y un móvil donde aparecía su número de teléfono y las llamadas realizadas al joven difunto, así como otras charlas en el wasap.
Se cambió de calzado, dejando las zapatillas en casa y se puso un anorak para bajar a la calle. Reconocía que no le hacía ninguna gracia, pero no le quedó otra opción que subir al coche policial y acompañar a dichos agentes, puesto que debían tomarla declaración en la comisaría. La víctima no tenía familia y vivía solo, de modo que aquel caso requería ciertas diligencias e indagaciones a las que no podía renunciar.
- Tercera escena -
En el vestíbulo principal de las dependencias policiales se hallaba un joven, que al verla pasar junto a los dos agentes, torció el cuello intentando seguirla con la mirada, aunque ella ni siquiera se inmutó, tenía el gesto ausente y no le prestó la más mínima atención.
Empezaba a oscurecer, cuando un policía le preguntó la razón de permanecer allí tanto tiempo, pues tenía órdenes de sus superiores para que les informase acerca del motivo que lo retenía, ya que podría estar esperando a alguien con antecedentes. Gabi, que así se llamaba el muchacho, intentó despistarle, comentándole que esperaba a un familiar con el que había quedado en aquellas dependencias.
Las horas iban transcurriendo hasta que un oficial de policía le conminó a marcharse, amenazándole que de seguir en aquella actitud tan testaruda le interrogaría porque le empezaba a resultar sospechoso, y no le beneficiaría en nada si le obligaba a tomar medidas de seguridad en su contra, que le podrían poner en algún apuro.
- Cuarta escena -
Desde las cristaleras de un bar de copas que estaba próximo a la comisaría, una pareja de delincuentes seguían mirando obsesivamente al muchacho a partir de haber salido precipitadamente y no dejaba de mirar alrededor como si estuviera preocupado por alguien. Quizás lo estaban esperando, o tal vez lo confundieron con otro peligroso delincuente y decidieron salir a hacerle frente, asimismo tenían un viejo asunto pendiente que liquidar con "él". Muy sigilosamente lo siguieron hasta que en un desliz tropezó con un socavón en la calzada y valiéndose de su superioridad física lo maniataron con unas bridas, tapándole la boca con cinta americana y desaparecieron llevándoselo en un pickup negro que habían aparcado en esa zona.
- Quinta escena -
Una vecina que sufría de insomnio había bajado a tirar la basura de madrugada cuando se percató de un pickup negro, que hacía eses por la avenida y que dando un volantazo estacionó en la entrada de un viejo almacén. Luego dos corpulentos matones sujetaban por los hombros a un tercer desconocido, que tenía dificultades para andar. Incluso los vio introducirse en aquel edificio abandonado. Esperó un rato más hasta que muerta de frío optó por darse la vuelta y marcharse a su casa.
-Epílogo-
En los informativos de la mañana siguiente, aparecieron unas imágenes en las cuales se reflejaba un accidente de automóvil, ocurrido el día anterior a primeras horas de la tarde en la travesía Abedul, próxima a la explanada de Galileo. También se daba por hecho que existía una muchacha, Espe, de unos treinta años implicada en el suceso y que vivía en la misma calle, en frente de donde ocurrió el deceso. En otro fotograma del reportaje se podía ver a dos matones, que habían huido la madrugada pasada en un pickup negro transportando una abultada carga ilegal de droga y a un sospechoso, Gabi, implicado igualmente en dicho caso. A continuación salían las fotografías de dichos delincuentes, junto a la del vehículo. Parecía que se trataba de un ajuste de cuentas, en el que se afirmaba que la chica era novia del fallecido, del cual quería deshacerse cuanto antes, porque estaba a punto de casarse con el joven heredero del mayor holding empresarial de una famosa marca de automóviles, que se había compinchado con ella para asesinarlo.
Estrella Amaranto © Todos los derechos reservados
Estrella Amaranto © Todos los derechos reservados
Una historia que enlazadas unas con otros se van atando cabos insospechados que todo era una trama para asesinar a ese hombre protagonista. Un abrazo
ResponderEliminarNada que envidiarle a la serie policial que estoy siguiendo, querida Estrella. Despliegas una gran habilidad narrativa al entrelazar sucesos, escenarios y personajes, todos muy bien delineados, por cierto. Estupendo trabajo!
ResponderEliminarUn beso grande.
Fer
Vaya historia amiga, perfectamente diseccionada, lo llamaría un thriller en toda regla, mantiene expectante total con ese suspense que tan bien manejas en los relatos.
ResponderEliminarFíjate, al principio de la lectura pensé que sería una gran historia de amor y cuál fue mí sorpresa a medida que leía en su desenlace, maravilloso querida, haces que el lector de un giro enorme, al menos a mí.
Un fuerte abrazo y un besazo grande, Estrella.
Hay que ver de que manera vas jugando poco a poco con el lector y de escena a escena vas cambiando el juego con tanta maestría que lo que parece un simple accidente acaba siendo un enorme lío en el noticiario.
ResponderEliminarY me pregunto ¿Veo las noticias? y si lo hago después de leerte ¿Hasta donde o qué he de creer?
Ha sido una experiencia genial leer tus escenas encadenadas.
Un beso enorme.
Un relato listo para ser transformado en película, del bueno y viejo 'cine noir' de la década de 40. Un muerto misterioso, la investigación de la policía, el tratamiento de las pistas, los sospechosos, los motivos. Pero estamos en la actualidad de los teléfonos celulares. Sin embargo, es decir que esto es sólo un detalle contemporáneo, que sólo prueba para todos nosotros que el 'noir' esta vivo y pasa muy bien en las letras de Estrella Amaranto.
ResponderEliminarHola!!!! Me encantan las historias entrecruzadas, y esta es muy entretenida, al final todo está relacionado, me ha gustado.
ResponderEliminarBesos y feliz martes!!!!!
Escena tras escena nos llevas de la mano por el argumento de la historia hasta atar todos los cabos y comprender el alcance real de cada suceso. Ha sido una forma muy interesante de narrar, Estrella, ofreciéndonos piezas del puzzle que queda perfectamente concluido al final.
ResponderEliminarEnhorabuena, me ha encantado esta nueva historia.
¡Un beso grande y feliz miércoles!
Hola, amiga querida: leo pocos relatos porque me aburren pero éste me llevó de la mano hasta el final surrealista porque las palabras, para ti, son pinceles en manos de una gran pintora oral de la realidad. Siempre observadora, el detalle es rey lo cual, como mujer, me encanta. Adhiero a J E Guimarães que define a esta historia como buen material para una película. Directores de cine: "¡Atenzao!"
ResponderEliminarHola Estella.
ResponderEliminarQue bueno, cuando se lee un relato con una estructura narrativa tan redonda que podría dar perfectamente para desarrollar un estupendo guión de una gran película de cine negro.
El don de la imaginación para trenzar historias entrelazadas es lo que más admiro de escritoras como tú, si además me llevan en mi mente a visualizar el posible recorrido de una buena pelicula el placer de la lectura es aún mayor.
Me ha gustado la idea de presentar tu texto con escenas y cerrando con un epílogo muy adecuado.
Un gran saludo Estrella y felicidades por tu escrito.
Te estás convirtiendo en una experta en estos temas, claro que junto con tu gran imaginación y tu forma de hacer. Nos llevas expectantes con los giros que le das a la historia,al principio vas por un camino y sin darte cuenta te ves en otra dirección. Mi felicitación por el dominio de la palabra, por tu imaginación y creatividad, yo, sería incapaz de hacerlo así, de forma magistral.
ResponderEliminarUn gran abrazo y feliz día..
Un interesante relato en el que todo tiene "encaje". Feliz miércoles!
ResponderEliminarHola! Me ha venido a la memoria la película cruce de caminos. Y así es como la vida misma, mientras nos ocurre un suceso, el mundo sigue girando a nuestro alrededor con otras vidas y puntos de vista!
ResponderEliminarBesotes!!!!
Nos adentras con muchísima facilidad en cada secuencia. Parece que seamos el personaje de la ventana indiscreta, observadores silenciosos que van entrelazando y conociendo la historia, para terminar por ver el núcleo que une.
ResponderEliminarY dejas un mensaje, nuestros actos involucran a otros y así sucesivamente.
Muy bueno Estrella, ¡Genial!
Muchos besos! ;)
La pobre víctima creía tener esperanzas y en realidad no tenía ninguna.
ResponderEliminarEste tipo de relatos en círculo suelen ser redondos, y así te ha quedado compañera.
Un abrazo.
Besos
Hola Estrella,me has mantenido en vilo durante todo el relato y mientras leía intentaba deducir el final pero no,,hasta que no llegué al final no me enteré de que en realidad se trataba de un asesinato.
ResponderEliminarMuchos besos y muchas gracias.
Secuencias ambientadas en la mejor sala de suspense. Lo que mal empieza mal acaba, y a Espe le salió mal su plan quizás por dejarse llevar por la frivolidad. He disfrutado de cada escena en la que todas han aportado su granito de arena para la aclaración de los hechos. Nada de lo que me parecía en un principio.
ResponderEliminarBuena narrativa y elocuencia detectivesca, Estrella. Un gusto leerlo y visionar en tus letras este género negro que muy bien dominas.
¡Amiga, un fuerte abrazo!
¡Excelente puesta en escena! Pero lo mejor es que no es arbitraria. La manera en la que se narran los hechos sin más relación que el puro azar, salvo la historia de la mujer, son la vida misma. Solo la mente humana es la que intenta dar sentido a ese azar, de la manera que aparece en las noticias. Chapeau!
ResponderEliminarQué bueno, Estrella!! Una trama llena de suspense, historias entrelazadas y un final sorprendente que en nada se parece a lo que creemos al principio. Felicidades!!!
ResponderEliminarBeso grandote!!!
Con tu habitual pericia para enganchar al lector, tramaste una historia negra contada en forma de crónica policial por un narrador observador.
ResponderEliminarMuy bueno el desenlace, imprevisto y contundente.
Un abrazote, Estrella.
Qué habilidad para entrelazar historias que, en principio, no parecen relacionadas. Genial composición.
ResponderEliminarUn beso, Estrella.
Me ha gustado mucho cómo se van entretejiendo los acontecimientos y las historias, me encanta esa habilidad para hacerlo y encima, todo con mucho suspense y un final sorprendente.
ResponderEliminarUn saludo Estrella
Un relato espléndido. Muy bien conectadas las escenas hasta llevarnos a un desenlace inesperado. Un gran abrazo Estrella.
ResponderEliminar¡Guau!
ResponderEliminarMe maravilla leerte, sobre todo por esa capacidad que tienes de hacernos reir, de intrigarnos, de... despertar nuestros sentimientos desde lo más profundo de nuestra mente y nuestro corazón.
Me ha encantado la división de la narración en escenas encadenadas. A la cuarta... ya no podía con la intriga ¡Ya, ya sé que soy impaciente!
Pero lo que más lo que más me ha gustado ha sido el torrente de sentimientos que despierta en Rony la posesión del abrigo de la que fue su gran amor y el hecho de que, desposeerse a sí mismo de la prenda, le lleva al autoengaño de pensar que, al devolverlo, habrá zanjado un capítulo pendiente de su vida. ¿Ves lo que puedes llegar a transmitir con tus palabras? A mí, al menos, me haces desconectar durante el tiempo que te leo.
Todo mi reconocimiento y felicitaciones.
Un besazo Estrella.
Me has atrapado en este relato emocionante con tinte policial. Has tramado escenas encadenadas con una maestría de narradora envidiable, comienzan en un sitio de la historia y hacia allí llegan para cerrar el círculo hacia el final. Por eso mantienes la expectativa intacta de los que te leemos ¡Genial Estrella!
ResponderEliminarAriel
Menuda historia la que nos has contado esta vez, Estrella. Tan pronto nos haces reír que nos haces leer sin pestañear. Y en ésta ocasión es lo que me ha pasado a mí.
ResponderEliminarPensaba que la pieza clave, ese abrigo azul, iba a acabar en manos de su dueña en alguna escena "feliz", pero bien es cierto que me ha descolocado un poco esa actitud suya de "relajarse en el sofá durante un rato" después de ver por la ventana que era su abrigo, ¡pero no hasta el punto de imaginar todo el entramado que había detrás!
Sensacional, Estrella, te felicito.
¡Besos encadenados!
Un relato escrito con gran destreza, conforma el guión de un cortometraje de suspense en el que las piezas de un puzzle van encajando las unas con las otras, y al final, en el epílogo podemos ver la totalidad del montaje.
ResponderEliminarSorprendente trama y de fluida narración, atrapa y se disfruta a partes iguales.
Saludos, compañera de letras. ;)
Me has atrapado con esos hechos que parecían inconexos y luego la sorpresa de que todo estaba vinculado de manera insospechada.
ResponderEliminarMuy interesante este formato, te felicito.
Muchísimas gracias por vuestros comentarios:
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